miércoles. 14.05.2025

Ya es Semana Santa en Guacimeta, a la altura del Aeropuerto Internacional, como nos avisa y advierte la huelga indefinida, permanente y sin tregua de ETA (Estos Trabajadores Atacan). Ya estamos todos... excepto los que todavía no han podido recoger sus maletas. Disculpen las molestias.

A modo de aviso a navegantes y demás cristianos que aprovechan la Semana Santa para darse a los peores vicios, siglos atrás dejó escrito un teólogo y místico francés que "la tentación nunca nos halla tan flacos como cuando estamos ociosos". El avisador se llamaba Francisco de Sales, que tuvo otra buena salida con esta otra frase: “Un santo triste es un triste santo". Y sabía de lo que hablaba porque él también fue santo, como los antedichos usuarios del Aeropuerto conejero que hacen de conejillos de indias de los huelguistas que molestan a los juerguistas, para que así se acuerden siempre los que vacan o vacacionan de los que ni trabajan ni dejan trabajar. Semana Santa. Santa paciencia y resignación cristiana, cristianos.

La Cuaresma, hermanos, se merece un respeto. La fecha (por no decir la festividad, que queda feo en esta concreta ocasión) ya no es lo que era, pero donde hubo siempre queda, para que no se diga que no sabemos guardar las tradiciones que nos legaron nuestros ante-pesados. Si la memoria no me engaña (la del ordenador, claro, porque la mía no vale un duro, y mucho menos un euro), fue durante la Semana Santa de 1999 cuando la Comunidad Parroquial de San Bartolomé (el cura tampoco tiene aquí mayoría, como el alcalde: al primero le faltan fieles y al segundo la fidelidad de ocho más uno de los concejales) tuvo a bien editar un folleto para que los seguidores de la milenaria religión supieran de los actos en conmemoración del calvario, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Confieso que no soy muy dado a prestarle excesiva atención a estas cosas de la Santa Madre Iglesia, pues uno se sabe pecador y muy mal cristiano, si hablo en verdad. No doy buen ejemplo, bien lo sabe el Cielo, y ya cuando chinijo me producía más espanto que atracción todo el ceremonial que en aquel entonces se desplegaba en conmemoración de estas efemérides, antaño de recogimiento y hogaño de puro relajo vacacional y playero, como ya queda dicho. Hoy no queda nada de aquel respeto por las cosas sagradas ni por las sagradas formas, pero a mí me sigue mereciendo todo el respeto del mundo cualquier palabra cuerda, así la pronuncie el Papa de Roma o el papafrita de la esquina. Lo digo, precisamente, porque en el citado folleto de la Comunidad Parroquial batatera se recogían unas sabias palabras de Harvey Cox, Obispo anglicano y creador a la sazón de la denominada corriente secularizadora, bajo el epígrafe Un texto para reflexionar: "Podemos considerar toda la vida de Jesús, desde sus comienzos hasta el final, como un continuo derrumbar barreras que separan a los hombres entre sí. Destruyó las existentes entre judíos y no judíos, entre fariseos y publicanos. Toda su existencia presenta una serie de iniciativas cuidadosamente preparadas para destruir las ficticias separaciones de los pueblos. Con esta finalidad turbó convencionalismos sociales, afrontó códigos morales. No soportó que fronteras de raza, de clases, de religión, impidieran su movimiento unionista, insistiendo en este hecho: con su venida quedaban abrogadas, de alguna manera, todas las divisiones". Tengo que preguntarle al cura qué opina del Centro de Internamiento de Inmigrantes en Güime, por curiosidad no más. (de-leon@ya.com).

Jesucristo en Güime
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