miércoles. 14.05.2025

Por Miguel Ángel de León

En realidad la leyenda es tan urbana como rural, puesto que se ha escuchado tanto en Arrecife (si es que a la caos-pital conejera se le puede llamar urbe ahora que carece de urbanidad) como en los pueblos conejeros. El rumor o runrún insinúa -ahí es nada- que en esta pobre islita rica sin gobierno conocido, Lanzarote, hay un senador que la representa en la mal llamada Cámara Alta de la capital de España. Tal y como lo leen. Cierto es que nadie lo ha podido ver nunca hasta ahora (al presunto senador, me refiero), pero dicen que, al igual que sucede con las meigas en Galicia o los fantasmas de discoteca, haberlo haylo. Confieso que no termino de creerme el bulo, pero dicen que toda leyenda que se precie guarda siempre algo de realidad, una parte de verdad. Así y todo, me cuesta tragármelo. ¿Un senador por y para Lanzarote? Me sigue sonando a chiste...

BASURA RECICLADA

Mucho más verdadera y fácilmente constatable es la frase que le escuché repetir a alguien en la radio, allá a las tantas de la madrugada, mientras subía en el coche hacia San Bartolomé: “En España ya no se tira nada a la basura, como antiguamente. Ahora todo se recicla y se convierte en programas de televisión”. Una verdad como una catedral de las de antes, para mi gusto.

EL CÓDIGO PARA DESCEREBRAR MASAS

En hablando de basura, doy fe de que no conozco a ningún tonto que no haya leído “El Código da Vinci” (miento: yo no lo he leído ni pienso hacerlo, y soy tan tolete como el que más; de hecho sólo conozco un tipo más tonto que yo: yo mismo hace 20 años). Y como el número de bobos es elevado, como es triste fama, no hay que ser un lince para adivinar que la películeja que se estrenaba días atrás con el mismo título y ridículo argumento que la antiliteraria novelucha será un exitazo de taquilla, que se dice. También lo fue la serie sobre “El señor de los anillos”, otra que tal. Para algo ha de servir la atronadora, ensordecedora y atontadora publicidad masiva y constante: para embrutecer todavía un poco más al personal carente de personalidad. Que siga, pues, la pantomima infracultural.

XENÓFO-BOBOS

Ante el lamentable y bochornoso ejemplo de racismo elevado al cubo (de la basura, como la tele) registrado la pasada semana en Tenerife, que nos hizo sentir vergüenza ajena a todos los canarios que preferimos tener un fisquito de memoria histórica a toneladas de amnesia histérica y rabiosa, aprovecho para reproducir una estrofa del poema de Ray Bradbury (el autor de aquellas magníficas, originarias y originales “Crónicas Marcianas” que, afortunadamente, no tenían nada que ver con el detritus catódico y catatónico del mismo nombre que hasta hace poco nos emporcaba las pantallas televisivas), no sin antes disculparme por la traducción del mismo, que no es la mejor posible: “Aspiran a hacer un viaje/ allí donde moramos,/ y nuestros ojos no ven/ aquello que tienen vedado./ Su esperanza y su tormento/ perdemos de vista, opulentos./ (...) Detente, mira su cara y ve:/ eres cuanto aspiran a ser/ esos flujos de inmigrantes/ que dejan la vida de antes/ y sueñan, en un catre del camino,/ con tu vida y su destino”.

...Y LA NOTA POSITIVA

Para no concluir con amargo sabor de boca, y para que se vea que, pese al desprecio u olímpico ninguneo al que lo sometemos en nuestro propio país, el idioma español sigue creciendo, imparable, allende los estrictos límites geográficos de España, me quedo con las optimistas palabras del director del Instituto Cervantes en Londres (cuna de ese otro idioma al que ahora idolatran bobaliconamente millones de papanatas que ignoran la riqueza y la sonoridad de su propia lengua). Aunque el símil no le gustará a algunos, y bien que lo lamento, don Juan Pedro Aparicio vino a decir en la revista “El Cultural” del diario “El Mundo” -cito textualmente- que “el español actualmente es, como el Barça, imparable”. Amén. (de-leon@ya.com).

Leyenda urbana
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