viernes. 19.04.2024

Todavía encuentro gente por Lanzarote que no entiende por qué el PSOE no ha puesto un solo cartel con la cara de Marquitos (Marcos Hernández Guillén para los no amigos ni conocidos) o con la de Miguel González. “Lo del Miguel ese, el de las notas de prensa, lo entiendo, porque no se juega nada y además me cae muy mal. Pero lo de Marquitos es imperdonable”, me soltó a bocajarro una señora que peina canas como militante socialista. Intenté explicarle mi teoría, pero no sirvió de mucho. Estaba empeñada en buscar al director de campaña, al ínclito Carlos Espino, para decirle cuatro cosas. Espero que se las haya dicho, porque este personaje que tanto mira por los intereses de esta tierra también merece que de vez en cuando le digan dos o tres cosas a la cara.

Volviendo a lo de mi teoría, compartida creo que por mucha gente, diré que me parece enormemente inteligente lo que están haciendo los socialistas. Injusto con sus candidatos en Lanzarote, pero inteligente. Siempre he sostenido y sostendré mientras tenga uso de razón que el PSOE cuenta con la mejor y más potente maquinaria electoral de este país, a la que de vez en cuando se le pueden perdonar estupideces como obligarle a Zapatero a despedirse del cara a cara con Rajoy con el “buenas noches, y buena suerte”. Siempre han sido los mejores, y parece, a las pruebas me remito, que lo siguen siendo. Lo demostraron en la peor época de Felipe González, haciéndole aparecer como el bueno de la película cuando más de medio país sospechaba que era el Señor X, y lo hicieron maravillosamente bien con ZP, haciéndole una gran campaña que remataron tras los terribles atentados de Atocha, Santa Eugenia y El Pozo con las movilizaciones a través del teléfono móvil. Los socialistas, que duda cabe, saben de qué va esto, y saben además usar las nuevas tecnologías.

Desconozco si en otras comunidades autónomas se ha empleado el mismo sistema, porque no he tenido tiempo de salir de Lanzarote durante esta aburrida y anodina campaña. Aquí la cosa está clara. Se trata de lanzar la imagen de Zapatero para hacer ver a la gente que en estos comicios sólo se elige o a Zapatero o a Rajoy, que es lo que piensa la mayoría. Sin la imagen de Marquitos el voto al Senado será también para Zapatero, y se supone que conseguirán que le voten de rebote todos aquellos que no habiéndole votado por su gestión en estos últimos cuatro años sí lo harán por inercia.

Me recuerda mucho a la exitosa estrategia, no desmentida oficialmente por nadie y sí denunciada por Rafael de León cuando era presidente de los populares en Lanzarote, de intercambio de papeletas entre el PP y el PIL. ¿Te acuerdas? Sí, hombre, se metían en los sobres del PP las papeletas del PIL al Senado y en los del PIL las papeletas del PP al Congreso. Al PP le importaba un pimiento el Senado y al PIL le importaba un pepino el Congreso. Si repasan los datos de aquellas elecciones, comprobarán que el acuerdo dio sus frutos.

Quiero creer que es así, que todo forma parte de un plan. No quiero creer que Marquitos no tiene carteles porque no los ha enviado la imprenta, o lo que es peor, porque el partido en Lanzarote no tenía dinero para gastarse, o porque Madrid lo ha ordenado para reducir gastos en plazas a las que no les da demasiada importancia. No, prefiero pensar que es una inteligente estrategia para confundir en buena lid al ya de por sí confundido electorado.

El bueno de José Pérez Dorta tiene otra teoría. La expuso en la tertulia que me honra presentar al mediodía en la radio de toda la vida, la que está enfrente de la playa del Reducto. Dice Pepe que el PSOE está haciendo lo mismo que hizo en las locales, empezar con lo general e ir luego a lo particular. Es decir, que la próxima semana estará en la calle, según entiende, los caretos de Marcos Hernández y de Miguel González. Ya veremos.

Lo del PP casi es peor. Han puesto a marchas forzadas la cara de Rajoy y al lado, como si fueran cromos, la de Astrid Pérez y Cándido Reguera, que todo hay que decirlo, no salen precisamente muy favorecidos.

Hablando de la campaña, entre las cosas que más me han gustado, que más originales me han parecido, está el mensaje que lanzó el otro día el coordinador de Izquierda Unida Canaria (IUC) en Tenerife, Ramón Trujillo, quien, hablando de la corrupción política que anida en otros partidos, dijo que el suyo, su partido, es “tan incorrupto como el brazo de Santa Teresa”. Genial. Lo que menos me gusta es el hecho indudable de que muchos políticos sólo trabajan durante la campaña, y nos obligan a los periodistas a trabajar más de la cuenta escuchando los absurdos discursos y las bobas promesas de siempre. Menos mal que la gente los tiene ya calados a todos, o a casi todos. Tampoco me gustan algunos eslóganes, como el de los dos principales partidos: no entiendo el “vota con todas tus fuerzas” del PSOE, porque hasta el tío o la tía más enclenque del mundo puede votar sin hacer el mínimo esfuerzo, y mucho menos el “cabeza y corazón” del PP, que parece sacado de una canción del reguetón. En fin, cosas de campaña.

Los trucos de la campaña socialista
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