Fotos: Dory Hernández
“La Movilidad de los Menores” es el último programa de Educación Vial del Cabildo de Lanzarote. El objetivo es el de siempre: prevenir y concienciar. Y la razón, por desgracia, es también la de siempre: frenar el número de accidentes que a diario acaban con la vida de cientos de personas en las carreteras.
Los accidentes de tráfico son la primera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. La carretera es una de las culpables que engorda el índice de mortalidad en toda Europa junto con el cáncer y el corazón, las otras dos temibles “ces”. Por este motivo, el Cabildo de Lanzarote apuesta en esta ocasión por dirigir una campaña específica a los más jóvenes de la Isla. “La Movilidad de los Menores” es un programa que combina mensajes educativos teóricos y prácticos destinado a alumnos de 3º de Primaria de toda la Isla. Comenzó en el mes de diciembre y el pasado martes se puso en marcha una segunda parte más práctica.
Está organizado por el Servicio de Seguridad y Educación Vial de la Corporación insular y el consejero de Juventud, Deportes y Seguridad Vial del Cabildo de Lanzarote, Manuel Cabrera, se encargó de presentar ayer el contenido y desarrollo del programa hasta el momento. “Hemos destinado 180.000 euros para esta campaña que llegará a unos 1.800 niños de toda la Isla porque contamos con unidades y circuitos para las prácticas en la capital y en todo Lanzarote”, explicó para Crónicas el consejero.
Prevenir hoy para no lamentar más mañana
Durante noviembre, los estudiantes lanzaroteños asistieron a diferentes sesiones en las que comenzaron a familiarizarse con la teoría del tráfico. Aprendieron las señales, el significado del mobiliario urbano y las normas de circulación de dentro y fuera de un poblado. Y desde ayer hasta finales de enero comenzarán a familiarizarse de manera más práctica con el mundo de la conducción. El Cabildo ha desplegado todos sus medios para afrontar con éxito esta segunda parte. Los jóvenes abordarán aspectos como la seguridad de los conductores de bicicletas, la importancia de las señales de tráfico, los peatones o las distintas partes de la calle. “Se trata de que desarrollen sus hábitos psicomotores y unas conductas seguras relacionadas con la conducción”, matizó Cabrera.
Este plan tiene varios propósitos que van desde prevenir los accidentes infantiles hasta desarrollar hábitos correctos de comportamiento, pasando por promover el respeto a las normas y valores de los pequeños como conductores del futuro que son.
Un llamamiento de precaución
Cinturón de seguridad, mantenerse lejos de drogas y alcohol, los ojos bien abiertos... Y no tener prisa, porque nunca es cuestión de llegar antes o más lejos, el caso es llegar. Aquí atrás, algunas fórmulas sencillas con las que entre todos se puede evitar la bofetada de otra muerte más.