lunes. 22.09.2025

Por Serapio Manuel Rojas de León

“¿Por qué estoy yo aquí? Se equivocan, están equivocados, yo no maté a Benjamín!”

(Youssef Anzaha)

(…) Continuamos en el Folio 43 de la Instrucción. Aquí el equipo de investigación de la Guardia Civil le hizo constar a la Juez el 09 de octubre, lo siguiente: “Cuando se tomó declaración a YOUSSEF ANZAHA, el mismo presenta síntomas de gran nerviosismo. Manifiesta que conocía al fallecido, que le debía 300 euros, que tenía una cita con él a las 12:00 h. para devolverle el dinero que le debía, pero no acudió a la cita porque fue con otros amigos a comprar un cordero y aunque sabía en que calle vivía Benjamín, no había estado nunca en su casa. Además, YOUSSEF ANZAHA presenta un corte en el dedo índice de la mano izquierda, compatible con un forcejeo con un arma blanca. Además declara estar en situación irregular en el País, motivo por el que se procede a interceptarlo e iniciar trámites con Extranjería para confirmar su situación”.

Veamos: “Cuando se tomó declaración a YOUSSEF ANZAHA, el mismo presenta síntomas de gran nerviosismo”; sin embargo, recordarán que un Agente de ese mismo equipo de la Guardia Civil había declarado que: “Recuerdo que me sorprendió su reacción, pues se le veía muy tranquilo…como un témpano de hielo”. Esto último lo dijo el Agente de la Guardia Civil ante los Miembros del Jurado bajo juramento. Por tanto, debemos presumir que Youssef no estaba nervioso, entre otras cosas, porque no había hecho nada que le tuviera que poner nervioso, y además, había ido a prestar su declaración de manera voluntaria.

En cambio, sí debemos intuir que el 09 de octubre, a la Juez le escribieron otra MENTIRA cuando redactaron que “presenta síntomas de gran nerviosismo”.

Veamos: “Además, YOUSSEF ANZAHA presenta un corte en el dedo índice de la mano izquierda, compatible con un forcejeo con un arma blanca.”

Este corte no es en la yema del dedo, sino que está detrás de la uña., en la parte alta de ese dedo. El día 07 de octubre, en la manifestación supuestamente nerviosa, no le preguntaron por esta pequeña e insignificante herida, sino que en el segundo interrogatorio que le hicieron a Youssef después de realizado el registro en su casa, el día 08 de octubre por la noche, le interrogaron sobre ese insignificante corte que presentaba su dedo índice izquierdo.

Folio 99 de la Instrucción: “PREGUNTADO por la persona que realizó la matanza de los animales MANIFIESTA que el que los degolló fue (Nombre del Testigo Folio 82) y entre el manifestante y el otro amigo le ayudaron a realizar la limpieza del mismo. Que esta operación la realizaron para los tres corderos. PREGUNTADO en que consiste la limpieza de los corderos MANIFIESTA en quitarle la piel, quitarle las viseras (vísceras) y trocear la carne.” En el Folio 100 de la Instrucción: “PREGUNTADO por si ha degollado alguna vez él directamente ganado MANIFIESTA que no.” En el Folio 102 de la Instrucción: “PREGUNTADO por cuando se produjo el corte del dedo índice de la mano izquierda. MANIFIESTA que el martes durante el sacrificio de los animales. PREGUNTADO por las circunstancias MANIFIESTA que cuando limpiaba la piel del cordero.”

Al día siguiente, 09 de octubre, ante la Juez y a preguntas del Representante del Ministerio Fiscal, Youssef en el Folio 150 de la Instrucción, vuelve a responder y la Secretaria Judicial hizo constar que: “Respecto del corte que presenta enel (en el) dedo indice (índice) , sobre la uña, se lo ocasionó el mismo martes 6 de Octubre cuando estuvieron matando el cordero.”

