Fotos: Anabel Navarro
La escena ha pillado a la capital por sorpresa. Acostumbrados a repasar dichos que se han dicho pero no cumplido y a hacer montañas con las promesas que se ha llevado el viento o la amnesia política, el hecho de que Ubaldo Becerra, el concejal de Sanidad, Parques, Jardines, haya cumplido su palabra, es toda una buena nueva. Y es que Limpieza ha comenzado a liquidar uno de los puntos negros de Arrecife. Se trata del cementerio de guaguas que desde hace más de un año monopolizaba el paisaje de una gasolinera de la ciudad y en el que ahora los operarios están realizando tareas de desguace y reciclado.
“Todo está a punto, la empresa que comenzará a retirar guaguas está contratada y el problema terminará antes de final de mes”. Becerra ha cumplido con la promesa que lanzó en este mismo diario hace poco más de un mes. Las guaguas abandonadas en una de las gasolineras de la Circunvalación están siendo retiradas. “Todo estará limpio en menos de un mes, podría ser antes pero hemos sufrido una pequeña avería”, indicó Becerra en esta redacción.
El problema se remonta hasta hace más de un año. En el verano de 2006 tuvo lugar un gran incendio en las cercanías de la gasolinera Shell, situada en la Circunvalación que atraviesa la capital de la Isla hasta el puerto de Los Mármoles. Desde entonces no ha sido extraño encontrar guaguas aparcadas en los terrenos de varias gasolineras, algunas en buen estado y otras continúan quemadas o son un cúmulo de material de desguace. Las guaguas aparcadas en la parte trasera de algunas estaciones de servicio estaban siendo saqueadas por la noche, careciendo además de medidas de seguridad contra incendios y de vigilancia. Los empleados de varias gasolineras culpaban del inservible acopio a los acuerdos establecidos con los propietarios de los vehículos.
Por su parte, Becerra cree que es la consecuencia directa de no aplicar las sanciones que contemplan las ordenanzas municipales aunque asegura que “también se debe a la falta de respeto social de la gente que no tiene conciencia cívica”. “Cuanto más quitamos más nos encontramos, ni sé la de porquería que hay ahí metida”, alarmó. Ante tal percal, el concejal promete mano dura, “endurecer las sanciones económicas y revisar las ordenanzas, como ya hemos empezado a hacer porque no voy a consentir que algunos establecimientos sigan sin usar los contenedores adecuados o que gente tire directamente basura por la ventana”, aseguró.
Un duro camino por recorrer el que le queda a esta Concejalía. Y no sólo en tareas de sanidad y limpieza, porque uno de los mayores retos a los que las instituciones tienen que enfrentarse es el de la educación para combatir los que Becerra bien denomina “incivilización social irrespetuosa”.