El conductor que en la madruga del pasado día 30 de mayo se saltó un control de la Policía Local en la avenida Rafael Cabrera y atropelló a uno de los agentes -fracturándole el peroné- se encuentra ingresado en prisión preventiva por tentativa de homicidio.
Tras su detención fue sometido a la prueba de alcoholemia, dando un resultado de 1'04 (el máximo permitido es de 0'25). El acompañante detalló a los agentes que tras las maniobras bruscas del conductor le exigió que detuviera de inmediato el vehículo, sin éxito.
Según relata el atestado policial, DSM (natural de Las Palmas de Gran Canaria de 28 años de edad) circulaba a una velocidad superior a la permitida por la avenida Rafael Cabrera donde agentes de las unidades policiales Águila 10 y R-1 habían instalado un control señalizado.
Se activa entonces el operativo y se le hacen señales con las linternas intermitentes para su detención. En un principio reduce la marcha pero al llegar a la altura del primer agente acelera y lo esquiva, así como al resto de vehículos detenidos en el control. Una vez superada esta parte del control, el Volkswagen Lupo de color negro que conducía vio cortada su marcha por otro agente que le ordenó parar.
DSM redujo nuevamente la velocidad para acto seguido volver a acelerar. Este agente de la Policía Local no pudo esquivarlo y fue atropellado, siendo lanzado varios metros y sufriendo la rotura del peroné.
En su huída colisionó con otro vehículo aparcado pero continuó la marcha hacia la avenida Marítima en dirección sur. Varios coches policiales le siguieron a distancia, ya que iba a gran velocidad y cambiaba continuamente de carril.
Finalmente entró en la rotonda del Hospital Insular donde el coche perdió el control e hizo un trompo. Diez metros más allá fue interceptado por los agentes de la Policía Local, quienes lo redujeron y le leyeron sus derechos.
El acompañante de DSM explicó que el detenido se ofreció a llevarlo a la zona de Vegueta “para tomar unas copas”. En el viaje encontraron el control y “de pronto” DSM aceleró contra el dispositivo y contra el agente que fue atropellado. Ante la situación “empezó a gritarle que si estaba loco, que parara” mientras aceleraba hacia la avenida Marítima.