Sin embargo, en lo que escribe la Guardia Civil de “Además, YOUSSEF ANZAHA presenta un corte en el dedo índice de la mano izquierda, compatible con un forcejeo con un arma blanca.”, ya que leído así, da la sensación de que presenta una gran herida y que se la ocasionó en la lucha que mantuvo con la víctima cuando don Benjamín Santana trataba de defenderse. Es lo que creyeron la Juez y el Fiscal, puesto que la Guardia Civil no les escribió como Youssef les había dicho que se había hecho esa insignificante herida. Estas autoridades de la justicia (la Juez y el Fiscal) no leyeron las manifestaciones de Joussef., y si las leyeron, está claro que no le creyeron porque para ellos Youssef debía ser un mentiroso empedernido. El testigo Folio 82, confirmó que él mato los tres corderos y que Youssef no mató ninguno. No podían intuir el Fiscal y la Juez, que el mentiroso peligroso llevaba uniforme y que les escribía a conveniencia la culpabilidad de un inocente.

La Sentencia en su página 4, Apartado SEXTO, recogió lo siguiente: “Tampoco se ha acreditado, según los Sres. miembros del jurado, que si el acusado, en la agresión, llegó a cortarse en un dedo de su mano o si les quitó la piel a los corderos, y mientras lo hacía, se hizo un pequeño corte en el índice izquierdo.”

Esta conclusión de los Miembros del Jurado, imaginamos que se debió a que en reiteradas ocasiones se explicó en el Juicio, que don Benjamín Santana no tuvo oportunidades de defensa, por lo que la lucha con su asesino o asesinos, en realidad no llegó a producirse, con lo cual era improcedente decir que en la lucha con la víctima Youssef se había cortado en ese dedo. Pero esa herida, era otra de las razones por las que el día 09 de octubre, Youssef entró en la cárcel.

Veamos: “Además declara estar en situación irregular en el País, motivo por el que se procede a interceptarlo e iniciar trámites con Extranjería para confirmar su situación.” Ya recordarán que nada de esto se le comunicó a Youssef con respecto a su detención inicialmente por ser ilegal. Que incluso ni siquiera le detuvieron el día 06 de octubre, si no que el día 07, cuando fue voluntario a realizar su manifestación, ya no salió de las dependencias policiales. Que estuvo retenido desde las 18:00 horas del día 07 y hasta las 12:13 horas del día 08 de octubre sin saber por qué no le dejaban volver a su casa, puesto que como ya saben, en ningún momento se le comunicó que su detención era por Ilegal. Es el día 08 a las 12:13 horas cuando proceden a detenerlo y le informan por primera vez de su detención indicándole que a partir de ese momento queda detenido “como presunto AUTOR de un delito de HOMICIDIO.” (Folio 90 de la Inst”)

Acaba el Folio 43 con la siguiente redacción, en la que la Guardia Civil le explicaba a la Juez que le entregaba el Atestado Policial y a un presunto culpable: “Una vez que se cotejan todas las huellas tomadas a los testigos con las encontradas en la escena del crimen se encuentra una coincidencia plena de una de las pertenecientes a YOUSSEF ANZAHA con una de las encontradas en un interruptor de la luz interior de la casa, impresa en una mancha de sangre supuestamente de la víctima, a pesar de que había manifestado no haber estado nunca en esa casa. Por ello se procede a su detención como presunto autor del delito de homicidio.”

¿Cuándo, cómo y de qué forma descartaron las huellas de los demás Testigos a los que también les tomaron sus huellas, pues ni ese procedimiento, ni la explicación pertinente, constan en la Instrucción? No le aportaron a la Juez con el acusado y el Atestado Policial, esa ardua labor de descartes y cotejos de huellas de todos los Testigos, pero tenemos que creernos que ese trabajo se hizo y que consta en algún sitio. A lo mejor están en el mismo lugar aquel donde tiraron las playeras de Youssef.

Por otro lado, es tremendamente curioso que en el Folio 105, redactado según la Guardia Civil a las 13:00 horas, el día 08 de octubre de 2009 y que recogió lo siguiente: “La Dirección General de la Guardia Civil (Madrid) – Departamento de Identificación Lofoscópica, tanto en comunicación telefónica como vía correo interno, participa a esta Unidad que hasta el momento ha resultado la identificación fehaciente de una de las huellas remitidas perteneciente al dedo índice de la mano derecha del sospechoso ahora detenido”, así como lo que dicen en el Folio 89 que lo confeccionaron a las diez y media de la noche: “En el día de la fecha, 08 de octubre de 2009, se recibe escrito del mencionado Servicio de Criminalística en el que se comunica: Que realizado el estudio Lofoscópico de las referidas huellas dubitadas con las impresiones dactilares indubitadas obrantes en la reseña lofoscópica del detenido, ha resultado la identificación fehaciente de una de las huellas como perteneciente al dedo índice de la mano derecha de: Youssef Anzaha; nacido el día 31 05 1982, en Taouriret (Marruecos).

