Con la llegada de la pandemia se descubrió un fenómeno que era mucho más grave de lo que las instituciones públicas y sus responsables se pensaban, la cantidad de personas que vivían en la calle sin ningún tipo de recurso y sin vivienda a la que acceder. De hecho, en la capital, la concejal de Asuntos Sociales, María Jesús Tovar, y el entonces consejero de Bienestar Social del Cabildo, Marcos Bergaz, tuvieron que reconocer que se habían visto desbordados por la aparición de decenas y decenas de personas que tuvieron que acudir al albergue improvisado que se montó en la Ciudad Deportiva.
Con el final de la pandemia todas las personas que estuvieron allí, a falta de que se construya el tantas veces prometido albergue municipal, han vuelto a la calle. A las habituales, que en la mayoría de los casos se busca la vida ocupando pisos abandonados o entrando por la fuerza en otros que tienen propietario con ganas de mantener su propiedad a buen recaudo, se va sumando cada día un número incesante de personas que por unas razones u otras terminan en Lanzarote para malvivir en cualquier esquina.
Es el caso de la persona que está durmiendo en estos días en pleno centro de Arrecife, muy cerca de la Calle Real, en la conocida y transitada calle Antonio Porlier y Sopranis.
Varios lectores se han puesto en contacto con este diario para denunciar que se trata de una persona que parece de origen extranjero que lleva muchos días durmiendo en esa zona. Aseguran que se han puesto en contacto con el Ayuntamiento capitalino y que les han dicho lo que dicen siempre, que si esas personas no quieren acudir a los recursos que les ofrecen no pueden hacer nada, con lo que se deben resignar, ellos y los vecinos afectados, con que aquellos que deciden voluntariamente dormir en la calle aunque sea en esas condiciones lo hagan durante el tiempo que quieran hacerlo. La imagen y el trastorno que provocan este tipo de cuestiones en una zona tan concurrida es más que evidente. Según han pasado los minutos de la publicación de esta información otros vecinos se han puesto en contacto con este diario para sumarse a la indignación de los que han realizado las fotografías y para garantizar que son muchos meses los que llevan aguantando lo que está sucediendo sin que desde el Consistorio capitalino se mueva un solo dedo.
No es ni mucho menos el primer caso ni será el último de estas características en Lanzarote, donde la mayoría de personas sin hogar aprovechan las buenas condiciones climatológicas para subsistir mejor que en otros rincones del globo. No es lo que sucede estos días, en los que las noches han sido verdaderamente frías. Como se ve en la imagen, la persona sin hogar tiene prácticamente su vida montada en el portal, donde ha colocado una especie de cama y donde tiene numerosas pertenencias distribuidas en bolsas y paquetes. Así, dicen los vecinos, lleva muchísimo tiempo sin que nadie haga nada.
