jueves. 28.03.2024

Un experto en materia de inmigración apostaba hace un par de semanas por la que cree podría ser la mejor solución para terminar con el que se erige en el fenómeno que marcará el siglo XXI: fijar una cuota anual a los países africanos, recibiendo legalmente a los inmigrantes. España, como país de tránsito, debería promover esta estrategia o, en caso contrario, siempre será el país más afectado y en concreto Canarias, por ser el territorio más accesible a los subsaharianos.

La salida de las pateras desde Mauritania con intensidad estos días viene a confirmar que la comunidad internacional ha cometido un grave error en buscar una solución a largo plazo y apostar solamente por la vía policial, lo que requiere una nueva forma de abordar este fenómeno que no cesa con el tiempo sino que cada vez se agrava más y más.

Ante el avance en las estrategias de las mafias, siempre varios pasos por delante de las previsiones de los países receptores, parece mucho más lógico, aunque supongo que suena más utópico, un intento por salvaguardar las infraestructuras básicas y desarrollar nuevos sectores económicos que levanten a estos países. Esta idea es muy bonita a priori, y organizaciones como la Zona Especial Canaria no dudan en participar en actividades como el Comercio Exterior con países africanos. Pero lo cierto es que el sistema no admite utopías, y mientras más llenos de mierda estén ellos mejor viviremos los de aquí, los del primer mundo.

Varios factores indican que este fenómeno no cesará en el futuro inmediato y tampoco a medio plazo. De Marruecos a Mauritania y ahora a Senegal, no faltan clientes que quieran montar antes en clásica patera y ahora en cayuco. Los jóvenes africanos, según la Asociación Marroquí de Comunicación, creen que tienen derecho a viajar sea clandestina o legalmente a Occidente.

La creencia allí entre los menos maduros, incluso los más intelectuales, es que sus países fueron salvajemente desvalijados por las potencias colonialistas hasta los 60 y ahora le toca a Europa pagar a través de la inmigración ilegal. ¿Invasión o justa venganza? Haber hay gustos para todos los colores. Si no, que se lo pregunten a los de TiterroyGakat.

En la próxima cumbre euro-africana en materia de inmigración los países que conforman la UE deberían fijar una cuota anual a los países africanos, ya que la el viejo continente, por mucho que ahora se diga, necesita inmigrantes para paliar su déficit demográfico. Y en Lanzarote, ¿qué decir cuándo nuestros políticos aún no se han puesto de acuerdo, tras seis meses de “tomas de contacto” sobre la ubicación del Centro de Internamiento de Extranjeros? El dinero está sobre la mesa, ¿y la voluntad política? Es necesario pues, tanto en la Isla como en los restantes ámbitos geográficos de superior categoría, tomar buena nota de los consejos de estos expertos y saber compaginar las medidas de seguridad con las de corte económico y social.

Tierra de nadie
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