lunes. 19.05.2025

Por Serapio Manuel Rojas de León

Nos regaló don José Saramago en el inicio de “El Viaje del Elefante”, que para esta historia nos viene muy bien, la siguiente frase: “Por más incongruente que le pueda parecer a quien no ande al tanto de la importancia de las alcobas en el buen funcionamiento de las administraciones públicas…” Y continuó indicando, que al calor de las sábanas y en el reposo de las almohadas, decidieron los Reyes de Portugal, que había que quitarse de encima a un elefante holgazán que solo dormía, comía y cagaba. ¡Dios lo que cagaba! Y decidieron en su alcoba real, endosarle el animal como regalo de bodas al Archiduque de Austria, un tal Maximiliano, con lo cual, el dichoso animal, debía emprender viaje desde Lisboa hacia Viena.

Las muchas lenguas, que haberlas, las hay, nos dicen que con la compra de la CASA en la calle Fajardo de nuestra capital isleña por parte de nuestro Cabildo de Lanzarote, ha sido también un asunto de alcoba, el que ha tenido mucho que ver, con la más que discutible y cuestionada transacción económica. Unos lodos que trajeron unos determinados polvos, aparentemente, fruto de unas discusiones de cama.

Da lo mismo, que lo mismo nos da. Las voces desalentadas no gritan que el Cabildo de Lanzarote se haya quitado de encima un elefante cagón, porque apenas tiene hierbas para darle de comer. El grave anuncio que propagan, es que nos hemos hecho cargo todos los conejeros, de una ruina arqueológica a la que hay que inyectarle más dinero del invertido en la compra, para que luego pueda parecerse a un Museo. Y lo más grave, es que al parecer, no han decidido con el cerebro frío, sino con esa cosa que se calienta sin necesidad de llegar a una habitación cualquiera.

No puedo estar de acuerdo con el señor Saramago, en eso de que el buen funcionamiento de las administraciones públicas se decide en las alcobas, puesto que en el caso que nos ocupa, ese dichoso aposento, si existió en este asunto, nos ha dejado a todos más que traspuestos.

Nos ha desplumado, ni más ni menos, que de Un Millón Seiscientos Cincuenta Mil €uros. ¡Ahí es nada ese catre! Doscientos Setenta y Cuatro Millones de pesetas (274.000.000) para colocar unas estanterías que acogerán un par de huesos carcomidos y unas cuantas vasijas rotas. ¡Viva la Historia! ¡Joder! Esperemos Sr. Presidente, que aquellos polvos hayan merecido la pena para este lodazal.

Pero lo curioso, es que también sabemos aquello tan manido, de que en asuntos de dos, no caben tres. Con lo cual, en esta alcoba sorprendentemente, al parecer montaron toda una orgía descomunal, un poco rara, la verdad, si la fémina era una sola, puesto que son Seis los supuestos machotes Consejeros de nuestro Cabildo Insular, los que han puesto los cojones, para semejante acuerdo de compra venta.

Este disparate cojonudo lo inicia un tal Juan Antonio de la Hoz el Primero, proponiendo la adquisición del inmueble de la calle Fajardo para destinarlo al Museo Arqueológico de la Isla, mientras que al lado de Zonzamas hicieron unos almacenes que costaron un dineral y los cagan las gaviotas y demás aves que por allí se posan, aparte de que en la calle real de Arrecife, también hay una Casa Amarilla descojonándose de risa perdiendo azulejos, que ahora parece que se los están empegostando otra vez y sin saberse a qué cojones la van destinar. Pero aún así, le pareció a este Consejero Cabildicio del Patrimonio Insular, que esa operación inmobiliaria de la Casa Blanca en la calle Fajardo, en la situación actual, es algo digno de lo que sentirse orgulloso. ¡Qué peligro! ¡Y cuánta ignorancia, la de este ex – comunista, acerca de la realidad isleña que abofetea la miseria cada día!

De este don Juan Antonio de la Hoz, el Primero, poca cosa puede sorprendernos, por cuanto que ese mismo Patrimonio Insular denunció la ilegalidad de unos baños en lo Ermita de Dolores y dice que no se tirarán, aún cuando, a quien ordenó su construcción, no se le permite mear en ellos los próximos dos años y no sé cuantos meses más. Sin son ilegales y destruyeron una cosa patrimonial tan importante, habría que tirarlos y recuperar el espacio dañado. Pero si el Cabildo no hace eso con sus propias denuncias cuando las gana, por qué recarajos pretende esas exigencias con el resto de los conejeros, precisamente de lo que no da ejemplo el propio Cabildo. ¡Amigo! Aquí tropezamos con el tan socorrido interés general.

