A esta hora, subida al avión que la devuelve al continente, es muy posible que esté repasando mentalmente los ingredientes necesarios y la receta para hacer el caldomillo. O quizás, la del sancocho. O la de la carne de cabra. O, muy posiblemente, los de su gran descubrimiento, el mojo canario, una “salsa riquísima” desconocida en un país en el que “las comidas no suelen ir acompañadas de mucha salsa”.
Asistida en todo momento por Méndez, explica este lunes en nota de prensa la dirección de los Centros Turísticos, Nana pudo descubrir los secretos que encierra la elaboración del caldomillo y los misterios del sancocho y la carne de cabra, todos con productos de primera calidad. Además, disfrutó elaborando los postres bandera del centro, el gofio dulce y las torrijas conejeras. De igual forma, Nana pudo conocer las funciones, la responsabilidad específica y el trabajo que desarrollan todos y cada uno de los profesionales de la cocina del Monumento al Campesino.
El consejero de Turismo del Cabildo de Lanzarote, Echedey Eugenio, quiere agradecer públicamente la “implicación, la profesionalidad y las ganas de compartir conocimientos” del equipo del Monumento al Campesino. “Ellos son la clave del buen funcionamiento de un centro que es reconocido por preservar la cocina tradicional lanzaroteña y las costumbres del sector primario de esta isla”.
A esta hora, Nana vuela de regreso a Madrid. Desde allí, embarcará en un avión con rumbo a Marruecos, su siguiente destino. Luego emprenderá viaje a Portugal, Irlanda, Islandia, Dinamarca y Bélgica, las siguientes escalas que tiene anotadas en su libro de ruta, para finalizar esta experiencia gastronómica en Australia, después de visitar más de una veintena de países. Junto a ella, en su equipaje, viajan ya algunos de los mejores secretos de las cocina lanzaroteña rumbo a Japón.