Por si no hubiera suficiente este fin de semana con la calima, la Agencia Estatal de Metereología (AEMET) acertó cuando predijo que iba a haber viento intenso en la madrugada del sábado al domingo. Dicho y hecho. Un vendaval que ha provocado todo tipo de destrozos a lo largo y ancho de Lanzarote: farolas en el piso, carteles volando, árboles rotos... La peor parte de la historia climatológica se la ha llevado el sur de la Isla, especialmente Playa Blanca, donde ni siquiera las navieras que operan con Corralejo, en Fuerteventura, se han atrevido a sacar sus barcos por el estado de la mar.
Los bomberos del Consorcio de Seguridad y Emergencias del Cabildo no han dado a basto. Las llamadas de emergencia han sido constantes, de un lugar a otro, haciendo que el domingo haya sido uno de los más complicados que se recuerdan.
Según la información trasladada a este diario, a primera hora todas las playas del sur pasaron a bandera roja por el fuerte oleaje y por el viento. En la Avenida de Papagayo, en Playa Blanca, se avisó en seguida de que habían caído varias farolas. También en esa zona un cartel de publicidad saltó por los aires.
En la zona de Famara el panorama era parecido. Allí los bomberos tuvieron que intervenir en algunas viviendas porque se habían desprendido las persianas y alguna ventana estaba con riesgo de ser arrancada y de caer a la calle. También en Famara los bomberos se encontraron con las vallas de una obra del puerto a punto de caer y tuvieron que sujetarlas.
Un panorama complicado que se ha ido calmando poco a poco a lo largo del domingo, donde la calima sigue haciendo acto de presencia y donde amenaza como nunca a la gente con problemas respiratorios.