¿Y qué interés ha mostrado Lanzarote con esa CASA de la calle Fajardo, para rascarnos Doscientos Setenta y Cuatro Millones de pesetas, señor de la Hoz? ¿Se amarrará y se encadenará usted a los barrotes de esa casa pidiéndonos perdón? De amarrijos y cadenas conoce algo, pues ya lo ha hecho en otras ocasiones, como aquella muy cerca de la Ermita de las Nieves. ¡Qué pena! Habría que darle un jodido coscorrón a quien le desató y no se aseguró de amarrarle mejor para que se quedara allí con las cadenas puestas. ¡De la que nos hubiéramos librado y además ahorrado, en este crucial momento!

No me creo señor de la Hoz, que le invitaran a formar parte de la orgía en alcobas presidenciales, aunque en esta vida, todo es posible. Pero no sé. Le veo hasta consecuente algunas veces, muy pocas, es cierto, pero bueno, no creo que por las polvaredas que producen y disfrutan otros, se le ocurriera a usted de pronto hacer semejante propuesta de adquisición. Dénos una alegría hombre, y amárrese en esa CASA pidiéndonos perdón, o si lo estima oportuno, también puede presentar su dimisión y quedarse ya en su propia casa. Usted no necesita correrse por esos barros para escapar a la hambruna.

¿Y de quiénes son los cojones de los otros cinco que faltan en el disparate orgial inmobiliario? Pues veamos. De los veintitrés Consejeros que tiene nuestro Cabildo de Lanzarote, sólo cinco han sido necesarios y han dispuesto, que esos Doscientos Setenta y Cuatro Millones de pesetas había que buscarlos dónde fuera menester, para adquirir la CASA de la que se enamoró el señor de la Hoz, y compartiendo de esos huecos, otros amoríos casi inconfesables, o interesadamente públicos para acallar otra cuestión, también le gustó al Sr. Presidente del Cabildo.

Sr. Presidente, el Segundo, con lo que le he defendido su gestión en diversas ocasiones y seguro que lo sabe, decepciona usted con esta operación económica que nadie entiende, ni comprende, excepto el mismo Presidente y los cuatro que le han aprobado esa incongruencia. Tampoco le imagino invitando a otros machos a su alcoba para compartir la hembra. Pero ya se sabe que en esta vida, casi todo pudiera ser. Señor San Ginés Gutiérrez, si había que abonar los desahogos calenturientos de su bragueta porque ha merecido la pena y entiende que los conejeros debemos pagar las bajadas y subidas de sus pantalones, olé tus cojones, pero si tenemos que desembolsar Doscientos Setenta y Cuatro millones de pesetas por si a lo mejor te deja desabrocharte la bragueta para un futuro desahogo, te recuerdo que don Camilo José Cela, chuscante y burlón, pero genial, dijo aquello de en “el último momento y si no hay remedio, no hay nada como la mano de uno”. Aplícate el cuento Pedro, porque un pajote presidencial no puede costarnos Un Millón Seiscientos Cincuenta Mil €uros, de ninguna de las maneras. Ya se conoce que la entrepierna anula la cabeza, pero en estos momentos tan complicados para muchísimas personas, el Cabildo y Lanzarote no pueden permitirse el lujo de ser dirigidos cual pene en busca de más penes o coños cachondos. Así no Pedro. Así no. ¿En qué te diferencias de los anteriores e inútiles gestores del Cabildo? ¿Qué otras folladas nos tienes reservadas para los dos años que te quedan todavía?

Los otros cuatro participantes de esta historia no parecen infieles, pero en esta vida, nada se puede obviar. Las alcobas no hablan y guardan celosamente sus secretos. Allá cada cual con sus actos inconsecuentes. Dos de ellos son del Partido Socialista y otros de Coalición Canaria. Empecemos por estos dos últimos: Don Luis Celestino Arráez, el Tercero y don Marciano Acuña, el Cuarto.

