Todo el mundo sabe más o menos las causas que motivaron el nacimiento de esta nueva empresa de comunicación, que abarca tanto la edición de papel y digital de este diario como la emisora Lanzarote Radio y una televisión que está a punto de cobrar vida. Todo el mundo sabe más o menos el esfuerzo que se ha hecho para conseguir en poco tiempo ganarse la confianza de los ciudadanos de Lanzarote, que por suerte están respondiendo a la entrega y dedicación de los profesionales que conforman esta cada vez más numerosa plantilla. El trabajo diario finalmente termina dando sus frutos. No me cabe duda. El trabajo, y la ilusión, porque si detecto algo entre los compañeros que me rodean es ilusión a la hora de hacer las cosas. Todo esto tiene mucho mérito, mérito colectivo, y lo que está por venir requerirá de algo más.
El ejemplo mejor de lo que digo se vivió este sábado con la retransmisión en Lanzarote Radio del partido de fútbol que enfrentó al Orientación Marítima y a la Unión Deportiva Lanzarote, una retransmisión que hicieron dos jóvenes valores de esta casa, curiosamente los dos con el mismo nombre, Moisés.
“Moi deportivo”, que es como sugiero que llame el espacio de retransmisión del bendito fútbol que ya ha dado comienzo, se convirtió en un programa dinámico, fresco, emocionante, hecho por dos personas comprometidas con el deporte y con los medios.
Como no tuve la oportunidad de ir al campo, sintonicé el 95.8 pocos minutos después de las siete de la tarde y me tropecé con el encuentro. Moisés Rodríguez, un palmero entregado de lleno a una especialización a la que parece que cada día le va cogiendo más cariño, llevaba el peso de la retransmisión, dando muestras de lo mucho que ha aprendido ya en este difícil oficio. Y hace falta oficio y práctica para hacer algo tan complicado como es llevar a través de la radio todo lo que se produce en un terreno de juego, que no es poco. A su lado, a pie de campo, el otro Moisés, Moisés Clavijo, otro joven descubrimiento de esta empresa que en muy poco tiempo se ha ganado el respeto y el cariño de sus compañeros. Moisés Clavijo es el encargado de darle forma a este periódico, y es el encargado también de que la tecnología no nos deje colgados como tantas y tantas veces lo intenta. Pero además, este lanzaroteño aficionado a la pesca tiene su propio programa de radio los sábados por la tarde, Viruge, y saca tiempo para colaborar en las retransmisiones deportivas del fin de semana cuando las circunstancias lo requieren. Tiene eso que echo en falta en mucha gente que está empezando en el mundo del trabajo, las ganas de aprender y las ganas de trabajar. Todo un talento, una joya.
Escuchando “Moi deportivo” sentí cierta envidia. Recordé los tiempos en los que lo mismo retransmitía para la televisión lo que estaba sucediendo en un pleno del Cabildo que retransmitía un partido de balonmano para la radio o presentaba el programa de las elecciones mientras entrevistaba a diez o doce personajes. Recordé lo que se siente cuando uno hace un trabajo que le gusta y se entrega al máximo. Moisés y Moisés, que son una pareja en esta empresa parecida a los Hernández y Fernández de Tintín (Dupont et Dupond en la versión original), tienen por delante un futuro prometedor si mantienen el espíritu que ahora muestran intacto. Lanzarote Radio y su audiencia se lo agradecerán.
Posdata: Y hablando de fútbol, no me gusta destacar que tenía razón, pero es que la tenía. Advertí días atrás sobre lo infame que me parece el Real Madrid que ha creado el señor Calderón a instancias de sus asesores Mijatovic y Capello. El entrenador, después del lamentable espectáculo frente al Villarreal, ha pedido tiempo. Seguramente tiempo para intentar encontrar una fórmula que le permita salir de la mediocridad que ha proyectado para un equipo que creo que merece ya otra cosa. El último despropósito del club es poner a la venta a Cicinho, un talento parecido al de Robinho que no encaja en el esquema de contención de Capello. Espero que el tiempo me dé la razón nuevamente y que la sensatez vuelva a este club, cambiando al entrenador italiano por Vicente del Bosque, el único capaz de hacer que regrese al Real Madrid la cordura y el espíritu de equipo que ahora se enmascara con los nombres de los mercenarios que pululan por Europa.