Cuando Canal de Isabel II se hizo cargo del ciclo integral del agua en Lanzarote a través de su filial Canal Gestión todo fueron parabienes. En muy poco tiempo la empresa hizo olvidar los terribles tiempos que se sufrieron bajo la gestión política de Insular de Aguas de Lanzarote (INALSA) y lo que todavía resultó peor, la gestión de los administradores de la concursal que supervisó un juzgado y que estuvo cerca de terminar con algo tan básico como es la desalación de agua en un lugar donde se depende casi al cien por cien de la magia de la ósmosis inversa.
Sin embargo, tras los problemas políticos y judiciales que está viviendo Canal de Isabel II en Madrid, tras el relevo del gerente Gerardo Díaz por su implicación en la operación Fitonovo, las cosas han cambiado enormemente. Lejos quedaron los tiempos en los que Canal Gestión abría agujeros en toda la Isla y los cerraba casi en un abrir y cerrar de ojos, metiéndose presión ellos mismos y metiendo presión a las empresas de construcción a las que contrataba.
El mejor ejemplo de esto es el enorme agujero que hace meses abrió Canal Gestión en un lugar tan concurrido como es el paseo de Playa Bastián, en la localidad turística y residencial de Costa Teguise. Han pasado semanas seguidas sin que se vea a un solo trabajador de la empresa adjudicataria de la obra por allí. Vallas, agujero, suciedad y malos olores; eso eso es todo.
Desde el Ayuntamiento de Teguise han confirmado a este diario que ya se han dirigido a Canal Gestión en varias ocasiones para pedir explicaciones por lo que está sucediendo allí, al no entender que no se avance nada en una obra aparentemente sencilla que tenía como función terminar con los malos olores de la zona y que precisamente está provocando el efecto contrario. Según señalan desde la institución municipal, las excusas que da Canal Gestión son de lo más variopinto, principalmente las que tienen que ver con la falta de material y con la necesidad de que éste llegue en un plazo que no terminan de definir.
El caso es que el agujero lleva semanas abierto, y la gente se empieza a cansar. A tres o cuatro metros de la obra se encuentra un restaurante tan conocido como es el Villa Toledo, y a unos cinco metros uno de los parques donde más niños acuden cada día en Costa Teguise. Ni los negociantes de la zona ni los residentes encuentran una explicación, y en el Ayuntamiento, lejos de querer lavarse las manos, aseguran que están haciendo lo posible para que los trabajos se retomen lo antes posible y se termine el proyecto global que lleva un más que considerable retraso.
