viernes. 19.04.2024

Heredó dos casas contiguas que, después de algunas reformas, convirtió en su vivienda definitiva. Ésta adquirió así una simetría que, con el tiempo, llegó a provocarle cierta inquietud y no pocos trastornos, afectando seriamente su sentido de la orientación.

Los dormitorios, el salón, la biblioteca, la cocina y el baño de una mitad se repetían malévolamente en el otro lado, dando lugar a un espacio habitable que, gracias a las puertas practicadas, se podía recorrer en círculo, interminablemente y sin desandar el camino.

Asimismo los muebles y demás enseres de la casa se repetían siempre en números pares.

Ha llegado a tener la sensación de haber experimentado dos despertares idénticos en el amanecer de un mismo día; ha sentido también esa inconfundible melancolía de ciertos atardeceres que llegaron a atraparle doblemente en ventanas homólogas. Repartió espejos por toda la casa con la ingenua intención de romper la fastidiosa simetría.

Un jardín ceñía la casa con sus dos mitades. Era la única y precaria prueba de la existencia extramuros de un mundo circundante.

(Al maestro Hammú Haddú)

Gemelo
Comentarios