"No me puedo creer que el presidente de mi partido quiera echarme a mí del PP". Así de clara se expresó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, cuando le preguntaron si se sintió aludida por la invitación de Mariano Rajoy de abandonar el PP para irse al partido liberal.
Aguirre afirmó que en ningún momento se sintió aludida por las palabras de Rajoy, pero, a continuación, pidió al líder del PP que explicase lo que había querido decir: "Sería bueno que dada la traducción que han hecho algunos medios el presidente de mi partido lo aclarara".
La presidenta madrileña comparecía en la sede del Gobierno regional en la Puerta del Sol junto al presidente valenciano, Francisco Camps. La expectación era máxima y la rueda de prensa fue multitudinaria con 150 periodistas y más de 30 cámaras de televisión con sus focos puestos en Aguirre.
Todos los medios querían saber cómo le habían sentado las declaraciones de Rajoy el pasado sábado en Elche (Alicante), que se produjeron pocos días después de que Aguirre afirmara no sentirse sorprendida de que en los sectores socialdemócratas se sientan más cómodos con el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que con ella.
Durante su larga comparecencia, la presidenta madrileña repartió una de cal y una de arena y no esquivó ninguna pregunta. Así, en la primera parte de su intervención parecía claro que no se iba a presentar como candidata en el Congreso del PP del mes de junio: "No tengo intención ni la he tenido nunca de presentarme", dijo de manera tajante.
Sin embargo, la última frase de su comparecencia fue enigmática y volvía a dejar abierta la puerta para convertirse en la futura rival de Rajoy: "Yo como jugadora de cartas que soy de póquer y de mus, para poder descartarme tienen que darse las cartas y es que las cartas no se han dado", argumentó entre sonrisas.
A pesar de haberse convertido en el centro de la polémica, Aguirre manifestó que no se "puede sentir más cómoda dentro del partido", en el que siempre ha trabajado "para ensanchar la base social y que no se vaya nadie, sino que vengan más: conservadores, socialdemócratas y democristianos".
También quiso matizar que ella no pedido un debate ideológico en su partido, sino que ha intentado abrir un debate con el PSOE. "No he pedido un debate en el partido sino con nuestros adversarios. No hay que tener miedo al disenso y la confrontación con el PSOE", ha insistido la líder autonómica.