domingo. 11.05.2025

Junto al trágico accidente ocurrido el domingo pasado en la Plaza de Los Leones de Teguise que mantiene a un menor de siete años entre la vida y la muerte en el Hospital Materno Infantil de Las Palmas (ayer nos enterábamos de que había salido ya del coma e iba recuperándose lentamente, de lo cual nos alegramos enormemente porque a pesar del afán de muchos por buscar culpables, creo que fue un desgraciado accidente que puede ocurrir a cualquiera en cualquier ciudad del mundo), quizás la noticia de la semana ha sido la denuncia interpuesta por la Consejería de Política Territorial y Medio Ambiente del Cabildo del Lanzarote al consejero de Pesca, Marcos Páez.

Según consta en la denuncia de los inspectores de Medio Ambiente contra Páez, éste podría haber recolectado marisco sin licencia, en un área protegida, un día no permitido y superando las cantidades establecidas para la práctica deportiva de esta modalidad. Marcos Páez por supuesto niega que estuviera mariscando esa mañana aunque insiste en que no capturó más lapas de las que se establece en la normativa, es decir, un total de cinco kilos por persona en la práctica deportiva. “Eran las mareas del Pino y todo el mundo sale a mariscar. A mí nadie me ha interrogado para saber si lo hago con o sin licencia y tampoco me han visto con 15 kilos como dicen”, aseguraba.

Esto, como todo el mundo sabe, ha sido el detonante de una nueva y fuerte campaña iniciada por la oposición y rematada por los consejeros del PSC, compañeros de grupo de gobierno de Marcos Páez en la Primera Corporación insular, quienes hacían pública una nota del partido exigiendo la inmediata dimisión del citado consejero y se reafirmaban en que las leyes están para cumplirlas y que son los representantes públicos elegidos democráticamente por los ciudadanos los primeros que deben dar ejemplo.

Bonita frase la de los socialistas, para aplicársela también a algunos de sus consejeros incursos en expedientes disciplinarios y que siguen campando por el Cabildo sin pensar ni siquiera en la posibilidad de dimitir. Palabra, por cierto, maldita y que aquí, en Lanzarote, se usa poco o nada.

Estamos de acuerdo con la presidenta en que es necesario aclarar las circunstancias de este hecho y sus consecuencias políticas, y también coincidimos con ella en que lo de los socialistas no es más que “pura estrategia política”. Sabemos que estamos en una época en la que cualquier palabra de un representante público tiene un sentido político y por eso a partir de ahora todo irá encaminado a ese 27 de mayo sin reparar en si lo que se está haciendo es bueno o malo para la Corporación y por ende para los ciudadanos.

Con esto no queremos exculpar a Marcos Páez ni mucho menos, él sabe perfectamente que es un representante público y que como tal debe guardar siempre las formas y cumplir las leyes a rajatabla porque precisamente son leyes que ellos mismos elaboran, pero creemos que si es culpable o no es un tema que necesita una aclaración y una tramitación.

Es necesario aclarar los hechos denunciados, para que al final sea la propia persona afectada la que tome la decisión que tenga que tomar o si no es así, que sea la presidenta del Cabildo la que asuma el problema y acabe destituyendo al consejero.

Pero lo que es cierto es que no se puede estar en un mismo grupo de gobierno poniendo ‘zancadillas' constantemente. Es preciso hablar de todos los temas en las reuniones de grupo y mantener la confianza necesaria para comentar “todo” lo que afectan a ese círculo político.

No se puede estar guardando silencio en las distancias cortas y posteriormente sacar una nota de prensa pidiendo la dimisión de un consejero de tu mismo grupo de gobierno, sobre todo, repetimos, cuando en tu propio grupo político tienes a un consejero inmerso en otro expediente disciplinario.

Hay que mantener la confianza necesaria o romper definitivamente ese grupo de gobierno que se mantiene con ‘alfileres' porque, como decía ayer el propio ex presidente del Cabildo y también socialista Enrique Pérez Parrilla, en Lanzarote hay muchísimos temas más importantes que precisan la atención de todos y cada uno de los consejeros del Cabildo, sin dejar de lado por supuesto esa denuncia.

Distintas varas de medir
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