viernes. 09.05.2025

Por Bruno Perera

La religión -la judía, (y sus sectas) la cristiana y la musulmana- dicen en sus supuestas Escrituras Sagradas, que su dios, Iahu, corrompido como Jehová, e = a Alá; cuando muramos, nos resucitará en el Día del Juicio Final, y que a cada uno nos juzgará de acuerdo con lo que hayamos hecho, de bueno o de malo, en este mundo-Tierra.

si ese dios de tantos humanos religiosos, nos resucitará sólo en el Día del Juicio Final, eso significará que después de fallecer, (sin que importe dónde o cómo), estaremos muertos y en lista de espera durante millones de años hasta que dicho “momentum” llegue. Yo no creo que ese lapso arribe, ni tampoco que posterior a la muerte quedemos pendientes en algún sitio. Nadie que sepamos que haya muerto ha regresado a la vida.

Hay casos de historias médicas en las que se relata que un paciente murió clínicamente y luego regresó a la vida. En verdad, la mayoría de estos acontecimientos fueron casos de personas que permanecieron con el corazón detenido o con el cerebro sin oxígeno, etc.,algunos de ellos/as, según médicos, hasta por un período de 5, 10 ó 15 minutos. Esos pacientes que fueron declarados clínicamente muertos, no lo estuvieron en realidad.

La muerte de un humano, para mí, se produce cuando la memoria y el cuerpo de un individuo desaparecen totalmente, cuando no queda rastro de su entidad. Sea como sea, ningún cadáver en estado de descomposición (podrido) ha resucitado, y estoy seguro de que jamás ninguno lo hará.

Debemos aceptar que cuando una persona muere desaparece por completo, porque si, por el contrario, se cree que pasamos a otra vida, tenemos entonces fe en alguna religión; y, de acuerdo a como hayamos vivido en la Tierra, tendremos temor-futuro a ser juzgados por las reglas de algún dios religioso; encontrándonos cuando estemos cerca del final de la vida, con la situación de las dogmaticidades que nos dicen: si hicimos el bien iremos al Cielo, y si hicimos el mal iremos al Infierno. Pero, ¿quién sabe qué es ser bueno o ser malo?

Estas inculcaciones premiadoras y punibles sobre la vida a la postre de la muerte y al arribo del Día del Juicio Final, son amenazas de premio y castigo que los líderes de las dichas religiones infunden para que mientras vivas te encadenes a ellos y a ellas, y así te prestes a sus acciones, con tus donaciones y servicio a la parroquia o gremio al cual pertenezcas, o te quieran hacer pertenecer. Y con la venia a la donación del diezmo.

Debes saber que no puede haber más vida después de la muerte, porque esto nos llevaría a pensar que, si la hay, debe existir en los confines no habidos de quién sabe dónde y para la eternidad.

Demandar más vida de la que poseemos en este planeta, y la cual perdemos después de la muerte, es decirle a la Creación que somos los reyes bendecidos por el dios de cada cual, o por el COSMO PODER.

Por otro lado. ¿Existirá la reencarnación?

Como ya he dicho anteriormente, cuando alguien muere lo hace para siempre. Por esta afirmación, considero que la reencarnación es una ilusión.

Después de morir, la única reencarnación posible es, aquélla que ocurre cuando las proteínas y ADN que componen nuestro cuerpo se disuelven en la tierra, en el agua y en el aire, pasando así a formar parte de la fuente de alimentación de otros organismos y, en su totalidad, a la del ciclo evolutivo.

Según se aprecia a partir de la ciencia paleontológica, todo aquello que existió alguna vez jamás se repite en la Naturaleza Universal. Cuando una persona muere, ésta como entidad se evapora, y solamente si el individuo tuvo en vida hijos o hijas, algunas de sus proteínas y ADN sobreviven como herencia en ellos y ellas, y se repiten parcialmente en su ulterior descendencia, pero jamás vuelven a formar otro ser igual. La casi-repetición de la materia únicamente se da en su base primitiva reformada, y nunca en sus creaciones finales. Se sabe que algunos de los científicos actuales hacen desde algún tiempo algo a partir de la casi-repetición de la materia humana, y que han clonado animales y podrán clonar humanos en el futuro. Esto se puede entender como una casi-reencarnación científica física de las proteínas y ADN; pero no de la psique, la cual no se puede rescatar porque es parte de un aprendizaje memorial que el individuo realiza mientras reside en la Tierra, o en algún otro sitio del universo, pero que muere con el propio.

Si analizamos la reencarnación tal como se dice que se produce, podemos darnos cuenta que la misma es antinatural porque toma posesión de un cuerpo que ya tiene una identidad y anula la personalidad del poseído, (como es el caso del Dalai Lama), quien según su filosofía budista afirma: reencarnaron en mí los 13 anteriores Dalai Lamas, e incluso Buda.

-Y EL INFIERNO-, ¿EXISTE?

