lunes. 19.05.2025

Por L.S.L.

El otro día tuve que ir al hospital con mi hija de cinco meses porque tiene un problema en una cadera. No voy a entrar en si se lo podían haber detectado antes o no, o en que perdieron el informe y tuve que esperar un mes para que la atendieran, algo que no creo que sorprenda a nadie.

Hoy quiero hablar bien de una parte de la sanidad pública de Lanzarote, en concreto del doctor Borja García Vian, que es el traumatólogo que está tratando a mi hija. No sé si es por su juventud o porque todavía no está del todo desencantado con los medios que se le ponen a su alcance pero quiero expresarle mi profundo agradecimiento por el trato que le ha dado a mi hija.

Mi marido llevó a la niña una mañana a consultas externas y ante la posibilidad de que este problema de la cadera fuera serio, le dijo que sobre la marcha le sacaran una radiografía, así que bajó con la pequeñaja a rayos y el responsable de turno decidió por su cuenta y riesgo que la salud de una niña de cinco meses que venía derivada en ese mismo momento de traumatología no era lo suficientemente urgente y que no le hacían la placa. Mi marido volvió a ver al doctor García Vian y por lo que me comentó, éste se pilló un buen rebote y le dijo que volviera a la tarde con la niña.

Volví con ella yo y el trato fue excepcional. Me explicó que tengo que ponerle una ortopedia y me dio toda la información de forma lo suficientemente tranquila como para que una madre primeriza al borde de un ataque de nervios pudiera entender. Pero no queda ahí la cosa. Cuando fui a la tienda a comprar el aparato me dijeron que esa misma mañana se había pasado por allí el médico para dar unas explicaciones. UN MÉDICO DEL HOSPITAL GENERAL VA A UNA TIENDA DE ORTOPEDIA EN SU TIEMPO LIBRE PARA DAR UNA INDICACIÓN SOBRE UNA PACIENTE. ¡Increíble, verdad!

Bueno, pues una vez más mi agradecimiento al doctor Borja García Vian. Ojalá Lanzarote no deje escapar a un profesional así.

Gracias al doctor Borja García Vian
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