Recordarán la incongruencia de los Folios 105 y 89 con respecto al día y la hora a la que dicen que fueron redactados y a que por supuesto ese día 08 de octubre no recibieron ningún escrito. Pero yendo a la actual explicación, habrán comprobado que el día 08 de octubre, ni en el 105, ni en el 89, le explican a la Juez en qué objeto y dónde estaba la huella que le aseguran que es de Youssef Anzaha. Sin embargo, al día siguiente, 09 de octubre, en este Folio 43 le escribieron: “en la escena del crimen se encuentra una coincidencia plena de una de las pertenecientes a YOUSSEF ANZAHA con una de las encontradas en un interruptor de la luz interior de la casa”. Como si ya estuviera claro y decidido dónde ubicar presuntamente la huella del acusado, pero sin especificar en que lugar están los interruptores. A partir de este 09 de octubre de 2009, y con Youssef en la cárcel, todo se iría cambiando y modificando para que así fuera corroborado en los diferentes informes que, uno, cuatro, seis y hasta ochos meses más tarde, le irían llegando a la Juez confirmando la autoría del crimen como si fuera cometido por este acusado.

Y en el Folio 44 de la Instrucción, la Guardia Civil le redactó a la Juez la hipótesis explicativa de cuándo y cómo Youssef habría cometido ese asesinato:

“la hipótesis que el equipo investigador considera más probable es que tras salir de su lugar de trabajo, YOUSSEF ANZAHA se dirigió a la vivienda del fallecido, que alrededor de las 06:30, por las voces escuchadas por una vecina, se produjo algún tipo de enfrentamiento entre los dos que desembocó en el apuñalamiento por parte del detenido a BENJAMIN SANTANA CABRERA, resultando el agresor herido en un dedo con su propia arma durante el forcejeo. Posteriormente lo arrastra al interior de la vivienda, probablemente para evitar que se le pudiera ver desde la calle. Luego entra en la vivienda, acciona varios interruptores de la luz con los dedos ensangrentados y se mueve por las estancias revisando armarios y cajones, buscando alguna cosa y probablemente ropa para cambiarse, dado que las heridas que presenta el fallecido implican que con toda seguridad el agresor y sus ropas quedaran impregnadas con sangre y parte de los armarios abiertos son de ropa y zapatos. Además es posible que utilizara una toalla para limpiarse o cubrirse la herida del dedo para que dejara de sangrar. Por último se cree que registra un altillo del que saca varias maletas y bolsas, utilizando alguna para guardar la ropa manchada de sangre y el arma homicida y poder llevársela de forma discreta.

Dichas acciones son coincidentes con las huellas ensangrentadas encontradas por toda la casa y el desorden localizado en puntos de la vivienda.

Posteriormente y previa autorización judicial se procede a la entrada y registro en el domicilio del detenido, donde se encuentran cuatro cuchillos coincidentes en características con el utilizado en la agresión, uno de ellos con posibles restos de sangre en el reverso de la hoja. Además se encuentran manchas de sangre en las cortinas de la entrada de la casa, dos pares de zapatos con posibles restos de sangre y restos biológicos en la pared anexa a la puerta de su habitación. Todo ello es enviado al servicio central de criminalística para su estudio.

Además cabe destacar que la ropa con la que fue visto el detenido antes de la agresión (sudadera naranja con rayas y vaqueros) no ha sido encontrada durante el registro. Pudiendo deshacerse de ella en el intervalo de tiempo entre la agresión y su detención, al día siguiente.

Y para que conste se extiende la presente diligencia que es firmada por los agentes actuantes. Conste y Certifico.”-

Empezamos por el final. Este folio sólo tiene una firma. Así que los agentes actuantes no firmaron. Firmó un solo agente actuante. ¿Por qué los demás no firmaron? Si está leyendo esto, le aseguro que también usted puede inventarse cualquier excusa para justificar a esos Guardias Civiles tan diligentes que no tenían bolígrafos. Seguro que acierta, porque ni ellos nos lo sabrían explicar.