El único Infierno que algunos dicen que hay está escrito en partes del Antiguo y Nuevo Testamento -sobre todo en Apocalipsis (Revelación)- y grabado en la mente de los líderes religiosos, y en la de aquéllos y aquéllas que creen en lo que se han o les han inculcado. Si el dios religioso (como se refiere en las Escrituras supuestamente Sagradas) es misericordioso, bondadoso, castigador, lo sabe todo y creó todo cuanto somos y hay, debe conocer de antemano las respuestas de las acciones genéticas de sus criaturas. Por ello, no pudo de ninguna manera haber creado un Infierno para penar al hombre y a la mujer “malos”, ni tampoco a los inocentes, niños y niñas que nacen muertos, ni a los que nacen vivos y mueren al poco tiempo, -infantes que, según la religión católica, serán por un tiempo quemados en el purgatorio como castigo por el pecado “original” heredado de Adán y Eva-. ¡Qué horror! Qué cosas más vengativas afirman las religiones.

Si damos por hecho lo que exponen las religiones abrahámicas en cuanto a que después de la muerte, en lo llamado Gloria Celestial o Infierno, revivimos espiritualmente, entonces, según como nos hayamos comportado en el mundo físico, iremos a un sitio o al otro. -Si es así-, alguien que fue bueno y religioso en la Tierra irá al Cielo, como alegan las supuestas Escrituras Sagradas, pero si fue malo irá al Infierno. El problema incomprensible surge cuando nos preguntamos: ¿cómo una persona buena, desde el Cielo, se puede sentir feliz viendo desde ese sitio a su familiar que obró mal en la Tierra quemándose en el Infierno? Y ¿cómo una mujer u hombre que tuvo varios amores en la Tierra podrá después de su muerte sentirse feliz al encontrarse con todos ellos o ellas, unos en la Gloria y otros en el Infierno?, etc. A esto, los religiosos contestan que después de la muerte olvidamos esta vida, y que la otra no es material sino espiritual. Si es como los religiosos afirman que después de la muerte no recordamos nuestro pasado... ¡Yo digo algo distinto! Si perdemos la memoria que es lo nos acredita como individuos pensadores, morimos para siempre; y lo que se añada a lo de después de la muerte como religión, son fobias de la ignorancia acerca de la Creación que los supuestos profetas y mesías del pasado dictaron con intención meditada para que los hombres y mujeres de su tiempo fueran dóciles a sus endiablados intereses y, por la misma venia, lo sean también los y las del presente.

Si ese dios religioso existiera y nos quisiera como dicen, buenos y obedientes, ya de por sí nos hubiera dictado en nuestra composición genética esas leyes naturales, y habría creado también un mundo donde para sobrevivir no hubiera necesidad de matar con dolor y como rey de todo lo habido; según dice el Antiguo Testamento: les he dado animales y todo cuanto hay sobre la Tierra para que señoreen………..

De todo cuanto he dicho, te ruego que intuyas como verdad mía, que cuando naces llegas a la luz, y cuando mueres te vas a la oscuridad del olvido, donde no hay memoria, ni dios, ni diablo, ni Cielo, ni tampoco sirvientes ni cerillas para encender alguna hoguera llamada infierno.

Nota del autor dirigida al Papa de turno.

Según la religión abrahámica y sus dos sectas, la cristiana y la musulmana, su supuesto dios, como así esta escrito en el Antiguo Testamento, en el Nuevo y en el Corán: nos juzgará a todos en el “Día del Jucio Final”, cual se celebrará en la Tierra. Esta creencia fue hecha e inculcada bajo el supuesto de que el mundo era el centro del universo, pero un poco antes del año 1300 A.D., se descubrió que nuestro hábitat no era ni es el centro del universo… Ahora en nuestra vida moderna surge una gran pregunta que demanda una gran explicación acerca de esta afirmación religiosa: ¿Si ya la Tierra dejó de ser el centro del universo y pronto como sabemos, otros planetas serán habitados por humanos: ¿qué juicio tendrán aquellos y aquellas que mueran fuera de este nuestro habitat?.... -La respuesta de algunos será, quizá, -Dios mandará Nuevos Testamentos para ampliar el plano del Juicio Final-. ¿Si?... ja,ja,ja,ja….. U otros dirán: hay que tener fe;…… yes yes dijo un inglés

Final.

Dedico este artículo a las personas que tengan su mente y ojos captados por una religión que no les deja analizar ni ver la realidad.

CONSEJOS-

1. No te sientas culpable por nada religioso, se tu mismo/a.

2. El pecado religioso no existe, cúlpate, perdónate o prémiate tú mismo/a.

3. Se Abogado y juez de ti, y haz lo que tu mente te dicte como verdad, eso es la clave de la harmonía mental universal.

¡¡Felices fiestas!!

¿Qué habrá a la postre de la muerte?
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