Comercios cerrados antes de tiempo, calles desiertas de gente y nada de tráfico. El partido entre España y Túnez de este lunes paralizó durante dos horas la Isla, en la que los aficionados al fútbol sufrieron con la remontada de la selección española ante un combinado africano que le puso las cosas muy difíciles al equipo dirigido por Luis Aragonés.
Los bares hicieron su agosto, porque a pesar de que el partido se emitía en abierto a través de La Sexta y Cuatro, para mucha gente el fútbol no tiene sentido si no se ve en compañía de amigos y con una cerveza en la mano.
España mantiene vivo su sueño de ilusionar a todo un país en el Mundial tras firmar un triunfo laborioso frente a Túnez en un partido que se puso complicado y que dieron la vuelta Raúl, Fernando Torres y Cesc Fábregas en un segundo tiempo de película.
España ya está en octavos de final. Había expectación por cómo remontaría España un partido. Y lo hizo bien. Porque Luis Aragonés sabe de fútbol. Ayer cambió el rumbo. Iba mal la historia. Y con 0-1 en contra, arriesgó, puso a Raúl y a Cesc en el campo y los dos fueron decisivos.
Cesc le dio otro aire a España. Encontró a Fernando Torres a la contra y "El Niño" sacó petróleo de su punta de velocidad. Raúl apareció cuando debía. Con España en problemas, con un gol en contra y con la moral baja de la tropa.
Raúl apareció para salvar a España. Era un gol que necesitaba tras una semana polémica. Con gente que le espera desde hace años para tirarle del pedestal. Raúl hizo el gol en un momento decisivo. Cuando España estaba a punto de bajar los brazos.
Seis después, con las pilas cargadas, Cesc sacó su elegancia, su pase interior magnífico, el que tantas alegrías ha dado al Arsenal. Wenger, por cierto, estaba en la grada. Y seguro que sonrió cuando vio a Cesc dar un balón a Torres. De esos que ha cazado Henry en Highbury a pares.
España lo bordó en una recta final repleta de entusiasmo. Con Torres vertical y volcado sobre el portal tunecino. Y en medio de una afición que cada día que pasa se cree más gesta de hacer algo grande en este Mundial. Con olés por parte del público y con un gol postrero de Torres de penalti, España acabó el partido 'bailando' a Túnez y con el pasaporte para los octavos de final en el bolsillo.
Al final del partido tímidos claxon de coches, algún que otro volador y cánticos de "a por ellos, a por ellos". España está ya en octavos de final, que es el mínimo exigible para nuestra selección, la fiesta seguro que será mayor cuando se vayan superando más rondas. De momento, la cosa marcha bien, y España es ya la cuarta favorita en las casas de apuestas.