Fotos: Dory Hernández
- En contra de lo que ya es habitual en la mañana que sigue a tantas horas de desfase, este año durante la amanecida no hubo demasiada gente ‘tirada' y no se vio a tanto ‘bala perdida' apestando a alcohol por la mañana, mezclándose con los serenos y madrugadores despertares de la otra parte de la ciudad
- Las zonas más afectadas por la noche de los mogollones lucían impecables desde tempranas horas. Afortunadamente, también fueron escasas las agresiones e intoxicaciones etílicas que se registraron
Noche de locura. Los carnavales en Lanzarote no dejan indiferente a nadie. La pasión con la que se viven hizo pasar este lunes muy buenos momentos a cuantos se decidieron a salir este año de casa. Como características principales, originalidad, mucha alegría y derroche de diversión. ![]()
Arrecife y las miles de personas que disfrutaron de la noche de los mogollones vivieron este lunes como si de su última fiesta se tratara. Aunque la jornada del pasado viernes no estuvo nada mal y con la noche del sábado parecía que el Carnaval quemaba sus últimos cartuchos, la fiesta que registró la capital lanzaroteña horas después del Gran Coso carnavalero no tuvo parangón.
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Los más animados decidieron salir de fiesta casi por la tarde. Desde las seis podían contemplarse disfraces, batucadas, risas, maquillaje, tambores, pelucas, muchas pelucas, y el típico buen ambiente que antecede a este tipo de celebraciones.
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Sin embargo, no fue hasta bien entrada la noche cuando el Carnaval tornó de fiesta todo el centro de Arrecife. Desde la calle Real, Fajardo, José Molina, la Plazuela, la calle Canalejas, la Avenida de la Mancomunidad, la zona de los Betancores, el Parque Islas Canarias, ... todo el casco histórico de Arrecife estaba a reventar. La gente, en frenesí viendo que lo bueno se acababa, mantuvo una actitud muy animada y muchas ganas de diversión.
Disfraces
Era sin duda la noche en que más disfraces podían contemplarse. Las caracterizaciones más repetidas se inspiraban en demonios, indios, médicos, pistoleros, superhéroes y personajes de cómic, hubo mucha indumentaria relacionada con el típico guiri, se vio mucho chico vestido con traje de sevillana y también algunos indianos. Los diseños propios brillaron con luz propia, lo que ayudó a que muchos desconocidos cruzaran risas y miradas de complicidad entre sí.
Había mucho glamour y, al mismo tiempo, nadie o casi nadie había escatimado en detalles a la hora de confeccionar su disfraz. Pero también hubo muchos que quisieron sustituir a unos policías locales que estos días andan de baja médica.
De hecho, accesos como el de la Plaza de la Constitución por la calle Fajardo eran continuamente restringidos por algunos de estos ‘tunantes' que, entre pitos y risas, y siempre ataviados de un uniforme calcado al de la Policía Local de Arrecife, situaban en mitad de la calzada las vallas de las recientes obras ejecutadas en el lugar. Afortunadamente, el buen ambiente también reinaba entre los conductores y los agentes.
Como áreas comunes, a partir de la media noche comenzaron a abarrotarse las zonas de El Almacén, El Tambo, El Buzo, con escenarios genialmente decorados y originales ventorrillos abiertos para la ocasión. Pero también barrios cercanos como el de La Vega terminaron contagiados por el ambiente, eufórico y al mismo tiempo de bacanal, que todo el centro de Arrecife rebosaba esa noche. ![]()
Alcohol
Como cada lunes de mogollón, las subidas de tono iban sucediéndose entre los personajes que reunió el Carnaval. Una copa allí, otra por aquí, un conocido que nos invita y que no podemos decir que no.
Aunque era lunes, nadie o casi nadie, tenía que madrugar, así que este lunes hasta altas horas las principales arterias de la capital se contagiaron de la alegría de la fiesta de la carne.
Sin embargo, en contra de lo que ya es habitual en la mañana que sigue a tantas horas de desfase, este año durante la amanecida no hubo demasiada gente ‘tirada' y no se vio a tanto ‘bala perdida' apestando a alcohol por la mañana, mezclándose con los serenos y madrugadores despertares de la otra parte de la ciudad. Además, las zonas más afectadas por la noche de los mogollones lucían impecables desde tempranas horas.
También hay que congratularse por las escasas agresiones e intoxicaciones etílicas que se registraron.
El final del Carnaval se vivió en Arrecife de forma muy especial, con mucha participación ciudadana, miles de entusiastas, mucha diversión y sobre todo, mucho humor y doble sentido a la hora de buscar el disfraz ideal. Los bailes estuvieron muy relacionados con la samba toda la noche, aunque haber hubo de todo y hasta el más tímido se animó.
Este miércoles por la tarde la fiesta toca a su fin. En localidades como Haría o Arrecife, la fiesta de Carnaval tendrá su colofón con el entierro de la sardina.