viernes. 02.05.2025

Ante el aumento de los casos de acoso escolar en las Islas el Gobierno de Canarias ha puesto en marcha un servicio de apoyo a los niños que se encuentren en esta situación.

Bajo el lema “Ya no estás solo” la Consejería de Educación anima a los afectados por este tipo de situaciones, denominadas también como bullying, a denunciar el acoso de sus compañeros llamando a un número de teléfono en el que encontrarán a un equipo de psicólogos a su disposición.

El servicio atiende los casos de todas las Islas, hasta donde se desplaza un equipo de los servicios sociales de la Consejería para estudiar en profundidad, y en coordinación con el centro educativo, cada caso denunciado.

El servicio lleva ya un mes funcionando y son muchos los que se han animado a reclamar auxilio ante una situación que afecta en España a unos 150.000 alumnos. Son muchas y muy complejas las causas que llevan a los jóvenes a convertirse en acosadores de sus compañeros, pero la impunidad con la que entienden que pueden actuar es un agravante que se pretende acotar con este tipo de medidas, que actúan protegiendo a las víctimas.

Un problema generalizado

El acoso escolar se ha convertido en un problema que ha pasado de ser un fenómeno aislado que se atendía en el ámbito de cada escuela, a convertirse en un complejo entramado que se da con demasiada frecuencia, trascendiendo incluso a la actualidad informativa.

Casos como el de Jokin, el joven que se suicidó en 2004 por la presión que vivía en la escuela por el acoso de sus compañeros, dieron la voz de alarma a la opinión pública, que comenzó a demandar medidas de control ante este tipo de situaciones. Hasta ese momento no se contabilizaban demasiadas denuncias de este tipo, que se multiplicaron a partir de este momento.

Los padres fueron los primeros en movilizarse, y son ahora también los primeros que agradecen servicios como el del Gobierno de Canarias, que les dota de una herramienta con la que ayudar a sus hijos.

Uno de los principales problemas con los que se encuentran los adultos con un chico que sufre acoso a su cargo es la dificultad de detectar el problema. En muchos casos, los niños no quieren hablar, tienen miedo y comienzan a cambiar su conducta haciéndose más reservados e introvertidos y pierden cualquier aliciente para acudir al colegio.

Los expertos en sociología y psicología estudian el tema desde sus disciplinas intentando encontrar una respuesta a un fenómeno que tiene raíces en muchos ámbitos de la sociedad. Algunos apuntan a la pérdida de valores de respeto y disciplina, también se señala a la influencia negativa del ámbito familiar de los acosadores o al modelo educativo que se ofrece en las escuelas y en los medios de comunicación. Sean uno o todos estos factores los que intervienen en este desequilibrio entre compañeros de escuela, la realidad es que son cada vez más los escolares que se ven aislados en sus centros por el capricho de uno o varios compañeros que deciden hacerle la vida imposible porque encuentran en él una debilidad que les resulta irresistible.

Perfiles

El por qué se elige a una víctima u otra tiene mucho que ver precisamente con la debilidad. El acosador elige a su diana por criterios tan simples como cualquier motivo físico o conductual que sea susceptible de la risa de sus compañeros.

Los niños obesos, con defectos oculares, con orientación homosexual, o los bajos son los que más sufren acoso escolar, según las conclusiones de los pediatras que participan en su XX Congreso Estatal en Granada. Además las estadísticas demuestran que existe también una mayor incidencia de casos en los alumnos de secundaria, que son los que más sufren y ejercen el acoso escolar. El tipo más frecuente de acoso se trata de insultos, burlas o ponerles motes, pero sobre todo se trata de presionar al acosado para que sienta y demuestre su aislamiento, lo que supone para el acosador una situación de superioridad y dominio que le da poder ante el resto del grupo.

Por su parte, el acosado tiene también algunas características que lo definen. La experta en acoso escolar María José Díaz-Aguado, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense, explica en su estudio sobre el tema que “la base común de todos los chavales que ejercen acoso sobre sus compañeros es que no encuentras su lugar en la escuela. Si a eso le unimos situaciones de riesgo y la contradicción de la propia sociedad, que en ocasiones justifica la violencia (el cachete de un padre a su hijo, por ejemplo), el resultado es el acoso a sus compañeros o sus profesores”.

El respaldo del miedo

El exceso que se permiten los jóvenes que acosan a sus compañeros tiene mucho que ver con el poder que creen poseer ante la total impunidad con la que consiguen actuar. Amenazan a sus víctimas para que no se “chiven” de nada, y buscan además el respaldo de un grupo de compañeros para amedrentarlo aún más. El miedo que terminan provocando en el acosado y en el resto de niños de la clase, que no quieren represalias contra ellos, acaba por proporcionarles un contexto perfecto para actuar a sus anchas.

La protección de la víctima es precisamente el objetivo que persigue el teléfono de ayuda que ha puesto en marcha el Gobierno de Canarias. Esta protección tiene mucho que ver con la atención psicológica y con el estudio de los casos, pero no tanto con la reeducación del acosador y la actuación sobre cada problema para evitar que se repita.

En este sentido, el papel de las autoridades se limita al apoyo a las víctimas, al estudio del caso y a la comunicación del problema al centro, que será el que actúe en consecuencia.

Un equipo de psicólogos atiende telefónicamente a los alumnos que sufren acoso escolar...
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