Eliot Sadam A.N., acusado de matar a un joven en la fiesta de La Rama, en 2005, se sentó este lunes en el banquillo y reconoció haber agredido a la víctima pero sin intención de acabar con su vida.
Josefina Navarrete, abogada de la defensa, solicita una pena de 2 años de prisión por un delito de homicidio imprudente con la atenuante de consumo de sustancias estupefacientes y alcohol y legítima defensa, así como 40.000 euros de indemnización.
El fiscal, por su parte, solicita una condena de 11 años de cárcel y 50.000 euros de indemnización, frente a los 16 años por asesinato que solicita la acusación particular y 100.000 euros de indemnización a la familia de la victima.
La abogada de la defensa, Josefina Navarrete, se dirigió al jurado para explicarles que se produjo un homicidio imprudente pues “el arma que causó la muerte del joven era una botella de cerveza rota que previamente rompió en la cabeza de su cliente”:
“Cuando se ve en el suelo es cuando coge la botella rota para espantar al grupo que le rodeaba, con la mala suerte de que alcanzó a la víctima”, dijo. “No hay un asesino, ni un delincuente, sino una persona normal que consumió copas, coca y hachís”, concluyó Navarrete.
Tal y como relató el acusado, el inicio de la pelea se produjo al chocar con Antonio Vega, la víctima, a quien le derramó la copa encima sin querer, a lo que le devolvió “una cachetada”. “Nos peleamos, y me empezó a pegar un montón de gente. Todo ocurrió muy rápido. Caí al suelo al darme el botellazo y la vi. La cogí y me levanté haciendo gestos de defensa”, explicó el propio encausado.
Eliot Sadam A.N. manifestó al Ministerio Público que no recuerda haber visto a nadie con sangre en el cuello y no fue hasta el día siguiente, cuando una amiga se lo dijo, el momento en el que supo lo que había ocurrido.
El fiscal puso de manifiesto algunas contradicciones en las que incurrió el acusado y para ello hizo constar la declaración que Eliot hizo en la Policía. Será mañana, a partir de las 9.30 horas, cuando continúen las declaraciones testificales y las periciales.