Lo de la ropa ya ha tenido su propio protagonismo. Recordar, quizás, que la Testigo Folio 61, limpiadora y compañera del restaurante donde trabajaba también Youssef, en su declaración a la Guardia Civil el día 07, hicieron constar la pregunta acerca de qué ropa llevaba la víctima, pero no le preguntaron por la ropa que llevaba Youssef. Esta Testigo describió la ropa de Youssef en una segunda manifestación, dos meses después, el 11 de Diciembre, ante la Juez y a preguntas de la acusación particular. Ya comentamos la mentira que también la Guardia Civil le escribió a la Juez el 09 de octubre con respecto a que esta testigo les había descrito la ropa de Youssef y que no la encontraron. No. La Testigo no les describió la ropa de Youssef porque es que ni se lo preguntaron. La ropa se las describió el propio Youssef. Si el día 07 de octubre, esta Testigo Folio 61 a la Guardia Civil no les describió la ropa de Youssef, ni esa misma Guardia Civil nada le preguntó en su toma de manifestaciones, ¿Por qué dos días más tarde, el 09 de octubre, le escribieron a su Señoría que esta Testigo les había descrito la ropa, si eso tampoco era cierto? Y si efectivamente le preguntaron y ella se las describió, ¿Por qué no constan ni la pregunta, ni la respuesta en los folios correspondientes a la declaración de esta Testigo el día 07 de octubre? (Folios 61 y 62) ¿Qué es verdad? ¿Qué es mentira?

Dice la Hipótesis: “Posteriormente y previa autorización judicial se procede a la entrada y registro en el domicilio del detenido, donde se encuentran cuatro cuchillos coincidentes en características con el utilizado en la agresión, uno de ellos con posibles restos de sangre en el reverso de la hoja. Además se encuentran manchas de sangre en las cortinas de la entrada de la casa, dos pares de zapatos con posibles restos de sangre y restos biológicos en la pared anexa a la puerta de su habitación. Todo ello es enviado al servicio central de criminalística para su estudio”.

No se enviaron a ningún “servicio central de criminalística para su estudio”. Fueron enviadas al Juzgado número 2 de Arrecife de Lanzarote, para que su Señoría actuara con estas muestras o pruebas, de la manera y forma más oportuna. La Juez decidió que se enviaran al Instituto Toxicológico de Canarias, en Tenerife. El análisis realizado por el Instituto Toxicológico de Canarias a todas esas muestras “robadas” a la madre y hermanos de Youssef, indicaron que nada tenían que ver con el asesinato de don Benjamín Santana. Este informe, (Desde el Folio 192 hasta el Folio 203 de la Inst.), le llegó a la Juez el día 05 de Noviembre de 2009. Un mes después de ocurridos los hechos. Sin embargo, nadie lo leyó. Y si lo leyeron, es más grave todavía lo que se fue realizando con posterioridad. Y lo es. Claro que es gravísimo. Lo iremos viendo.

Continuamos con la Hipótesis. La Gran Hipótesis que culpaba, que culpó a Youssef Anzaha de haber cometido el crimen. Siempre de abajo hacia arriba, o si lo prefieren desde el final al principio:

“Dichas acciones son coincidentes con las huellas ensangrentadas encontradas por toda la casa y el desorden localizado en puntos de la vivienda”. Esto en el segundo informe fotográfico que recibió la Juez allá por Febrero o a finales de Enero, casi cuatro meses más tarde de ocurridos los hechos, se cambió y donde escribió la Guardia civil que “Dichas acciones son coincidentes con las huellas ensangrentadas encontradas por toda la casa”, refiriéndose naturalmente al asesino, pues resultó que ya no eran las huellas del asesino. Cuatro meses más tarde en un segundo informe, las huellas las había dejado un Agente que se dedicó a inspeccionar el lugar de los hechos. (Folio 294 de la Instr.)

Téngase en cuenta que habían cotejado todas las huellas de calzados que supuestamente habían estado o entrado en la casa, menos las de un médico y un enfermero del Centro de Salud de Playa Blanca, porque este extraordinario equipo policial ni siquiera se enteró de que estas dos personas habían estado en el escenario del crimen. El calzado de Youssef también fue descartado porque no coincidían con las huellas que se buscaban. Recordarán que son las famosas playeras que fueron a recoger al restaurante donde Youssef les dijo que las había dejado y de las que nunca más se supo.

