El Área de Patrimonio del Ayuntamiento de Teguise, que coordina la concejala Olivia Duque, informa que su equipo continúa con el proyecto de recuperación de las cruces de difuntos, acaban de restaurar varias de estas señales en el camino de Tao. La mayor se instauró en memoria de Francisco de León León, llamado ‘Francisco el del jable’ en 1945. También se colocaron las cruces pequeñas que había en este punto, pero se desconocen los nombres de los fallecidos que rememoran.
El alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, que apuesta por rescatar del olvido las tradiciones del municipio, añade que ya se han arreglado y restaurado las cruces de: Tiagua, Guenia (El Mojón) y a la entrada de La Villa.
Todos estos enclaves en el municipio eran parte de los caminos de difuntos, senderos que atajaban desde las distintas localidades lanzaroteñas hasta La Villa Teguise. Tienen este nombre porque eran utilizadas para trasladar a sus seres queridos fallecidos hasta el cementerio, único camposanto que existía en la Isla, en la antigua capital de Lanzarote, y por tanto único lugar dónde podían ser enterradas las personas que perecían.
Las cruces tenían varios fines se instalaban en medio del jable, campo o malpaís para: indicar el camino; cómo punto de intercambio para los porteadores, (muchos fallecidos eran llevados a hombros); también eran lugar de oración; en memoria de una persona; o recordando que murió en ese punto.
En este caso el maestro ebanista Asunción Betancort pudo rescatar parte de los brazos antiguos de la cruz de tea, tallados en redondo, las partes superiores. Una vez restaurados los imbricó en el palo central que talló con madera nueva de tea.
En el caso de las cruces pequeñas estaban demasiados astilladas e hizo una reproducción en la misma madera. Los maderos fueron encontraron muy dispersos por la zona. Estas cruces solían significar paradas de descanso de los familiares portando al fallecido. Esta zona se denomina ‘Las Crucitas’, nombre muy común en Canarias y que suelen tener el mismo significado en todas ellas, pero en Tao se ve el origen que dio nombre a la designación de este paraje.
La directora del Archivo Histórico del Ayuntamiento de Teguise, María Dolores Rodríguez, que se encarga de investigar todos los datos entorno a estos puntos, nos indica que el fallecido Francisco de León, estaba casado con Asunción Betancort, tuvo cuatro hijos: Bárbara, Francisco, Juan José y Matilde. Asimismo, nos describe que la cruz tiene una peana de piedra recubierta de cemento, en la base recoge el nombre del fallecido con la fecha ‘Francisco 10-11-1945’. También en el brazo vertical está inscrita la toponimia ‘Tao’.
Este punto fue muy importante en el pasado por los católicos, por ello también fue bendecido por el cura Rafael Tejera Parrilla, sacerdote de la Parroquia de San Bartolomé, a la que pertenece la localidad de Tao.