En esta nuestra política patria, tenemos varios tipos de políticos, los que no se van ni a cañonazos y los que nunca deberían haber llegado.
Siempre he dicho que el efecto más torticero y pernicioso que tiene la democracia, es que cualquier sujeto mayor de edad puede llegar a ser hasta presidente del gobierno. Da igual que seas un “aparcavacas”, un “amarraboinas” o un “llévale al café al jefe”, que con que tengas 18 años cumplidos te puedes presentar a las elecciones.
Entre los políticos que pertenecen al primer grupo o tipo, D. Mariano Rajoy es el máximo exponente de esta clase de políticos que todavía no se han dado cuenta y ya son mayorcitos para hacerlo, que su tiempo se ha extinguido y que por el bien, no tanto de su partido, sino por el de los votantes que ha tenido, debería volver a ejercer de su verdadera profesión, la de Registrador de la Propiedad, donde nadie le va a discutir ni la efectividad de su trabajo ni la forma de llevarlo a cabo.
El gran problema de que se tome esta decisión radica en el hecho de que, con D. Mariano, deberían marcharse más de uno, por no decir, más de una docena. Y hasta aquí puedo leer.
Independientemente de los logros que en esta legislatura ha tenido al mando de la Moncloa, fundamentalmente macro-económicos mal que les pese a algunos, el problema del PP ha sido que se han olvidado por completo que la mayoría del pueblo español no les habían votado, por mucho que su aplastante mayoría dijera lo contrario. Y este hecho hace que se hayan pasado cuatro años haciendo y deshaciendo, legítimamente por supuesto, lo que les ha venido en gana sin contar con nadie porque con nadie tenían que contar para gobernar.
Cuatro años aplicando el articulo 33 y ahora se acuerda de que hay que ser tolerantes, dialogantes, consecuentes y no se que mas entes añadir.
Todavía le extraña que nadie le quiera como compañero de cama, todavía se mosquea cuando los demás partidos le dicen que con el ni un café. Todavía es de los que viven una realidad paralela, absolutamente alejada de la que sufrimos, que no vivimos, el resto de los ciudadanos incluidos muchos de sus once millones y medio de votantes.
D. Mariano debe irse y con el La Cospe, La Aguirre, El Hernando, La Barbera, El Maroto, El Casado y muchos otros que le han aupado al trono del poder y que le han sostenido, avalado, consentido y justificado en todas las chapuzas que desde Genova se han propiciado.
Lo del Partido Popular es como una de esas famosas estafas piramidales que hemos tenido desde hace años solo que al revés, se forraban los de abajo y los de arriba no se enteraban.
Vale que el PP de Valencia y el de Madrid son autónomos, hasta cierto punto, en la gestión de sus ingresos y recursos económicos, vale que en este partido los tesoreros son un mundo a parte con mando en plaza, todo eso es hasta admisible en los mundos de Yupi, pero que ni Rita ni por extensión Mariano se enteraran de cómo se financiaban las campañas en Valencia yo no me lo creo; Que ni Esperanza ni por extensión Mariano, se enteraran de todo lo que pasaba con la Punica, o la Gürtel no me lo creo. Y por ultimo, no puedo creerme, porque mi limitada inteligencia no me lo permite, que en la calle Genova se estuviera haciendo una reforma de las oficinas de mas de un millón de euros y ni Mariano, ni La Cospe, ni el sumsun corda supieran que por allí circulaba un señor de apellido Barcenas, a la sazón dueño de los fondos del partido, con un maletín de dinero repartiendo cuartos a los que trabajaban en la reforma. No a los albañiles ni a los fontaneros, pero si a sus jefes.
Si razonando estas cuestiones, algún miembro del partido pretende que me crea lo contrario, esta insultando mi inteligencia y la de todos aquellos españoles que hemos estado, por lo menos, veinte minutos en el bachiller.
Por todo esto, por lo que me callo y por lo que vendrá, el mayor favor que le podría hacer D. Mariano a España y a los españoles seria dejarnos, que aunque le tengamos que rendir luto unos días no nos importa, nos pondremos la corbata negra, las gafas oscuras y nos daremos medio litro de colirio para que las lagrimas completen el escenario.
Refundar el partido no es tan complicado ya que de entre los cientos de miles de afiliados que tiene el PP seguro que encontramos cientos que ni están contaminados por la corrupción, ni están condicionados por favores empresariales ni tienen ningún condicionante que les impida ser lo único que les pedimos a los políticos cuando les votamos, HONRADOS.
Y que conste, aunque pueda parecer lo contrario, que yo no soy partidario de que el Partido Popular desaparezca del mapa, ya que creo que la diversidad ideológica es fundamental para que un país se desarrolle en niveles adecuados de modernidad y progreso. Lo que quiero es no tener dirigentes públicos que lo primero que hacen cuando salen de la ducha por las mañanas y se miran al espejo es decirse a si mismos “que guapo soy, que culito tengo y a ver a cuantos consigo engañar antes de ponerme otra vez el pijama”.
Y por ultimo, una vez dejado claro que esto no es un ataque ni contra el partido, ni contra sus afiliados, ni contra los miles de cargos públicos honrados que tienen a lo largo y ancho del panorama nacional, pongo en conocimiento de todos aquellos que han leído estas reflexiones, que las próximas que haga versaran sobre el otro tipo de políticos, esos que nunca deberían haber llegado, entre los que, por circunstancias diferentes, están Pedro Sánchez “El Ansioso” y Pablo Iglesias, “El Iluminado”.