Por Mare Cabrera
Desconocía yo el protocolo a seguir en las entrevistas con cargos importantes de las instituciones públicas. No sabía del ceremonial, la de miembros de seguridad que los acompañan, los auxiliares que filtran las preguntas y los códigos entre ellos, los que utilizan cuando una pregunta es incómoda o la cosa se está alargando mucho y empieza a incomodar al excelentísimo individuo.
Tuve la oportunidad de conversar con algunos empresarios grancanarios, los mismos que hace unos días se reunían con el presidente del Gobierno regional para consultar y aportar iniciativas, ideas, soluciones o peticiones. Parece complicado acceder a él, un coro de aduladores resultan ser la compañía que frecuenta. La reunión llegó a un punto álgido cuando varios de los empresarios, cansados ya de tanto protocolo y miramiento, reaccionaron. Uno de ellos apuntó: "Señor presidente, no es mi intención faltarle y pido disculpas de antemano". Muchos despistados se pusieron firmes para escuchar con atención lo que siguió: una serie de peticiones y reflexiones entre las que estaban el hecho de reconocer falta de autocrítica una vez se llega al poder y las "malas compañías".
Una idea que puede parecer populista se mencionó durante la reunión de empresarios: que nuestro presidente esté rodeado por "expertos" cerebrines con títulos lustrosos y sueldos abultados totalmente alejados de la calle y las preocupaciones de la mayoría no parece muy práctico. No sabrán, porque no pueden, aconsejar, ni tan siquiera caerán en según qué problemáticas hoy en día tan extendidas.
Fueron muchas las propuestas, algunas interesantes, también hubo algún intento de cortar la reunión cuando el ambiente pareció enrarecerse. De hecho, la prensa del día siguiente hablaba de lavado de cara al presidente, lo que fue negado por los empresarios públicamente. Una cosa es faltarle el respeto o lavarle la cara y otra apuntarle errores e incluso ayudarle en su labor, por mucho asesor y mucha capacidad que tenga. El presidente debe saber que cien ojos ven más que cuatro. De hecho, tomó notas en la reunión. Esperemos que no se desperdicie la tinta.