Pero lo más grave de esta acción policial, es que habiendo descartado esas huellas ensangrentadas por toda la casa porque no eran del asesino, se empecinaron en buscar las de un calzado deportivo. Las huellas de unas playeras, según la Guardia Civil, sí corresponden al calzado que llevaba el asesino de don Benjamín Santana. Pero qué curioso, no hay huellas ensangrentadas de esas playeras asesinas por el resto de la casa. Las únicas huellas ensangrentadas por “toooooda” la casa, son las de un zapato de policía.

Es evidente que la Guardia Civil sabía y conocía perfectamente que las huellas a las que se refería cuando escribió en esta Hipótesis para su Señoría el 09 de octubre lo de que “Dichas acciones son coincidentes con las huellas ensangrentadas encontradas por toda la casa” no eran las huellas de un calzado deportivo. La Guardia Civil sabía que no eran de playeras esas huellas ensangrentadas. ¿Por qué le mintieron a la Juez descaradamente otra vez, si esas huellas ensangrentadas, por toda la casa, no se correspondían con las huellas del calzado deportivo que supuestamente llevaría el asesino? ¿Por qué le hicieron creer a la Juez el día 09 de octubre de que esas huellas de suela de zapato ensangrentadas por toda la casa eran de Joussef? ¿Para qué en Febrero de 2010, cuatro meses después, en un segundo informe, le cuentan a su Señoría que esas huellas las había dejado impresas en el suelo de la vivienda un Agente que se dedicó a inspeccionar el lugar, sino tuvo efectos atenuantes para Youssef?

He podido leer en varias ocasiones que “los zapatos guardan los rastros de todos nuestros caminos”. La Guardia Civil dejó muy claro que las esclavas y las playeras de Youssef no estuvieron en el escenario del crimen. ¿Entonces, cómo pudo matar a don Benjamín y de paso olvidarse una huella en un interruptor?

Ah, sí, claro. El. Fiscal encontró la respuesta un año y seis meses después y se lo dijo a los Miembros del Jurado. ¿Recuerdan?: “Las zapatillas. Las zapatillas. Se deshace de ellas obviamente, porque también están embadurnadas y aparte le delatan. Las zapatillas que van a buscar al restaurante vamos a poner que son las suyas, pero nadie nos dice que son las suyas del día anterior. Por eso, porque es que son las del día siete, no las del día seis. Si se dan cuenta cuando van a buscar las zapatillas el día siguiente, son las del día siete, porque vuelve a trabajar al día siguiente, con lo cual no hay forma de saber cuáles son las zapatillas que llevaba el día seis”. Aguántese la carcajada, por favor. ¿Y cómo sabremos ahora, señor Fiscal, si las “zapatillas” que se llevó la Guardia Civil eran nuevas o usadas? ¿Cómo sabremos si tenían visos de haber sido utilizadas con frecuencia en el suelo del restaurante por análisis de sus muestras adheridas, o que nunca transitaron en ese restaurante, si ni siquiera sabemos dónde están las dichosas “zapatillas”? Si es que lo de inventar está muy bien, pero hace falta algo más que imaginación, señor Fiscal, y algo más que ganas para defender lo indefendible, sin la prueba que nos diría como son en realidad esas “zapatillas”.

“Los zapatos guardan los rastros de todos nuestros caminos”. Youssef, señor Fiscal, seguro que piensa que cuando usted se descalce los suyos para acostarse, esos rastros le conduzcan a la celda donde él duerme cada noche preguntándose por qué. Su deseo incontrolado del éxito profesional, antes y más allá, que el del trabajo profesional de hacer prevalecer la justicia, la razón y el sentido común de esta causa, en su borrachera ciega y embarullada por conseguir el éxito profesional a costa de lo que sea, tiene injustamente encerrado a ese Inocente. Y lo peor. Que usted lo sabe. ¿Verdad que usted sabe, señor Fiscal, que Youssef pudiera ser inocente?

