sábado. 03.05.2025

Por Miguel Ángel de León

Cuando estas líneas vean la luz impresa o digital, su torpe autor estará aún más lejos que cerca de esta pobre islita rica sin gobierno conocido, a varios miles de kilómetros de la misma. Ustedes se habrán tragado ya las matraquillas propias de las agosteñas fechas (los desnaturalizados sangineles, los concursos de belleza y otros reputados actos culturales). Nada puedo decir al respecto porque nada sé -ni quiero saber- de los mismos. Hablaré, entonces, de las vísperas sangineleras, allá cuando se inició la vendimia. Ahí tengo al menos un mínimo conocimiento de causa, pues no hay año que no me toque hacer de burro de carga (cada uno sirve para lo que sirve) de las cajillas de uvas que arroja la modesta tierrita de propiedad familiar.

Quiso la casualidad que, justo la mañana en la que vendimiábamos, coincidiera en El Cabezo, sobre los volcanes y la arena negra que es ceniza de aquéllos, el equipo de grabación de una película que, visto lo visto, no era una película cualquiera, a fe mía.

-Chacho, allí están grabando una película de mujeres desnudas...

Tal cual: mientras yo cargaba uvas sobre el hombro, los actores cogían melones y las felatrices plátanos y duraznos. Mucha fruta en tan poco espacio y a tan temprana hora, para mi gusto. Y después dirán algunos chafalmejas que el vino está caro.

-Ya se ha perdido todo el respeto. Eso es culpa de los socialistas...

No sé si la “actividad” está regulada, pero no es ni medio regular que a cualquier hora del día y sin previo aviso a los propietarios de los terrenos lleguen unos cuantos y se pongan a f...ilmar. De más allá se montó tamaña escandalera, si ustedes recuerdan, por unas postales de Lanzarote en las que aparecían unas mujeres con menos ropa que vergüenza enseñando sus Centros de Arte y Turismo, seguramente acaloradas por culpa de los volcanes. Algo totalmente inocente comparado con lo que pude ver con mis propios ojos en las primeras fechas de agosto, por si ya era poco el calor que había el día de autos.

Es otra prueba de que Lanzarote ha tenido muy mala suerte con el cine. Si exceptuamos el caso de “Hace un millón de años”, una película muy mala con una protagonista muy buena (de ver) que nos ha hecho una publicidad aún mejor en todo el mundo y parte del extranjero, el séptimo arte no ha parecido ni el noveno cuando se ha dejado caer por aquí. Bodrios como la cinta alemana “Enemigo Mío”, la españolada que rodaron Carmen Sevilla y Juan Pardo a principios de los setenta del pasado siglo y milenio, de cuyo nombre no quiero ni acordarme, aquella cosa llamada “Cómo ser mujer y no morir en el intento”, la infame “Mararía” que en esta tribuna rebautizamos como “Malaría”, o el cuento de los encuentros cinematográficos de los dos Ríos, esos hermanos que nos toman por primos a los conejeros, suman toda una carrera de despropósitos filmados.

Y ahora el cine porno, contra el que nada tengo, Linda Lovelace me libre. No es cierto que la más famosa o mítica de todas esas películas de mujeres descaradas, “Garganta Profunda”, sea una obra maestra. “Es una bobada”, como reconocía recientemente su propio director en un documental emitido en el Digital Plus de Polanco. Hoy su visión debe estar tolerada hasta en los conventos de clausura. Una tía con el clítoris en la garganta no tiene nada de particular: hay millones con el cerebro en el culo, como es triste fama, y nadie se escandaliza. Y me incluyo entre los culicerebrales, para que no me tachen de lo que no soy las cuatro celadoras políticamente correctas. El cine porno es al cine lo mismo que la música militar es a la música. Nada que ver, aunque el porno sea muy visual. En puridad, película pornográfica es una contradicción en los términos (“contradictio in terminis”, por utilizar el latín, pues el griego sonaría mal en un artículo sobre guarrerías españolas, que diría Chiquito de la Calzada, el rey del neologismo). Casi tanta contradicción como hablar de película española, o televisión de calidad, que tampoco es mal chiste.

-Ahora hay tres machangas desnudas y tres tipos en pelota...

-Ah, eso será que lo exige el guión... (de-leon@ya.com).

Porno en Lanzarote
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