Agencias- El presidente del PP, Mariano Rajoy, convocará en los próximos días a los españoles para que expresen su desacuerdo con la decisión del Gobierno de atenuar la prisión del etarra Iñaki de Juana Chaos, aunque no ha especificado en qué consistirá esa convocatoria, que ha sido tachada de "obscena" por el Gobierno. Por su parte, el número dos del partido, Ángel Acebes, ha asegurado que, si vuelve al poder, el PP no reconocerá “ninguno de los compromisos” que, a su juicio, el Gobierno ha alcanzado con ETA.
El líder popular explicará "en fechas próximas" a los españoles "cuándo les convoco y a qué les convoco", aunque parece que será una manifestación, habida cuenta de las explicaciones posteriores, en las que ha señalado que el PP "no ha convocado a los españoles a lo largo de esta legislatura, aunque sí se ha sumado a convocatorias” de otros grupos “como la AVT o el Foro de Ermua". En dicha convocatoria, los participantes podrán expresar su opinión contraria al hecho “excepcional de que, por primera vez en más de 30 años, el Gobierno de España acepta la amenaza y el chantaje de una organización terrorista".
Será "para que aquellos que quieran le digan al Gobierno que no estamos de acuerdo con esta decisión, que hay que revisarla; que la política antiterrorista no puede ser la de la cesión y la de la negociación y que la política antiterrorista del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo es la que hay que volver a recuperar". En cualquier caso, ha señalado que, pese a que "hay mucha gente que está muy molesta e indignada con la decisión que se ha adoptado que va contra del sentir mayoritario de la población", él no va a "echar más leña al fuego" sino que actuará "con responsabilidad".
De la Vega: "A diferencia de los terroristas, el Estado es magnánimo aunque produzca rechazo"
La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que el Gobierno “asume al 100% las consecuencias” de su decisión de aplicar prisión atenuada al etarra Iñaki de Juana Chaos. El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicaba horas antes que todo el Ejecutivo afronta la impopularidad de esta medida, añadiendo: “El presidente también se come el marrón”. De la Vega ha dicho que, aunque al Gobierno “no le gusta” la decisión, se ajusta a la legalidad. “A diferencia de los terroristas, el Estado de Derecho es magnánimo aunque tengamos que tomar decisiones que producen rechazo”, ha añadido.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, De la Vega ha explicado que “el asunto ha generado un amplio debate social que el Gobierno respeta, asume y afronta”. “Queremos trasladar a todos los ciudadanos nuestra profunda compresión por la incertidumbre que genera la decisión, nuestro respeto por las críticas y nuestra más absoluta disposición a explicar con transparencia y responsabilidad nuestras decisiones”, ha apostillado. “Los terroristas nunca van ganar la partida a la ley, a pesar de la generosidad incluso a veces difícil con la que actúa y tiene que actuar el Estado de Derecho”, ha concluido.
“No es cierto”
A preguntas de los periodistas, De la Vega ha apostado por aportar “sosiego” al debate. Para empezar, ha querido transmitir su punto de vista sobre algunos comentarios a la decisión: “Se dice tranquilamente que De Juana queda liberado. No es cierto. Sigue cumpliendo condena en segundo grado y con una medida de atenuación derivada de su estado físico. Se dice que se ha cedido al chantaje. No es cierto. El Estado no acepta chantajes. Si hay ley, no hay chantaje porque la ley no lo admitiría. Se dice que es el pago de un precio político. No es cierto. El Gobierno no paga precios políticos ni los pagara nunca. Es una decisión política porque gobernar es tomar decisiones políticas”.
“El Gobierno ni acepta chantajes ni paga precios políticos: gobierna porque así lo han decidido los ciudadanos. El Gobierno aplica la ley y la interpreta con valores constitucionales y uno de esos valores es el respeto a la vida. La vida está por encima de la muerte”, ha añadido. “El Gobierno comparte con los ciudadanos el rechazo general que conlleva esta decisión. Cuando se gobierna hay que tomar decisiones y a veces hay algunas que producen una enorme satisfacción, otras gustan menos y otras nos producen un rechazo total. Pero el sentido de la responsabilidad y la defensa del Estado de derecho deben primar por encima de cualquier otra consideración oportunista o partidaria”, ha terminado.
Zapatero “se come el marrón”
Horas antes, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, justificaba de nuevo su decisión de dejar en prisión atenuada a De Juana y tachaba de “hipócritas e indecentes” las declaraciones de algunos líderes del PP al respecto. Rubalcaba es consciente de que políticamente el Gobierno entero sufrirá desgaste por una medida que sabe impopular: “El presidente del Gobierno también se come el marrón, no hay más que ver los ataques furibundos que sufrió ayer”. Para atenuar ese desgaste, ha anunciado que se esforzará “para que los ciudadanos comprendan la decisión, aunque no espero que la compartan”.
“Había dos posibilidades: Una, que De Juana muriera en prisión, lo que tendría como consecuencia que se convertiría en alimento para el fanatismo que ya llevamos muchos años sufriendo. La segunda era una medida legal de prisión atenuada, que se ha tomado más veces y que demuestra que el Estado de Derecho es firme. Ninguna opción era buena, pero la segunda es mucho mejor que la primera”, ha explicado en una entrevista en la Cadena Ser.
Miguel Ángel Blanco y el 11-M
Rubalcaba se ha referido a las palabras del jueves del secretario general del PP, Ángel Acebes, que dijo que si el Gobierno de su partido hubiera cedido, Miguel Ángel Blanco (concejal popular asesinado por ETA en 1997), estaría vivo. Rubalcaba ha respondido que si aquel Ejecutivo hubiera podido salvar la vida de Blanco decretando la prisión atenuada para alguien, “lo habría hecho una y mil veces”.
"Utilizar el caso de Miguel Ángel Blanco es una indecencia", ha dicho Rubalcaba, que también ha criticado las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (“[Ayer fue] el día más triste para la democracia española, después del 23-F”), recordándola los atentados del 11 de marzo de 2004 en la capital.