jueves. 01.05.2025

Por LORENZO OLARTE CULLEN, ex presidente de la Comunidad Autónoma de Canarias

CRONICAS DE LANZAROTE nace con la obligación de servir al pluralismo político desde la independencia, es decir, desde el puro rigor de la información, para contribuir de manera importante a enriquecer el conjunto mediático conejero desde el ejercicio de la insuprimible obligación de informar verazmente a los lectores y a la par desde el derecho inalienable de la libertad de expresión que la Constitución española nos otorga a todos. Sin mas limitaciones que las que la propia Constitución señala, como es el reconocimiento del derecho al honor de los sujetos pasivos de las informaciones o incluso críticas, que, singularmente en el caso de quienes ejercen funciones públicas, resultan insoslayable. Así lo requiere el comportamiento mediático por exigencias de la Democracia en cuyo seno afortunadamente vivimos dentro de nuestro Estado de Derecho en el que impera inexorablemente el principio de legalidad.

CRONICAS DE LANZAROTE inicia su existencia en un momento histórico e ilusionante, casi coincidiendo en el tiempo con el histórico comunicado de ETA -que a lo largo de medio siglo atentó constantemente contra la vida y la integridad física de las personas y los bienes- y que ahora puede poner punto final a una trayectoria de horror que a lo largo de tanto tiempo constituyó su propia razón de ser.

Mediante el comunicado etarra, hecho publico el pasado miércoles, nos ha dado a todos la única buena noticia que se ha producido durante tan amplio periodo de su existencia con un millar de muertos sobre su conciencia: que el próximo viernes día 24 del presente mes de marzo entrará en una vía con fondo de saco una trayectoria que durante tanto tiempo inexorablemente siguió, con especial crueldad, al haber llegado ahora a la conclusión de no querer seguir en el futuro ese camino, decidiendo el alto el fuego permanente.

Atrás queda una etapa siniestra, de dolor e indignación, que es preciso olvidar a la mayor brevedad, como se olvidaron los horrores de una guerra civil que costó a España medio millón de muertos. Gracias a una deliberada amnesia sobre lo sucedido. fue posible la modélica Transición que, dirigida por el inolvidable Adolfo Suárez con el respaldo responsable de todas las fuerzas políticas, sociales y económicas, con sus respectivos líderes a la cabeza, tras la Reforma Política nos condujo a todos a la actual Democracia, ya consolidada, que por fortuna disfrutamos los ciudadanos que anteriormente a la misma no éramos tales sino meros súbditos.

CRONICAS DE LANZAROTE, pues, inicia sus singladuras en un momento crucial en el que casi simultaneamos su primera lectura con el histórico comunicado sobre la tregua etarra. Nace, pues, en un momento de alegría generalizada, sin perjuicio de la cautela y de la prudencia aconsejables. Pero también en una difícil coyuntura para el pueblo conejero que ve indefenso como cada día está perdiendo “a cachitos” su identidad como consecuencia de esa pesada carga inmigratoria que, dado el número de quienes se quedan entre nosotros, entre legales e ilegales, puede dar lugar a que el número de foráneos supere pronto a la población conejera.

Mal asunto. Porque si Lanzarote pierde su identidad como consecuencia de la inadmisible desproporción, el Archipiélago Canario entero perderá también la suya. Porque, yo al menos, no concibo una Canarias con un Lanzarote diferente y devaluado como consecuencia de algo que, habiéndose podido prever y evitar, los Poderes públicos fueron incapaces de impedir.

SI LANZAROTE PIERDE, CANARIAS ENTERA TAMBIÉN PERDERÁ
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