Fotos: Dory Hernández
En la Calle Real de Arrecife se ofertan cualquier cantidad de accesorios para despedir 2008.
Los vecinos de Tinajo podrán disfrutar un año más de la fiesta de nochevieja en la tradicional carpa con entrada libre que dispone el Ayuntamiento con la colaboración de los ciudadanos del pueblo y del Cabildo insular. El alcalde Jesús Machín informó este miércoles que la única novedad es el traslado de la barra al exterior de la carpa con la finalidad de controlar el consumo de bebidas alcohólicas entre los menores de edad. Por su parte, el municipio de Haría no se queda atrás y tiene organizada la gran verbena de fin de año para los residentes y visitantes que deseen apuntarse al ambiente festivo e integrador. Tanto el alcalde de Tinajo como el de Haría, José Torres Stinga, hacen un llamamiento a los vecinos para que disfruten de la nochevieja en sus municipios y eviten traslados a Arrecife u otras zonas de ocio para evitar accidentes. Además, piden moderación y prudencia en las últimas horas de 2008 y las primeras de 2009.
Los lanzaroteños olviadron por un momento la crisis y apuraron sus compras para la última noche del año.
El municipio de Tías usualmente organiza una gran fiesta en los alrededores del Centro Atlántico de Puerto del Carmen pero este año ha sido suspendida debido a las obras de saneamiento que se adelantan en la Avenida de las Playas. Sin embargo, el Ayuntamiento tiene un completo programa cultural para las fiestas de fin de año y Reyes. La calle Real de Arrecife, que puede considerarse el centro de compras de toda la Isla, sigue siendo un hervidero humano. A pesar de la crisis, la gente apuraba sus últimas compras para dejar de buena forma este duro ejercicio y empezar con optimismo 2009, aunque las previsiones no sean las mejores. Los comerciantes se la han ingeniado para estimular las ventas y hasta en algunos escaparates se podían leer: “Precios para la crisis”. En fin, nochevieja es nochevieja y las fiestas, unas más austeras que otras no faltarán.
La Calle Real de Arrecife se convirtió en un visitado mercadillo.