Señor Consejero de Hacienda del Cabildo de Lanzarote, Celestino, de verdad, ¿tú has aprobado esa locura? ¿Precisamente tú? Nadie lo entiende. Tampoco te veo formando parte de eventos poco decorosos como ese, pero pocas cosas pueden sorprendernos ya a estas alturas. ¿Te amenazaron? ¿Algún chantaje por algo desconocido? ¡Joder Celestino! No sé, Doscientos Setenta y Cuatro Millones de pesetas son muchos millones de razones para un voto favorable a la indecencia. Algo no me cuadra. Definitivamente he descubierto que tampoco te conozco. Sí, ya lo sé. Soy un imbécil por creer en la ética, moralidad y el raciocinio de algunas personas. Ese voto tuyo a despilfarrar tanto dinero, no me resulta moral y mucho menos lógico o razonable en estos momentos. Menuda decepción Celestino. A lo que se ve, tus días políticos ya los habías contado, o los han contado por ti, pero cojonudo polvo nos dejas antes de irte. Sólo espero que también tú lo hayas disfrutado.

Señor Consejero de Servicios Sociales, ¿Le ha pedido usted al Presidente del Cabildo que solicite un préstamo de parecida cantidad, para atender el listado de necesidades, que tiene en su despacho sobre la mesa, de todos los conejeros que han solicitado desesperadamente una ayuda de algo? No. Eso no. ¿Verdad? Dinero para los pobres piensa usted que es una locura, pues se lo gastan y vuelven a pedir dinero Así que ni de coña. Sin embargo, usted le ha consentido y ha permitido, que el Presidente del Cabildo de Lanzarote entregue un primer pago de Ciento Tres Millones de Pesetas, de un total de Doscientos Setenta y Cuatro Millones, por una casa ruinosa, desvencijada y sin posibilidad de aparcamientos, ¿pero no le ha pedido nada al Sr. Presidente, para paliar un poco la necesidad social? ¿Don Marciano, su conciencia no le dice nada cuando entra cada mañana en ese despacho de Servicios Sociales de Lanzarote? Desde luego su actuación nos lleva a pensar que de verdad es usted de otro planeta. La respuesta como verá, es usted mismo. Sí, hombre sin conciencia. La respuesta es usted mismo apoyando lo injustificable. Esperemos que su bajada de calzoncillos haya merecido también la pena, porque ya se sabe aquello de “puta gratis, negocio ruinoso”, y en estos momentos la verdadera putada se la endosó usted al Cabildo. A la próxima Junta o Consejo Insular, vaya ya desnudo y déjese de protocolos, porque esas, sus folladas descerebradas, en realidad las pagaremos todos los conejeros.

Los otros dos que faltan, ya habíamos dicho que pertenecen al Partido Socialista. Socialista. Enjundiosa palabra, que algunos piensan que se trata de ser muy sociable y de sonreír mucho, aunque no des palo al agua. ¿Verdad, señor don José Gutiérrez el Quinto? ¡Menudas carambolas! ¿Quién se lo iba a decir? Ni más ni menos, que Consejero del Cabildo de Lanzarote. Y para bailar el agua a quien convenga, con tal de no perder ripio ni despacho, también apoyó como miembro de la Junta de Gobierno del Cabildo, lo que todo el mundo conoce como el acuerdo económico más amoroso del siglo. ¡Venga ya! ¿Usted también estuvo en esa alcoba? ¿Le dejaron subirse a la cama? Señor Gutiérrez, en todo caso, a usted donde lo metieron fue en una cuna agujereada y todavía anda meciéndose complacido y sonriente. Es el perfecto ejemplar sumiso de las orgías económicas deplorables como ésta. Ya se sabe lo de “hasta doblada y le gustó” ¡Disfrute su mecedora soñolienta y meciéndose observe el agujero por donde ha escupido un montón de millones estúpidamente! Sonría hombre, sonría. ¿No es usted el sociable?

