jueves. 12.06.2025

La delegación española se esfuerza en Bucarest por minimizar la escena de varios minutos, grabados y fotografiados, de la soledad de José Luis Rodríguez Zapatero en un receso en la cumbre de la OTAN, una imagen también habitual, en realidad, en las reuniones de la UE en Bruselas, por la ya célebre timidez del presidente español.

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha asegurado este viernes que se trata sólo de una foto y repitió que Zapatero "ha mantenido con los principales líderes europeos encuentros suficientes", aunque entre sus ejemplos, además del presidente polaco y el primer ministro australiano, citó al presidente afgano, Hamid Karzai, a quien Zapatero sólo saludó unos segundos por la intervención de su consejero diplomático, que le obligó a levantarse.

"No quiero elaborar más sobre eso, porque no tiene mayor importancia... La presencia de la OTAN en España es importante", comentó.

La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, María Teresa Fernández de la Vega, se ha referido al saludo de Bush y Zapatero en la Cumbre de la OTAN celebrada en Bucarest y ha afirmado que "no ha habido encuentro bilateral porque no estaba previsto".

Al responder a los periodistas en la rueda de prensa celebrada tras el último consejo de ministros de la legislatura, De la Vega ha restado importancia a la cuestión e incluso ha bromeado sobre ello: "Se han saludado, eso es un encuentro informal".

De las relaciones entre España y EEUU, ha aseverado que discurren con "absoluta normalidad" y que el presidente del Gobierno español es "querido y respetado": "España tiene el peso exterior que le corresponde".

El ministro de Exteriores ha resaltado que la agenda defendida por España en la cumbre se ha cumplido, por ejemplo en la apertura, aunque con prudencia, de las puertas de la Alianza a Georgia y Ucrania.

"La ampliación se ha correspondido con la posición que defiende el Gobierno español y defiende toda la sociedad española". Sin embargo, Zapatero comentó este jueves que su Gobierno no tenía posición firme y España era básicamente "favorable" al "consenso".

El encuentro que no fue

La expectación sobre el encuentro con George W. Bush que nunca sucedió fue creada por Moncloa y el propio presidente. Hasta pocas horas antes de volver a Madrid, Zapatero insistía en que "seguramente" se encontraría con el presidente estadounidense para la reunión anunciada por el español hace unas semanas. Pero, al final, se quedó mirando desde lejos cómo el estadounidense charlaba animadamente con decenas de líderes en la cumbre de la OTAN en Bucarest.

Antes de la sesión de trabajo de la tarde en una de las marmóreas salas del Palacio de Ceausescu, sin la esperada conversación sobre "intereses compartidos" y "cuestiones de orden internacional", el presidente español observaba, solo y en silencio, rodeado de asientos vacíos, cómo Bush departía con los demás.

Según varios testigos y las imágenes grabadas, en parte, por las cámaras, Zapatero se sentó pronto en su silla y esperó, durante varios minutos, mirando fijamente sus papeles y su móvil, mientras Bush hablaba con una decena de aliados y socios en una esquina cercana. A un cierto punto, el español incluso ojeaba con recelo al grupo; después, entornaba los ojos cansados.

El Gobierno minimiza la soledad de Zapatero en la cumbre de la OTAN
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