Señor Fiscal, cuando se calce de nuevo los zapatos cada mañana para andar por las veredas de la Fiscalía, esos rastros quizás le recuerden su intervención engañosa y confusa a los Miembros de un Jurado, de los cuales consiguió un nuevo éxito. Felicidades. Disfrútelo. No es justo, pero son las reglas de ese juego injusto que yo no concibo, que yo no quiero comprender, puesto que nunca he creído en ese sistema de los Jurados en la Justicia. ¿Se busca Justicia, o se busca ganar convenciendo a gente ingnorante en leyes y procedimientos judiciales? Sepa que a lo mejor un día pudieran perderse todos esos rastros exitosos. Un día, cuando menos lo espere, se le caerán semejantes zapatos y sus rastros ya se perderán para siempre. Rastros por supuesto a olvidar, ya que son los que empujaron a un pobre moro inmigrante y sin papeles a la cárcel, fruto de la justicia ficticia e hipócrita que se ha venido ejerciendo.

Y en cuanto a lo de: “y el desorden localizado en puntos de la vivienda”, sería el remate a la puñeta, que también ese Agente que dejó sus huellas ensangrentadas, se dedicara a revolver la casa de la víctima. Entendamos, por Dios, o por quien quieran, que ese desorden sí lo provocó el supuesto asesino de don Benjamín Santana.

De todas maneras, lo extraño es que no haya ninguna huella en esos cajones, ni en gavetas abiertas, ni en ningún otro objeto o cosa que moviera o revolviera supuestamente el Youssef homicida. La vivienda es un caos allí por donde el supuesto asesino estuvo, pero ninguna huella fue encontrada en todo ese desorden y desaguisado. Ni siquiera lograron algo en las ropas de la victima, o en su cuerpo, que fue arrastrado un par de metros después de matarlo. ¡Caramba, es muy raro que habiendo encendido todas las luces de la casa, sólo dejó una de sus huellas en un solo interruptor! Disculpen la insistencia, pero de verdad, qué equipo de investigación es ese que no logró ni pudo encontrar una sola huella en las puertas, armarios, gavetas, ropa revuelta, objetos removidos en toda esa vivienda Nada encaja, nada es creíble de ninguna de las maneras. ¿Es que el asesino lo revolvió y lo tiró casi todo, y no fue capaz de dejar ni la más mínima huella en algo? La propia Guardia Civil ni siquiera sabe explicarnos cómo pudo dejarse de esa manera el escenario del crimen. Todo son teorías que en la práctica son inviables.

Sigamos. Continuamos con la Hipótesis y hacia arriba. Al revés de como la leímos. “Luego entra en la vivienda, acciona varios interruptores de la luz con los dedos ensangrentados y se mueve por las estancias revisando armarios y cajones, buscando alguna cosa y probablemente ropa para cambiarse, dado que las heridas que presenta el fallecido implican que con toda seguridad el agresor y sus ropas quedaran impregnadas con sangre y parte de los armarios abiertos son de ropa y zapatos. Además es posible que utilizara una toalla para limpiarse o cubrirse la herida del dedo para que dejara de sangrar. Por último se cree que registra un altillo del que saca varias maletas y bolsas, utilizando alguna para guardar la ropa manchada de sangre y el arma homicida y poder llevársela de forma discreta”.

Pero ya hemos visto que es imposible que entrara con las manos ensangrentadas tocándolo casi todo, porque sólo hay un supuesto interruptor ensangrentado y una mancha de sangre que se corresponde con una mano en la pared. Está en los entornos donde se halló el cadáver. ¿Cómo es que moviéndose por las estancias revisando armarios y cajones, buscando alguna cosa, no manchara nada más, ni dejara más huellas? La Guardia Civil explicó que no pudo extraer una huella de esa mano ensangrentada porque la pared era muy rugosa y la huella no salía con la suficiente claridad y calidad necesarias para su estudio. Lo que sÍ extrajo la Guardia Civil fue una muestra para análisis de ADN. Y aquí surge lo más interesante, lo más curioso, lo extraño. El ADN que estudió el Instituto Toxicológico de Canarias de la huella de esa mano ensangrentada en la pared, dijo que no era de Youssef. (Folio 202 de la Inst.) ¿Entonces, de quién era esa mano y esa sangre? (Foto número 30 del segundo Informe Fotográfico; Folio Número 300 de la Instr. En el primer informe presentado a la Juez el 09 de octubre, no consta esta foto). ¿Entonces, de quién era esa mano y esa sangre? No se sabe. Es un perfil genético que se corresponde con el ADN de la víctima y con el de otra persona cuyo Cromosoma Y corresponde a un varón. El I.T.C. confirmó que ninguno de los Testigos a los que la Guardia Civil les tomó las muestras de ADN era portador y dueño genético de esa huella con sangre en la pared. Está clarísimo que a ese otro hombre que dejó sus huellas en el lugar del crimen y además con su sangre, no le interrogó la Guardia Civil, ni le tomó las muestras correspondientes. ¿De quién puede ser esa otra sangre? ¿Y quién carajo lo sabe? La Guardia Civil no logró en sus pesquisas y conversaciones con todas las personas contactadas, encontrar al asesino. De pronto, un moro sin papeles, que ingenuamente les contó que él le debía dinero a la víctima, les vino como anillo al dedo.

