Poster_exterior_TAPAS_70x100_2-2.pdf
Ambos están convencidos de que esta propuesta puede calar en la población, ya que el casco Histórico es un lugar con carácter y propicio para los actos culturales. Además, los asistentes tienen un atractivo añadido, ya que al finalizar la película pueden acceder a una variedad gastronómica cada día más depurada, con el añadido de que los viernes y sábado pueden degustar la ruta de las tapas, oferta que realizan con esmero los centros de hostelería de la localidad.
Sinopsis
En pleno centro de la capital congoleña, Kinshasa, entre el caótico mercado multicolor, las gallinas revoloteando, el trapicheo de los comerciantes y el ruido ensordecedor de la carretera, se encuentran unas 100 personas, algunas sentadas y otras de pie, tocando música clásica de Georg Friderich Händel. Un coro está cantando detrás, menos cuando el polvo de la carretera les obliga a toser…
Los cineastas alemanes Martin Baer y Claus Wischmann dicen “haber seguido a la música europea hasta África”, y, al principio, tuvieron que enfrentarse ante el hecho de estar haciendo “preguntas europeas” para su película.”¿Por qué precisamente Beethoven?, ¿no es difícil tocar en condiciones tan caóticas?, ¿cómo habéis aprendido a tocar los instrumentos?”
En algún momento, habrían decidido que una orquesta africana tocara Beethoven. Si se hubiera tratado de una orquesta sinfónica japonesa, no se habría especulado tanto al respecto. Algunos músicos incluso encuentran paralelismos entre los ritmos africanos y la Novena Sinfonía de Beethoven. Para el director de la orquesta, Armand Diangienda, el esfuerzo que hace su grupo es algo así como “tocar Beethoven con la pasión congolesa”.