De entre todas las anécdotas que han ocurrido en esta precampaña-campaña electoral me quedo sin duda con la protagonizada por la candidata del Partido Popular (PP) a la Alcaldía de Segovia, Beatriz Escudero. Esta mujer tuvo que visitar el pasado miércoles el servicio de urgencias del Hospital General de su ciudad porque sentía un fuerte dolor en su mano derecha. Finalmente fue enyesada. ¿La razón? Que no se le ocurrió otra cosa que repartir tarjetas a todo el mundo con su número de móvil, y lo que es peor, no se le ocurrió otra cosa que responder a todo el que le mandaba algún mensaje. Podríamos decir, que se trata de la primera semibaja electoral de esta anodina campaña.
Conozco a más de un político de Lanzarote al que en estos días se le está poniendo la oreja como a los puntales de la lucha canaria o como a los jugadores de rugby que se meten en las melés. No voy a dar nombres. Son fácilmente identificables. Se les ve todo el día con el móvil en la mano, y no son ni José Francisco Reyes ni Juan Pedro Hernández. Estos dos ahora no cogen un móvil ni aunque se lo regalen.
Hablando de estos dos políticos, de los alcaldes de Yaiza y Teguise, me sumo a las críticas que se han hecho contra la actuación llevada a cabo por el Partido Socialista Canario (PSC) para que fueran investigados. Creo, como cualquier ciudadano de bien, que estos dos alcaldes y el resto de cargos públicos deben ser investigados cuando hay indicios de que han cometido algún delito. Lo que no creo es que se deba utilizar un informe encargado por el Cabildo para convencer a la Udyco de que era imprescindible pincharles el móvil. Y ojo, que hablo del Partido Socialista Canario (PSC) y no de Carlos Espino. Para mí el secretario de Organización ha sido hábilmente utilizado (tal vez por él mismo, que para eso es el responsable de la campaña) para llevarse todas las tortas. Le han caído unas cuantas. A otros, como al secretario general, Manuel Fajardo, se les ha reservado para que lleguen intactos al tramo final de la campaña.
Este viernes asistí a un desayuno de trabajo que organizó el director general de Aguas del Gobierno de Canarias, Orlando Umpiérrez. Que conste que con esto que voy a escribir no quiero pagar el café y el zumo que me tomé. No me vendo así como así. Creo que es en estos momentos uno de los políticos lanzaroteños con mayor proyección de futuro. Me da la sensación de que es algo que comparten varios compañeros de profesión y gente de otros partidos.
También lo deben pensar en su formación, Coalición Canaria (CC). Me explico: durante la rueda de prensa, entre sorbo y sorbo de café del personal que acudió a la cita, fueron cayendo unas cuantas preguntas, todas muy interesantes. José Ramón Sánchez, con notable habilidad y tras abandonar el aburrido mundo del saneamiento y de las redes de alcantarillado, le preguntó por su sospechosa ausencia de las listas que la formación nacionalista presenta en Lanzarote. Como su respuesta no fue demasiado convincente, Jaime Puig le remató, obligándole a que se mojara después de preguntarle si no se sentía un poco marginado. Orlando Umpiérrez, que es de los pocos políticos que no rehuye jamás las cuestiones controvertidas, confesó que no estaba en las listas porque en su partido le han prometido que si vuelven a gobernar él estará en el Gobierno, probablemente en la misma Dirección General.
Durante el tercer grado, además, comentó que en CC habían decidido que la gente que podía entrar en el Gobierno (los nacionalistas, teniendo en cuenta la imposibilidad de que pacten populares y socialistas y los resultados de casi todas las encuestas, dan por hecho que repiten en el Ejecutivo regional) no debía ir en las listas. De esto deduzco por tanto que personas como Manuel Fajardo Feo no estarán en ese hipotético Gobierno. ¿A quién colocarán entonces de consejero de Turismo si vuelven a gobernar?
Debo confesar que pasé un rato agradable. Poder aparcar por un momento los cansinos actos de campaña para charlar con los compañeros (con algunos mantengo una relación más que cordial desde hace más de diez años) de cosas tan intrascendentes como el fútbol, los programas de la tele y la detención de la Pantoja te permite oxigenar el cerebro. Cuando salí del Arrecife Gran Hotel todo volvió a la normalidad. Me metí de lleno en la campaña y todavía no he conseguido salir de ella. ¿Cuánto queda para las elecciones?