¿Pero y de quién es el ADN de la sangre del interruptor que supuestamente estaba manchado y que se encontraba muy cerca de esa mano impresa de sangre en la pared? ¡Aaaahhh!. Esa sangre, supuestamente en el interruptor, no fue analizada por el Instituto Toxicológico de Canarias. ¿Y por qué no? Eso lo veremos más adelante.

Esta Hipótesis habla de que el asesino es una máscara de sangre, ya que es muy probable que la victima con sus heridas le salpicara por todo el cuerpo y por eso la necesidad de cambiarse de ropa antes de abandonar el lugar del crimen. Esto es un poco difícil de creer, porque si es Youssef el que se vistió con las ropas de don Benjamín, imagínense luego a un payaso paseando con una maleta por Playa Blanca vestido con las ropas de la víctima para irse a su casa. Que sí, que sí. Que no se rían más. Por favor, no sigan riéndose.

“Además es posible que utilizara una toalla para limpiarse o cubrirse la herida del dedo para que dejara de sangrar”. Esto lo escriben porque en el suelo, encontraron cerca del baño, una toalla manchada con bastante sangre, mucha sangre. La herida del dedo de Youssef es ridícula y por mucho que sangrara no lo haría jamás como para dejar esa toalla de aquella manera. “(Foto número 70 del primer informe, Marcador 16; Folio Nº 136 de la Inst. Esta foto no aparece en el segundo informe. En el segundo informe aparecen de esta toalla con el marcador 16 dos fotos diferentes, las números 54 y 55. Folios 313 y 314 de la Inst.)” El Informe del Instituto Toxicológico de Canarias, que recibió la Juez el día 05 de Noviembre de 2009, un mes después de ocurridos los hechos, le dice que esa sangre tampoco es de Youssef. De nuevo surge lo interesante, lo curioso, lo extraño. La sangre de esa toalla es de la víctima y de otro varón con el ADN diferente al de la mano en la pared. Tampoco coincide con el ADN de ninguna de las muestras de los Testigos que se enviaron. A lo que se ve, esto tampoco lo leyeron la Juez ni el Fiscal al mes de ocurridos los hechos. Youssef continuaría en la cárcel. Sigue en la cárcel. Se han empeñado en convencernos que sólo una persona participó en ese asesinato. Y sin embargo, que poco creíble nos resulta.

