miércoles. 14.05.2025

No pude estar allí, una vez más y pese a las reiteradas y amables invitaciones que me trasladaron distintas voces, pero es lo cierto que anoche se inauguraba en la Fundación César Manrique otra magnífica exposición de parte de la obra del lanzaroteño más consciente del particular encanto de esta pobre islita rica sin gobierno conocido (volcánica Jano), que de haber salido aquel aciago y amargo mediodía un minuto antes o un minuto después de la sede de la tantas veces vilipendiada FCM (todavía conservo en alguna parte su atenta invitación para la inauguración oficial de la misma a principios de los 90 del siglo pasado... y todavía sigo sin haber estado allí ni una sola vez; pero todo se andará), a lo mejor hoy estaría aún por aquí, revolviendo Roma con Santiago, e impidiendo que políticos y demás fariseos depredadores se coman la isla invocando su nombre en nombre del "turismo sostenible" y otros cuentos que cuentan los caraduras que comen a cuatro carrillos.

Las caretas, en efecto, empiezan a caer por su propio peso poco a poco: toda la cúpula política, paso a paso, va quedando retratada en su verdadera y pobre dimensión, así como la hipocresía de la que han hecho gala sus integrantes e intrigantes cada vez que, en llegando el 25 de septiembre, suben al cementerio de Haría a hacer como que lloran la irreparable muerte de César, después de ver y dar el visto bueno -un suponer- a vídeos infames contra su figura y su legado fundacional. Falsos como la falsa moneda, que de mano en mano va y ninguno se la queda. Pero quieren quedarse con el personal, todavía hoy. Y después salen cabildicios consejeros alegando que dieron el visto bueno al vídeo de la infamia sin haberlo visto realmente, y alcaldes asegurando sin ponerse colorados que firmaron sin saber lo que firmaban o que lo hicieron otros por ellos de forma delegada o vicaria, para que quede constancia -por si alguien tenía alguna duda a estas alturas del esperpento- de la forma irresponsable con la que actúan de continuo, como es triste fama, llevándole luego los cuentos, los cotorreos y los infundios a la mismísima y atónita Reina de España, la pobre mujer, que no se había visto en otra como aquélla.

Seguro que anoche también se dejó caer por la FCM más de uno de los que tuvieron arte y parte activa en el vídeo del que nunca más se supo. A lo peor por eso es por lo que uno, inconscientemente, evita estar en los saraos inaugurales, en los que no cabe dudar de la buena intención de los organizadores del mismo pero en los que también resulta poco menos que imposible que se te cuele el mismito lince que intentó colártela. No sé si me explico, pero yo me entiendo.

Del éxito de convocatoria de la exposición manriqueña tampoco cabe dudar. Y mucho que me alegro de antemano, vive Dios, pues entre tanto gentío nadie extrañará la ausencia de un antisocial convicto y confeso. Eso que todos salen/salimos ganando. (de-leon@ya.com).

Manrique
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