FOTOS: JOSE CURBELO
Marcelino Santana Santana, un ciudadano de 64 años natural de Las Palmas, falleció este lunes por la mañana después de que en su vivienda del barrio de Argana, en Arrecife, se registrara una fuerte explosión de gas. Según fuentes oficiales, la víctima dejó abierta toda la noche la bombona de gas y la explosión se produjo después de que el morador de la vivienda tratara de encender una de las cocinas cuando se disponía a desayunar.
El Centro Coordinador de Emergencias confirmó que el fallecimiento se registró después de que se recibiera un
aviso alrededor de las 06:40 horas, en una llamada que alertaba del derrumbe del techo de una granja agrícola en las inmediaciones de la calle Campoamor del barrio de Argana, en el municipio de Arrecife.
En la zona, que quedó precintada por la Policía, había hasta tres palas mecánicas del Ayuntamiento de Arrecife y el Cabildo de Lanzarote que comenzaron a retirar escombros para rescatar el cadáver.
El personal sanitario del SUC desplazado al lugar consiguió llegar a donde se econtraba el cuerpo de esta persona con la ayuda de los bomberos y confirmó que estaba fallecida. Los trabajos de desescombro para recuperar el cuerpo se prolongaron hasta alrededor de las 11:00 horas, momento en el que se confirmó que se trataba de un varón.
La comisión judicial se desplazó hasta el lugar y el forense procedió al levantamiento del cadáver.
Pesquisas policiales
En vista de que la propia bombona -separada de la estructura principal de la nave por una pared- estaba intacta tras el siniestro, las primeras pesquisas policiales apuntan a que el escape y emanación del fluido hizo que a primera hora de la mañana la fuerte concentración del combustible terminara provocando una devastadora explosión que derribó la estructura principal de la vivienda de la víctima, una granja agrícola en la que el fallecido, que apenas llevaba allí instalado un año y medio, había construido dos habitaciones, un baño y una cocina.
Al lugar se desplazó también personal de una perrera, ya que al parecer la víctima tenía un par de perros que acababan de tener ocho crías y se temía que alguno de lso animales hubieran perecido tras el derrumbe.
Testimonios
La explosión se dejó notar en todo el vecindario, aunque no provocó más víctimas ni mayores daños en los edificaciones colindantes.
El vecino que vivía pared con pared a la casa de Marcelino comentó a Crónicas que pasadas las seis y media de la mañana despertó al sentir "un tremendo macanazo". El ruido, ensordecedor, le hizo temer lo peor. "Me quedé parado de momento, pensando que era una bomba o algo así. Mi perro estaba muy alterado. Esperé unos segundos y entonces salí y me vi el desastre: todo el techo de al lado de mi casa caído. Como no había señales de este hombre, corrí a la casa de otro vecino para que llamara a la policía".
El Cuerpo Nacional de Policía se hizo cargo de las diligencias correspondientes.