Cuando asumí el reto de ser el candidato de Coalición Canaria al Senado por Lanzarote, con el
imprescindible apoyo de mis compañeros, tuve algo muy claro desde el principio: me iba a
dejar el pellejo en el intento y siempre iba a ir de frente. Yo voy a dar la cara por Lanzarote,
que nadie lo ponga en duda.
Es la esencia del partido al que pertenezco: Coalición Canaria es la única formación que no se
esconde. No necesitamos resguardarnos bajo el paraguas de marcas blancas o siglas. No
tenemos la necesidad de poner en nuestros carteles la cara de otros que no conocen Canarias
y que sólo se acuerdan de nosotros cada cuatro años, cuando vienen a pedir el voto para
luego actuar en contra de los mismos que les apoyaron.
Estoy en política por convicción, por vocación social, y estoy seguro de que en el Senado se
puede trabajar de una manera diferente. Estoy muy desencantado con lo que el Estado ha
hecho por Canarias y por Lanzarote; mejor dicho, de lo que ha dejado de hacer. La isla no ha
tenido nunca voz en la Cámara Alta y ya es hora de que los problemas reales de los
lanzaroteños se escuchen y se debatan en el Senado. Y mucho me temo que votar a otro
candidato que no sea de Coalición Canaria será un voto inútil, como los hechos han
evidenciado hasta ahora.
No podemos seguir ocultando la realidad de Canarias. Necesitamos diputados y senadores que den la cara por el Archipiélago. Sólo los hombres y mujeres de Coalición Canaria son lo
suficientemente libres para asumir este papel.
No me importa repetir esta idea constantemente porque jamás me cansaré de hacerlo: yo
quiero lo mejor para mi tierra. Quiero que se termine el maltrato que llevamos sufriendo
durante años. Quiero que dejen de quitarnos los 800 millones de euros anuales que sí reciben
el resto de españoles. Quiero que blinden el REF para garantizar así los servicios básicos de
mis familiares, de mis amigos, de mis vecinos. No voy a dejar de reclamar lo que por justicia
nos pertenece. Los que me conocen saben que cuando creo en algo no me rindo, que no
abandono cuando mi objetivo es luchar por los intereses de los ciudadanos. De la misma
manera en que perseveré para ilusionar y dar un giro al municipio de Haría después de
muchos años de estancamiento, lo haré también para atender las necesidades de toda la isla
en el Senado si los lanzaroteños me eligen.
Coalición Canaria no puede ni va a cambiar su discurso. Debemos insistir en él en cada cita
electoral porque quienes gobiernan y han gobernado no han cumplido su palabra con
Canarias.
Si soy elegido senador, no me pienso esconder. Voy a levantar mi mano y mi voz para
beneficiar a mi tierra. No pienso ser cómplice, como sí lo han sido otros, de los recortes contra
Canarias. No voy a perjudicar a los que me han votado y han confiado en mí, como sí lo han
hecho ellos. Necesitamos representantes valientes, no obedientes.
Mi único interés es el futuro económico, el progreso social y el crecimiento de mi pueblo. Yo
voy a luchar por mi isla los 365 días del año, no los 15 días que dura la campaña electoral. Yo
doy la cara por Canarias. Doy la cara por Lanzarote.