FOTOS: DORY HERNÁNDEZ
El Ministerio Fiscal ratificó este martes ante la Audiencia Provincial de Las Palmas su petición de 8 años de prisión y una indemnización de 3.000 euros para Mohamed Salem Bouali, un joven de origen marroquí acusado de violar a un súbdito noruego el pasado 5 de marzo de 2006, durante los carnavales de Puerto del Carmen.
El fiscal acusa al procesado de un delito de agresión sexual sin violencia pero con intimidación, perpetrado supuestamente por dos personas, según la denuncia, sobre un ciudadano de origen escandinavo que pasaba sus vacaciones por aquellos días en Lanzarote. Hasta la fecha, sin embargo, tan sólo ha sido detenido uno de los dos supuestos autores, que está siendo procesado estos días por la Sección II de la Audiencia Provincial.
Por su parte, la defensa, representada en el letrado Manuel Alcalde, solicitó a los magistrados la libre absolución del acusado al entender, por un lado, que no puede probarse que existió la violación a tenor del informe forense realizado sobre la víctima y que, por otro, no resulta verosímil la autoría de su cliente en tales hechos.
El juicio había sido suspendido este lunes por la incomparecencia de los dos guardias civiles de la Comandancia de Tías que participación en la detención del acusado, al parecer por estar baja laboral, pero que sí prestaron declaración este martes en calidad de testigos.
Hechos denunciados
Un ciudadano noruego denunció ante la Guardia Civil haber sido víctima de una agresión sexual a manos de dos sujetos que conoció esa misma noche. La violación se habría llevado a cabo en un llano con picón en las inmediaciones del Varadero de Puerto del Carmen y Playa Chica, a tan sólo unos dos minutos de del hotel en el que se alojaba la víctima.
Tras una noche de borrachera, el denunciante relata que se quedó dormido en la playa y que al despertar se dio cuenta de que alguien le estaba robando. Al intentar perseguir al supuesto ladrón, terminó solo en un descampado donde dos varones le asaltaron, amenazándole con una piedra sobre su cabeza mientras le violaban, y llegando al menos uno de ellos a eyacular. Minutos después, la víctima se personó ante la Guardia Civil y denunció los hechos, procediéndose inmediatamente a la detención de un súbdito marroquí que respondía a las características aportadas, y que permanece en prisión desde la fecha de los hechos denunciados.
Argumentos jurídicos
Mientras el abogado defensor aseguró que es del todo inverosímil que el denunciante sólo pudiera dar una detallada descripción del imputado -como su cojera o rasgos faciales- mientras estaba boca abajo durante la agresión sexual y por el contrario ni un solo detalle del segundo agresor, el fiscal cree concluyente que los forenses no apreciaran ninguna anormalidad mental en el acusado, que existieran fisuras en el ano de la víctima y que en sus cinco declaraciones el denunciante diera siempre la misma versión. Para el Ministerio, está bastante clara la credibilidad de los hechos denunciados, la colaboración ofrecida en todo momento por la víctima y la verosimilitud de su denuncia.
La defensa aprecia sin embargo contradicciones entre la última versión de la víctima y la ofrecida al principio del proceso, grabada entonces para que pudiera verse este martes en formato DVD como prueba preconstitutita. Así, el abogado esgrime que mientras primero se dijo que al pasar un camión de la basura por la zona los dos agresores se marcharon, luego afirmó que al pasar dicho vehículo sólo intentó pedir auxilio pero sin éxito, con lo que la agresión prosiguió.
Por su parte, el acusado de la agresión sexual aseguró en todo momento que no recordaba nada de lo sucedido aquella noche durante los carnavales de Puerto del Carmen. En primer lugar, el acusado aseguró en su declaración que aquella noche, en la que conoció y salió de copas con la víctima, se excedió en la ingesta de alcohol y el consumo de hachís. Por otro lado, la defensa reiteró que el acusado estaba bajo un tratamiento médico prescrito en Marruecos por problemas amnésicos que padece.
Además, el representante de Mohamed Salem Bouali alegó que su cliente padecía importantes trastornos psicológicos y de sus funciones motrices desde que en 2002 recibió una tremenda paliza que le provocó un traumatismo craneoencefálico severo. Dado que el acusado supuestamente apenas tiene fuerza en las manos, para la defensa es imposible que el acusado sujetara una piedra pesada con la que presuntamente amenazó a la víctima mientras se llevaba a cabo la segunda violación.
Informes forenses clarificadores
El informe médico emitido por el forense judicial sobre las condiciones psíquicas y físicas del acusado, ratificado además a petición de la defensa por el anterior y prestigioso forense de los juzgados de la Isla, dejaron claro que el acusado sí tenía fuerza motriz en las manos y que tomaba muy irregularmente los dos tipos de tranquilizantes que le habían recetado.
Los compuestos “Lagartil” y “Artane” pueden provocar depresión y, según los forenses, su mezcla con abundantes dosis de alcohol puede provocar “efectos inesperados”. Sin embargo, en este punto el fiscal recordó que el acusado había declarado que en la fecha de los hechos juzgados no tomaba los medicamentos. Además, aseguró que el acusado se acordaba de todo lo que pasó esa noche menos de los hechos juzgados.
En principio los dos informes médicos efectuados sobre la víctima parecían ofrecer serias contradicciones. El primero, emitido en urgencias a las 07:50 horas, reflejaba que existían claras fisuras en el ano del varón mientras en el segundo, realizado 24 horas más tarde, se aseguraba que no había tales fisuras.
Tal y como recordó el fiscal, la presencia de fisuras en la zona anal no es un signo inequívoco de una violación. Sin embargo, la poca duración de las heridas, por donde al parecer sangraba la víctima al rozarse con papel higiénico, demuestra para el fiscal que durante la agresión sexual no hubo fuerza pero sí intimidación. Al igual que los restos de arena hallados y las múltiples contusiones que la víctima presentaba.
El caso quedó visto para sentencia. La Audiencia Provincial se pronunciará en un plazo de entre 20 días y un mes, aproximadamente.
La noticia ha trascendido las barreras insulares y nacionales.