domingo. 11.05.2025

Fotos: Jose Curbelo

Recuerdo fresco en la memoria el revuelo que se organizó en Lanzarote cuando los responsables de la campaña del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) -imagino que uno de ellos era Manolo González- tuvieron la idea de colgar un enorme cartel de Dimas Martín con un no menos enorme teléfono en la mano en la fachada lateral del edificio en el que se encuentra Lanzarote Radio. Era un cartel “jomeinista”, de esos que se podían ver hace unos años en el martirizado Oriente Medio. Corría el año 1999, y mucha gente bromeaba diciendo que Dimas estaba hablando por teléfono con Dios. Si era así, parece que no le escuchó. Tal vez comunicaba.

El caso es que, no sé si el cartel tuvo algo que ver, aquel año el PIL ganó las elecciones en parte. La parte que no ganó fue el traspiés que sufrieron por unos pocos votos al Parlamento, donde pasaron de tener seguro el tercer parlamentario a quedarse con ninguno por la aplicación de la ley electoral más injusta de las que existen en Europa.

El sábado pasado me di una vuelta por la Isla. Disfruto enormemente, sobre todo cuando tengo visita, enseñando las múltiples maravillas que obsequia Lanzarote, desde un paseo por los enigmas volcánicos de La Geria a una puesta de sol en cualquier rincón de El Golfo. Al llegar a Arrecife me tropecé con algo que no esperaba, sobre todo porque todavía no se ha iniciado de forma oficial la campaña electoral: un enorme cartel de unos veinte metros de alto por diez de ancho -siempre se me ha dado fatal calcular medidas- con dos sonrientes políticos a los que conozco bien desde hace años, Juan Carlos Becerra y Pedro de Armas.

Fue tal el impacto, que tuve que parar el coche para mirar bien el cartel. La gente que me acompañaba no entendía muy bien de qué iba todo aquello, más que nada porque no son de Lanzarote, y hay que ser de aquí para entender ciertas cosas. Llamé inmediatamente a Pedro de Armas.

-Coño (perdón), Pedro, sabía que eras grande, pero no tanto... -le dije intentando hacer un chiste fácil del manual de urgencia.

-¿Por qué lo dices? -me preguntó extrañado.

-¡Por lo del cartelón de veinte metros que has colocado enfrente del Gran Hotel, por qué va a ser si no!

Pedro, que es un tipo que entre sus muchas virtudes atesora un enorme sentido del humor, en seguida se echó a reír, y me dijo que tenía otros carteles también en la zona del Charco de San Ginés. Tenía que verlos. Sin dar opción a mis acompañantes me dirigí al lugar de los hechos, y los vi. Efectivamente, ahora el ex presidente Román Rodríguez se sumaba al dúo para formar un trío, un trío que de momento, según las encuestas, lo tiene bastante complicado para obtener los elevados objetivos políticos que se han impuesto. Sin embargo, teniendo en cuenta que ya fueron ellos los que derrotaron al PIL aquel año, no me parece mala la estrategia.

Alguien me preguntó si ya se podían colocar carteles de aquel tipo sin haber comenzado las elecciones y teniendo en cuenta la prohibición expresa que hay en la estricta Lanzarote con todo lo que tiene que ver con la publicidad en ese tipo de soporte. La verdad es que no supe contestar. “Imagino que si los han puesto y nadie se los ha quitado es porque se puede”, dije manteniendo una enorme duda.

El caso es que en el Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL) se han adelantado a los acontecimientos, se han adelantado a todos sus adversarios, a todos menos a uno, al que yo entiendo que sigue siendo el más listo de la clase. Dimas Martín hace más de un mes que inició oficialmente la campaña electoral. Tiene mucho más mérito estando como está encerrado en la prisión de Tahíche.

Salí de Arrecife y puse rumbo al sur. Creo que fue en la rotonda que conduce a Playa Quemada donde me tropecé con otros que también han colocado carteles, los hombres y mujeres que se han sumado al nuevo proyecto de Pedro Hernández, Isla Alternativa. De forma sencilla, como ya hicieron con las siluetas en los tiempos en los que todavía eran parte de Alternativa Ciudadana (AC-25), Perico y compañía se han puesto a trabajar y le han dado forma a sus particulares carteles electorales. Un acierto si lo que pretenden es volver a llamar la atención de la gente. Un desacierto desde el punto de vista político, puesto que sigo sin entender cómo se rompió Alternativa en mil pedazos a las primeras de cambio, cómo fueron incapaces de resolver su segundo problema serio sin provocar una fractura y colocarse así a la altura del resto de partidos importantes. Y digo importantes porque todos sabemos que antes del desaguisado Alternativa ya contaba en las encuestas como una de las formaciones a tener muy presente en casi todas las instituciones. Imagino que la cosa ha cambiado.

Todavía no hemos empezado la campaña, pero muchos ya se han adelantado, insisto. La Semana Santa nos daría una tregua si no fuera porque la gente del Partido Popular (PP) tiene un coche dando vueltas por toda la Isla con la pegadiza sintonía de campaña anunciando la presencia de Mariano Rajoy en el Multicine Atlántida. Un buen amigo de este partido me invitó al acto. Me habría gustado ir, pero mucho me temo que no podré. Se sea o no se sea del PP, siempre es interesante ir a ver y a escuchar a una persona que tiene posibilidades de ser presidente del Gobierno español. No digo que lo vaya a ser, digo que tiene posibilidades. Aunque ya saben los que siguen las cosas que escribo lo crítico que soy con aquellos que están marcando en estos momentos el rumbo político e ideológico del PP. Me parece que se están equivocando, y mucho. Eso no quita para que aquellos a los que todavía les gusta la política se den una vuelta este martes a la una por el Charco.

Son las siete y media de la tarde, estoy a punto de terminar el artículo, y lo termino. Por la ventana se cuela el “taná, taná, tanananá...” del PP y ya no me concentro. Mañana sigo.

Los carteles electorales aparecen con timidez, menos los del PNL
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