Este pasado sábado, 5 de marzo, desde las 18.00 horas, tuvo lugar el acto de inauguración y rotulación del monolito en honor al filántropo Luis Ramírez González (19/02/1884-20/05/1950), quedando instalado en la plaza de la entrada a la localidad de “El Islote”, dando nombre a la misma.
El monolito, tal y como informa este lunes en nota de prensa el Ayuntamiento, lo descubrió la alcaldesa de San Bartolomé, María Dolores Corujo Berriel acompañada por ediles municipales, autoridades y vecinos y vecinas de la localidad.
Posteriormente, los presentes en el acto se desplazaron a pie hasta la que fuera residencia de Don Luis Ramírez González, hasta su fallecimiento, actualmente Bodegas La Florida.
El acto contó con la presencia de Domingo Antonio Díaz Tejera, Estinalao García González, o Silvano Corujo Rodríguez, cuyos estudios son fruto de la generosidad de Luis Ramírez González , que dejó así establecido en su testamento que se otorgaran becas. También vecinos de la zona, entre los que se encontraban José Parrilla y Domingo García fieles testigos de la historia de la finca y casa, en la que trabajaron disfrutaron del acto durante toda la velada.
La alcaldesa señaló en su discurso que “San Bartolomé hoy homenajea con sencillez el altruismo de una de sus personalidades notorias, Don Luis Ramírez González, gran amante de la cultura en todas sus vertientes, legó sus propiedades a sus cercanos, al pueblo de Teguise, San Bartolomé o Arrecife, donde poseía inmuebles y a la iglesia católica. Continuó con un esbozo de su trayectoria y figura, concluyendo, le debíamos un reconocimiento y este es el homenaje de San Bartolomé a un hijo de este pueblo, filántropo comprometido con la educación, el patrimonio cultural e histórico, la naturaleza y conservación”.
La alcaldesa dio paso a Silvano Corujo, que destacó de Luis Ramírez González el haber sido un “insigne conejero, hombre sabio, que amó la soledad".
Así, y por voluntad y deseo testamentario, todo su enorme patrimonio se dedica a ocho becas perpetuas para otros tantos niños conejeros en La Institución Salesiana de Las Palmas.
A continuación, los asistentes disfrutaron con música de la mano de la Parranda Raíces y un vino de honor en los jardines y terraza de Bodegas La Florida.
Por su parte, María Dolores Fernández, concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de San Bartolomé, agradeció a todas las personas y trabajadores que han colaborado en este acto, así como la presencia de vecinos de la localidad, a aquellos que forman parte del legado “testimonial” que bien han conocido la historia de Don Luis y de la finca, por haberla trabajado y vivido y a Ginés González, propietario de Bodegas La Florida por su colaboración en este acto. “Este es el reconocimiento a la labor altruista y el interés por perpetuar la cultura, la historia y la memoria, a través de la labor realizada por personas destacadas de este municipio”.
Luis Ramírez fue un insigne conejero, batatero para más señas, fue un hombre sabio que amó la soledad. Vivió en la casa de La Florida, hoy Bodega, hasta 1950, año en
que murió, en Barcelona, camino de Roma con motivo del Año Jubilar del mencionado año. Pasó su vida entregado a la propia misión de un Cooperador Salesiano, pues a la Asociación de éstos pertenecía: A la cultura, a la naturaleza y al patrimonio histórico artístico lanzaroteño, pero, dedicado, principalmente, a los niños más necesitados de isla.
Así, y por voluntad y deseo testamentario, todo su enorme patrimonio se dedica a ocho becas perpetuas para otros tantos niños conejeros en La Institución Salesiana de Las Palmas. Luis Ramírez González, insigne lanzaroteño, fue, en efecto, un hombre sabio que amó la soledad, pero que, “como los pájaros, cantó no sólo para él”.