La fiscal pidió este lunes 19 años de cárcel para el vecino de Arrecife Glens V.V., un joven multirreincidente acusado de cometer en cuatro horas una tentativa de homicidio, dos robos violentos y un robo de vehículo a motor. Él lo admitió todo, aunque alegó que aquella noche iba muy drogado.
Lo adelantaba en su edición de este martes el diario Canarias 7. El vecino de Arrecife Glens V.V., con dos condenas en su historial –una por robo de vehículo a motor y conducción sin permiso y otra por conducción sin permiso– admitió ayer ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial que en la noche del 22 de diciembre de 2009 asaltó una vivienda en la calle Galicia de Arrecife, y tras robar varios objetos, apuñaló al dueño de la casa que se había despertado –según la fiscal, siete veces—, para después irse a otra casa en la calle La Palma y volver a robar.
Para finalizar la noche, el joven robó el coche de los moradores de la última vivienda asaltada, lo pilotó por la capital lanzaroteña sin carné y a eso de las cuatro de la mañana fue detenido con las llaves de este vehículo en el bolsillo.
La representante del Ministerio Público, Eva Ríos, pidió ayer en su informe final una condena de 19 años de prisión para el acusado, como autor de un delito de robo con violencia, otro de homicidio en grado de tentativa, un tercero de robo con fuerza en casa habitada, otro de robo de uso de vehículo a motor y un delito contra la seguridad vial.
La defensa, dirigida por la letrada Teresa Borges, alegó drogadicción como eximente incompleta e interesó una condena mínima.
El acusado admitió que el relato de la fiscal se ajustaba básicamente a lo sucedido aquella noche. Matizó que sólo había apuñalado al dueño de la primera vivienda porque éste se había abalanzado sobre él y dijo que lo había hecho sin ánimo de matarle. Por lo demás, aseveró que no recordaba mucho de lo sucedido aquella noche porque iba muy drogado.
La Sala escuchó por videoconferencia el relato de la primera víctima, que dormía tan tranquilo en su casa cuando le despertó una sombra sobre él. "No sabía lo que era, la empujé y me empezó a apuñalar", recordó.
Las puñaladas le alcanzaron en el rostro, hombros, clavícula y rostro. Sufrió dos neumotórax y tuvo que ser operado otras tantas veces. El agresor no dudó en dejarlo moribundo en su casa –este martes aseguró que no sabía que estaba tan mal– e irse a robar a la otra vivienda, no sin antes sustraer al malherido tres vídeo consolas y 19 videojuegos, "para venderlos para seguir drogándome", se justificó.
A continuación, el ladrón se introdujo en una casa de la calle La Palma, donde dormían sus dueños –un matrimonio– y sin despertarlos les quitó dos móviles, 50 euros y las llaves de su coche, con el que se dio unas vueltas por Arrecife, según el acusado con otro delincuente.
El acusado dejó estupefacta a la Sala y a la audiencia al asegurar que aquella noche, entre las 12 y las cuatro de la madrugada, se había metido entre pecho y espalda "10 gramos de coca, cuatro de heroína, una botella de ron y un bote de trankimazin", una mezcla que ningún ser humano puede soportar, según los médicos. Dijo que era drogadicto desde los 12 años.