jueves. 01.05.2025

Cuando el apagón es más político que eléctrico

Se apagó España entera. Se apagó Portugal. Se apagó parte de Francia. Vamos, que no fue que a Pedro Sánchez se le fue la mano con un interruptor en Moncloa. Fue algo gordo, histórico, que nos dejó sin luz, sin trenes, sin cobertura y, en algunos casos, sin paciencia.

Y sin embargo, en lugar de unirnos --como haría cualquier sociedad sensata cuando pasa algo de este tamaño--, algunos políticos decidieron que era el momento perfecto para encender no la luz, sino el ventilador de la basura.

Ahí estaba Vox, rápido como el rayo que no tuvimos, acusando al presidente de "provocar el apagón" y de "disfrutar del desastre". Y detrás, el PP, hablando de "apagón informativo", como si en plena caída eléctrica mundial lo lógico fuera montar una rueda de prensa cada diez minutos, aunque no funcionaran ni los micrófonos.

De verdad: a veces da la sensación de que la urgencia no es solucionar nada, sino aprovechar cualquier grieta para lanzar una piedra. Como si el país fuera un plató y ellos, actores de un drama cutre que se resiste a terminar.

Cuando media Península Ibérica y parte de Europa se queda sin electricidad, lo que toca es callar, colaborar y confiar en quienes de verdad saben cómo restaurar el suministro. Después ya habrá tiempo para exigir explicaciones. Y si alguien ha fallado, que se depuren responsabilidades. Pero en ese orden. Porque en mitad de una emergencia no se buscan culpables: se buscan soluciones.

Y sobre todo, se busca unidad. Porque cuando todo está a oscuras, la única luz que nos queda es la que hacemos juntos. No la que nos robamos unos a otros a golpe de declaraciones absurdas.

Señores del PP, señores de Vox: les pedimos que hagan lo que haría cualquier adulto funcional en mitad de una crisis --no ponerse a señalar con el dedo como si estuvieran en una pelea de patio. No todo es culpa de Pedro, ni del PSOE, ni de la izquierda, ni de una conspiración cósmica para oscurecer sus argumentos. A veces simplemente pasan cosas. Y lo que toca entonces es estar a la altura.

Porque ya basta de confundir oposición con obstrucción, y discrepancia con espectáculo. A veces, la política no es levantar la voz. Es levantar el país.

Y ahora, si me disculpan, voy a buscar una linterna. Aunque viendo el panorama político... me temo que ni con cien vatios se ilumina tanta sombra.

Cuando el apagón es más político que eléctrico
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