martes. 13.05.2025

Es tremendamente llamativo ver lo que la tele cuenta en estos días sobre las andanzas y desventuras de un personaje tan conocido como Julián Muñoz, “Cachuli” para los amiguetes. No tan impactante como saber que la mujer de Jaime Ostos ha publicado un "anexo" a su libro de memorias (joder con las editoriales) que seguramente será el éxito de ventas de la primavera. Triste país.

Uno sospechaba que el meteórico enriquecimiento de este hombre no tenía nada que ver con que le hubiera tocado la primitiva o el cupón de la ONCE.

Lo primero que hay que decir, como denunció uno de los periodistas que ha realizado la investigación del personaje, es que si Julián Muñoz no hubiera sido infiel a la despechada Maite Zaldívar con Isabel Pantoja nada de esto se habría sabido. Tal vez el escándalo de Marbella no se habría desarrollado en los términos "roquianos" que todos conocemos. Tal vez el propio Julián Muñoz no se habría convertido, como aseguran los programas del corazón, en un confidente de la policía, en la pieza clave para mandar a chirona a Roca, a Yagüe y a la mosquita muerta de la García Marcos. La prensa “seria”, es decir, la que se dedica a realizar un trabajo periodístico que no tiene nada que ver con las declaraciones hechas a pie de AVE a las alcachofas verde y azul del día a día, no se habría molestado en darle carácter nacional a lo que es sin duda un notición. ¿O es que no es importante que en un Ayuntamiento desaparezcan 22.000 millones de pesetas (132 millones de euros) por arte de magia, que personas que entraron sin nada en los bolsillos salgan con una colección de relojes valorada en más de 32 millones de pesetas (192.423 euros)? Ese fue el gran error de Cachuli, liarse con alguien como Isabel Pantoja, que a su habitual fama de gafe hay que unirle ahora la de destrozamatrimonios y creafollones. La popularidad de la tonadillera ha hundido en el fango al ex alcalde de Marbella, aunque también es verdad que la Zaldívar, después de decir lo de las bolsas de basura de Chanel que entraban y salían de su casa como Perico el de los Palotes (¿quién diantres será ese Perico?), lo tiene bastante claro.

No tengo la menor duda de que Julián Muñoz va a acabar entre rejas, porque no me creo eso de que esté recibiendo un trato especial por hacer de "soplón". Y escribo esto a riesgo de que su jefe de prensa me llame para preguntar por la dirección de mi casa o a riesgo de que se presenten aquí varios señores vestidos de negro y con acento de más allá del antiguo Telón de Acero parecidos a los que entraron en el Ayuntamiento de Marbella para hacer desaparecer toda la documentación vinculada con las singularidades urbanísticas que se ejecutaron durante su mandato.

Fueron muchas las cosas que me llamaron la atención del último reportaje que se emitió sobre el que en su día fuera mano derecha (o izquierda o pie) de Jesús Gil, al cual, pobre hombre, algunos insensatos le quieren resucitar ahora como si de Elvis Prestley se tratara. La primera, que alguien tan importante en estos momentos como es el presidente del Sevilla Club de Fútbol, José María del Nido (felicidades por la merecida Copa de la UEFA) se llevara en concepto de honorarios por sus servicios prestados como abogado más de 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros). Como dijo su compañero de profesión Marcos García Montes, con ese dinero se pagaba el trabajo de 40 abogados buenos de 40 ayuntamientos de cualquier ciudad importante del país. La segunda cosa que me llamó la atención es la sospechosa falta de interés que ha mostrado la justicia para investigar con celeridad estos asuntos y actuar con contundencia. Hay que recordar que el fallecido Jesús Gil y Gil, que fue quien llevó a Cachuli hasta la Alcaldía, le acusó en directo en un cara a cara televisivo de haber cobrado comisiones de obra. Ya sabes, la forma más rápida que tienen los alcaldes corruptos de ganar dinero fácil. También hay que recordar que su esposa, Maite Zaldívar, dijo en otro programa de televisión que su marido entraba en su casa con bolsas de la basura llenas de dinero y que le decía que era lo habitual en un alcalde, cuestión de la que hablaba al principio y que huele bastante mal, por mucho que la despechada esposa diga que lo soltó en un calentón.

Con estas pruebas la Fiscalía Anticorrupción tenía más que suficiente para haber actuado hace tiempo. No digamos nada de la Fiscalía de Málaga y de los órganos judiciales andaluces. Con el escándalo todo ha cambiado, de ahí que comentara antes que ya veo a Julián Muñoz con un traje de rayas y una bola de cañón anudada al tobillo, una vez que se terminen los privilegios que la torpe justicia ofrece para eludir la cárcel.

Lo más triste de esta historia es que el caso de Julián Muñoz no es único. Existen otros muchos julianes muñoz repartidos por toda la geografía española, incluyendo a Canarias, donde por desgracia hemos sufrido casos si no tan escandalosos desde el punto de vista informativo sí igual de graves. ¿Alguien conoce alguno, me lo quiere contar?

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