El sindicato Comisiones Obreras (CCOO) sitúa en 2006 la tirantez de la relaciones laborales en el Parque Nacional de Timanfaya, cuando los trabajadores de las subcontratas reclamaron ante los tribunales su vinculación directa con el Ministerio de Medio Ambiente. Según la versión entregada por el líder sindical Ramón Pérez Farray, el recrudecimiento del acoso laboral a los trabajadores por parte del director del Parque tiene su origen en la decisión de los asalariados de reportar por escrito a Medio Ambiente y a la subcontrata Tragsa S.A todas las incidencias del Centro de Visitantes e Interpretación de Mancha Blanca. “Al director no le ha gustado para nada que los trabajadores desvelen los defectos del Parque”, comentó el curtido sindicalista, quien lleva la voz cantante de CCOO en este conflicto. Por su parte, el director del Parque, Aurelio Centellas, optó por no hacer ningún tipo de declaración respecto a las acusaciones del sindicato y dijo tajantemente que era una decisión absolutamente personal en la que no ha intervenido el Ministerio.
Sin puesto de socorro a partir de las 15:00 horas
Uno de los “defectos” del Centro de Visitantes es el cierre del puesto de socorro a partir de las tres de la tarde, hora en que termina la jornada laboral de los empleados contratados por Medio Ambiente. Pérez Farray desvela que desde dicha hora hasta las cinco de la tarde el puesto permanece fuera de servicio simplemente porque los trabajadores de Tragsa no tienen las llaves del mismo. Pérez Farray además denuncia otras incidencias como fumigar el Centro de Visitantes con los trabajadores o la atención indebida a los turistas por falta de recursos.
Si bien los trabajadores perdieron la demanda en primera instancia, ya recurrieron la decisión del Juzgado ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias porque entiende que si reciben órdenes del director del Parque deben ser trabajadores directos del Ministerio y no de empresas privadas prestadoras de servicios. “Hay cesión ilegal de trabajadores”, destacó Pérez Farray. CCOO asegura que algunos asalariados llevan hasta siete años con contratos temporales y son chantajeados con la reducción de condiciones laborales si manifiestan alguna queja. Según Pérez Farray, es el director del Parque quien decide si Tragsa contrata o no a un trabajador, dependiendo si “se porta bien”. Para el sindicato, es un chantaje inadmisible que pone de manifiesto la persecución a la que están sometidos los trabajadores. Pérez Farray critica al Gobierno central por permitir la precariedad laboral mientras pregona la promoción de la calidad en el empleo, en el caso del Parque Nacional de Timanfaya, tilda a Tragsa como una empresa “filial” del Ministerio de Medio Ambiente.