Y el Sexto, es el todopoderoso Vicepresidente del Cabildo, el señor don Joaquín Caraballo. Supuestamente otro Socialista. ¿Cuándo te miras al espejo cada mañana para ir al Cabildo, de verdad no sientes nauseas, de verdad no te provocas? ¿De verdad te ha supuesto un tremendo gustazo aprobar que se escapen Cien Millones de pesetas de golpe y otros tantos a plazos? ¿De verdad te ves, y estás a gusto contigo mismo? Don Juan Carlos Becerra, el que también fuera Presidente de esa loquería, puesto que ahí no debe haber nadie cuerdo, nos ilustró a todos con su famosa frase de “no tengo la culpa de haber nacido en la cuna en la que nací”, refiriéndose a su origen económico y empresarial. ¿Pero tú, Joaquín, tuviste cuna? ¿De verdad, tú que fuiste Consejero de Servicios Sociales de Lanzarote, en el inicio de este desorden mísero que nos toca lidiar, has aprobado en conciencia y totalmente cuerdo, que Doscientos Setenta y Cuatro Millones de pesetas vayan destinados a una ruina, que ahora, hasta el Tribunal Supremo dice que la puedes tirar y hacer un solar estupendo?

¿Qué te pasó Joaquín? ¿Es que acaso, ese era el favor que le tenías que devolver a Pedro por exigir que se deshicieran de Manuela, para premiarte a ti con el cargo de Vicepresidente del Cabildo? Me parece bien que directamente te hayas dejado embestir a gusto, pero esa maldita embestida no podía ser satisfecha con semejante cantidad y pagándotela el pueblo de Lanzarote. Ese gusto por lo público y el figureo, vete a satisfacerlos con tu dinero en otros sitios.

Y ya ven. El resto de los Consejeros vagando, silbando al aire y cobrando a final de mes la nómina sumisa y chantajeada que les firma don Pedro el de los más grandes, no vaya a ser que los cese y les quite las competencias. Si es que al final, hasta Franco era un pobre angelito. Doña Dolores Corujo, la generala sociata de la isla sin mando en plaza cabildicia, ha discrepado un poquito y ha hecho público su inútil desacuerdo. Pero para de verdad, hacer efectivo que se manda, lo que tiene que exigir la mandamás socialista, es pedirles su dimisión, enviarles su cese fulminante y sin tardanza del Partido y además, convocar un Pleno Extraordinario y Urgente para anular el acuerdo y aprobar que devuelvan de sus bolsillos los Consejeros que han aprobado el disparate, de ese primer pago de Cien Millones de pesetas que se ha hecho ya. Eso es mandar, exigir y estar acorde y ser consecuente con los tiempos que corren. Don Enrique Pérez cesó al señor Leopoldo Cabrera en Inalsa y le expulsaron del partido, cuando le compró una potabilizadora a una tal Flumelán en Costa Teguise. Antecedentes de decretos parecidos ya tiene el Psoe. Pedir cuentas de gestión y convocar reuniones inservibles señora Corujo, son más polvos que asfixian y corridas que agotan.

En Coalición Canaria a quién coño le decimos que proteste y actúe. Sus tramposos dirigentes en la cúpula del partido para hacerse con el poder en esta isla, hace tiempo no existen, ni cuentan, ni opinan. El Régimen les coartó la libertad, la voz y sobre todo, el voto. Pero eso era lo que buscaban y apasionadamente es lo que han encontrado. En breve volverán a Valterra, a Titerroy, a las dos Arganas, a San Francisco Javier, a la Vega y al resto de Lanzarote. No van al comedor de Cáritas. No van a Calor y Café. No van a las Oficinas del paro para no ver a más de veinte mil personas sin trabajo en la isla. No escuchan a quien no paga la luz, ni agua, ni hipoteca, ni alquiler, pero sí se atreverán a quitarse las chaquetas y las corbatas para irse a caminar unos días de campaña electoral por entre esa misma gente. Ya hay muchos huevos escondidos para estampárselos podridos dentro de dos años cuando vayan a pedir el voto. Al estilo Bárcenas, algunos en el Cabildo andan acumulando lo que se antoja la cobarde retirada. Lo demás no cuenta y lo que le suceda a Coalición, hace mucho que el falso líder decidió liquidarla.

Lo que nos queda y nada es lo mismo. Un P I L moribundo esperando su definitivo ansiado retiro mortal y un Partido Popular callado y oportunista esperando que los cojones de todos estos machotes se desahoguen y vayan cayendo uno a uno como las frutas remaduras de un árbol que se pudre irremediablemente. Doscientos Setenta y Cuatro Millones de pesetas que se van a tomar por el culo, mientras un pueblo deambula pidiendo cada día sobrevivir a vivir. No creo que sea esto lo que merecemos.

Una casa en la calle Fajardo
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