Por Lorenzo Lemaur, conejero de adopción
El día 7 de julio de 1404, el Papa Benedicto XIII creó la Diócesis de Rubicón con sede en Lanzarote. Más tarde, el 25 de agosto de 1435, el Papa Eugenio IV, ordena que la Diócesis traslade su sede a la isla de Gran Canaria. Pero no crea una nueva, incluso manda que de allí en adelante la Diócesis sea nominada como Canariense-Rubicense. Sólo se efectúa un traslado, verificado en 1483 de manos del Obispo Juan de Frías. Todo ello, según lo que he podido leer en Internet. Digo más, también teniendo como fuerte Internet: el primer obispo de San Marcial de Rubicón fue el franciscano Fray Alfonso Sanlúcar de Barrameda (1404-1417). Según la misma fuente, le sucedió Fray Mendo de Viedma, también franciscano (1417-1431). El obispado permaneció en Lanzarote hasta que el obispo de Frías (1474-1483) en 1483 lo traslada a Las Palmas de Gran Canaria.
Todo esto porque, en la costa sureste de Lanzarote, al pie del macizo antiguo de Los Ajaches, en la zona de Papagayo, se sitúa el que se ha considerado primer asentamiento europeo en el Archipiélago Canario: San Marcial del Rubicón. Este enclave está en relación con la conquista franco-normanda de la isla, llevada a cabo por Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle, en los inicios del siglo XV. De ahí su singular valor, al permitir acercarnos al conocimiento de los contactos entre conquistadores y aborígenes.
Las condiciones naturales del lugar, en el estrecho que separa Lanzarote de las de Lobos y Fuerteventura, en una zona que permitía el fondeado de las naves, así como la existencia de agua y la posibilidad de construir una fortificación, determinaron su localización. Con la constitución del Obispado Rubicense en 1404, pasó a convertirse en ciudad. Un incipiente núcleo que presentaba una torre, una iglesia-catedral, varios pozos, viviendas, un cementerio y zonas fabriles. Sin embargo, Teguise terminaría por hacerse con la hegemonía económica, poblacional y política. El traslado de la catedral a Gran Canaria, en 1485, precipitaría la decadencia de San Marcial, a lo que sin duda contribuyeron los ataques de los piratas.
A decir de los expertos, los elementos más destacados son los pozos, de importancia vital en una isla donde el agua siempre fue un problema. Aunque existe la referencia de siete pozos, en la actualidad se conocen sólo cuatro. Con categoría de Ciudad, El Rubicón, fue la primera capital de
Lanzarote, pero su importancia política menguó con el
traslado de la capitalidad al interior de la isla y de la Sede
del Obispado a Gran Canaria. Su relevancia económica subsistió
ligada a los aprovechamientos ganaderos y de recolección. Estas
posibilidades económicas tuvieron su reflejo en la conversión
del municipio en uno de los tres polos de actividad de la isla.
Canarias 7, el día 7 de julio de 2005, en su edición digital publicó: “En el mes de julio, el pueblo de Femés, en el municipio lanzaroteño de Yaiza, celebra las fiestas del santo patrón de Lanzarote, San Marcial de Limoges. Este año 2005 se cumple el 601 aniversario de la fundación de San Marcial del Rubicón, origen de la Diócesis Canadiense y Rubicense”.
Relatados estos datos constatados en Internet, paso a contarles las vivencias del pasado de San Marcial. Con una amiga recorrió el sur de la isla y lógicamente paramos en Femes. Allí, un amigo, tras hablarme de San Marcial, visiblemente enojado porque no tiene igual trato que la Virgen de los Dolores, me dice que los políticos deberíamos hablar más, en las tertulias de radio y televisión, de lo que si que interesa a la gente, y no de Estatutos de Autonomía, pactos, y otras historias. No le quito razón. En la esperanza de que yo haga algo al respecto se despidió y seguí mi paseo por Femes. Al soco de un pareón encontramos a alguien que estaba amasando gofio en un surrón. Muy tunante él, a todo el que pasaba le ofrecía un puño de gofio amasao.
Llegamos a la plaza, donde habían montado una carpa y algunas mujeres preparaban todo para una fiesta infantil, con un montón de regalos para los niños. Vimos llegar a un chico que lo reconocí como hijo de Víctor Julián porque tenía la misma fasquía que el padre. Seguido nos fuimos a la cantina del teleclub de pueblo. Pedí un pinchito y un botellín. El pinchito estaba mu rico. Mi amiga pidió un refresco, porque café no tenían. Mientras nos servían fui al baño. Cuando yo entraba salía otro que estaba despachando vino, así que yo al salir, me aseguré bien te llevar la cremallera de la bragueta abrochada. Al salir pasamos por el patio del teleclub, donde hacen los bailes. Efectivamente, allí estaba Víctor Julián regando el piso, para refrescar y limpiar para el baile, y con él hablaba el chico que habíamos visto en la plaza. Era su hijo, que por cierto, es presentador de informativos de la tele Canal 9 - Las Arenas.
Antes de subirnos al coche para seguir la ruta, como tiene que ser, compramos 3 paquetes de turrones de fiestas. Uno para mi madre, otro para mi amiga, y otro, pequeño, que nos comimos por el camino.
Seguimos la excursión hacía en El Golfo, bajando por Maciot y Las Breñas. No nos bajamos en los Hervideros porque hacía mucho viento, y frío, y no llevábamos bastante abrigo. Luego, de vuelta, paramos en Yaiza. Caminamos y nos hicimos fotos en la Plaza de Los Remedios, en la casa Benito Pérez Armas y en otros lugares, de los bonitos del pueblo. Luego seguimos para Arrecife, donde llegamos casi entrada la noche. La verdad es que ese día sí que le sacamos morro al coche de alquiler.
P.D.: Algunos cosas tienen algo componente de fantasía, si bien creo que hace no mucho fueran situaciones más verosímiles.
Otra P.D.: Toda la documentación la he obtenido en Internet, copiando algunos párrafos casi literalmente.