La mala organización que reina en la comisaría de Arrecife está llegando a extremos insospechados. Los ciudadanos que tienen que tramitar su Documento Nacional de Identidad (DNI) o el pasaporte, se ven obligados a esperar en la puerta de las dependencias policiales desde antes de las seis de la mañana para conseguir número para que les atiendan. La imposibilidad en muchos casos de llegar a tan temprana hora, ha forzado a muchos incluso a pagar para que los más madrugadores les cedan su puesto, una acción que deja claro en qué punto de desesperación se encuentran los usuarios de este servicio público, tal y como pudo comprobar ayer este diario.
Pero la odisea no acaba con la adquisición del número. La espera frente a las puertas de la comisaría se prolonga luego dentro a partir de su apertura, a las 9 de la mañana, ya que el ritmo de atención es de unos 20 solicitantes cada dos horas. Esto significa que en muchos casos, los 60 u 80 afortunados que tienen un número se quedan sin realizar sus gestiones, ya que sólo se atiende hasta las 14.00 horas, por lo que deben regresar al día siguiente para repetir de nuevo todo el proceso.
Un mal sistema
Los afectados por esta situación denuncian que el sistema que actualmente se está usando discrimina a los que no pueden estar desde la madrugada en la puerta de la comisaría, y que además no tiene sentido estar desde tan temprano cuando aún tardarán horas en atenderles.
El problema es que, como reconoce el propio director insular de la Administración General del Estado, Marcial Martín, no hay suficiente personal para hacerse cargo del trabajo, y que además el horario de atención al público es insuficiente.
Martín asegura que ya están poniendo los medios necesarios para que esta situación se solucione. En primer lugar se contratarán, probablemente para septiembre, a cuatro personas más para que refuercen el trabajo de los tres funcionarios que actualmente están atendiendo todas las solicitudes. Además, se ampliará el horario de apertura para qua también se puedan realizar estos trámites por la tarde.
Aún así, el sistema sigue sin ser el ideal porque el que se acerca hasta la comisaría sin conocer el método de atención lo hace a partir de su hora de apertura, cuando ya no quedan número, por lo que tendrá que volver otro día, con las consecuentes molestias que esto conlleva.
Instalaciones inadecuadas
El director insular y los ciudadanos afectados también coinciden en las deficiencias de las instalaciones. El reducido espacio con el que cuenta la comisaría no permite que se coloquen más ordenadores para los nuevos trabajadores, y además obliga a los que esperan fuera a hacerlo de pie, apiñados en una pequeña sala con muy pocos asientos.
Ni siquiera las madres con sus hijos pequeños, o las personas mayores pueden sentarse muchas veces, llegando incluso a utilizar las escaleras de acceso como improvisados asientos.
Además, la sala no es exclusiva para los solicitantes del documento, sino que es la misma que usan los que vienen a realizar otros trámites de extranjería, y que también sufren la saturación de la sala.
Para esta cuestión en concreto si que se prevé que quede totalmente resuelta cuándo se abra la nueva comisaría, que contará con los espacios adecuados para más personal y para los usuarios en su espera.