“Por último se cree que registra un altillo del que saca varias maletas y bolsas, utilizando alguna para guardar la ropa manchada de sangre y el arma homicida y poder llevársela de forma discreta”. ¿A que usted lo acaba de leer y no se lo cree? Pues una Juez sí lo creyó y un Fiscal lo defendió con uñas y dientes. Que digo yo, que para hacer esto, primero tendría que ducharse, pero bien duchado. No hay muestras de eso en la ducha, o por lo menos la Guardia Civil no lo hizo constar en su Atestado. Después de bañadito y limpiarse a conciencia, salió y se fue a los armarios a buscar la ropa y los zapatos adecuados. Se vistió, se calzó y se fue. Se olvidó al salir de cerrar la puerta, así que todo eso lo hizo con la puerta abierta, ¿o la había cerrado para ducharse? Al salir decidió que la dejaba abierta, para que encontraran pronto el cadáver. Sin embargo, el Capitán a los Miembros del Jurado les dijo refiriéndose a Youssef: “Vuelvo a entrar y ya con calma meto el cadáver dentro. Intentó ocultar todo para que se tarde lo máximo posible Le interesa que se tarde un montón en encontrar el cadáver.” ¿Usted lo entiende? Yo tampoco. Al asesino le interesa que se tarde un montón en encontrar el cadáver, pero dejó la puerta abierta para que lo encontraran precisamente lo más pronto posible. El Fiscal a los Miembros del Jurado: “Lo mismo que por qué no cerraron la puerta de la casa. Es que no lo sé”. Nadie sabe nada. Nadie. Nada. El Fiscal sin embargo sabe que Youssef lo mató. Nunca nos explicó el Fiscal cómo lo hizo Youssef, pero él está convencido de que lo hizo. Según la Guardia Civil, de esos zapatos de don Benjamín que se llevó puestos el asesino, no hay huellas, ni en la casa, ni en la terraza, ni en el pasillo de veinte y un metros que tuvo que recorrer hasta llegar a la cancela que da para la calle la Guagua.

Pero ya se sabe que esos zapatos de la víctima tenían propiedades voladoras y se llevaron a Youssef volando hasta su casa. Disculpen esta última ironía.

Después de volar un rato, no sabemos cuánto, decidió Youssef bajar al suelo, al lado de un contenedor de basura y se deshizo de la maleta donde llevaba el cuchillo y su ropa ensangrentada. Youssef entró en su casa vestido con la ropa de don Benjamín. Se desvistió y se volvió a vestir de nuevo con ropa suya. La ropa de la víctima, incluidos los zapatos, fue introducida en otra maleta, o bolsa cualquiera, y salió a tirarla en otro contenedor, o donde fuera. ¿Pero de verdad, usted se creería semejante disparate? Una Juez y un Fiscal sí lo creyeron.

Ah, pero ahí no queda la cosa. Discutió o forcejeó con la victima y logró matarlo. Después subió a una azotea a esconderse un rato. No sabemos el tiempo que estuvo escondido. (Esto de que subió a la azotea a esconderse, es un relato de cosecha propia del Capitán en el Juicio: “Probablemente ahí está vigilando si alguien le ha podido ver, e incluso hay gotas en la subida a las escaleras que suben al piso superior. Pensamos que porque se escondió a ver si alguien le había oído o alguien estaba mirando”. ¿No será que el asesino se marchó por esa escalera, señor Capitán? Pero Capitán, en su investigación policial, nada de eso que le contó a los miembros del Jurado, aparece en el Atestado Policial que le entregó usted a la Juez. Ochenta y ocho fotos y ninguna es de los peldaños de esa escalera, ni del posible lugar donde estuvo agazapado el asesino en la azotea dejando también gotas de sangre. No cogió una sola muestra de esas gotas de sangre en la subida a las escaleras, ni una sola huella de zapato en bajada o subida. ¿Esto se lo inventó usted en el Juicio o previamente lo ensayó con el Fiscal? Esto es otra mentira, ¿verdad Capitán? Según usted, luego bajó y metió el cuerpo dentro de la vivienda y se fue al baño a ducharse. Antes de la ducha se limpió la sangre en una toalla, que resultó que no es sangre de Youssef. ¿Quién se limpiaría la sangre en esa toalla? En fin… Después de limpiarse bien y desnudito, se dedicó a revolver toda la casa buscando ropa y zapatos de la victima. No sabemos si se vistió primero o recogió la ropa suya y la metió en una maleta junto con el cuchillo. Pero da igual, las dos cosas, según la Guardia Civil, las tuvo que hacer y lo mismo da antes, que después. Salió levitando para no dejar huellas con estos zapatos de la víctima y cuando uno vuela, no se acuerda ni de cerrar la puerta, cuando el objetivo, según dijo el Capitán en el Juicio, con lo de meter el cuerpo para adentro era para esconder y retrasar su aparición lo más que se pudiera.

Hizo Youssef, según la Hipótesis, un alto en el camino antes de llegar a su casa y se deshizo de la maleta, supuestamente en un contenedor de basura. Adiós arma del crimen y ropa que me manché. Continuó corriendo, perdón, volando hasta su casa y una vez allí, pues lo que han leído. Se desvistió de la ropa de don Benjamín y se volvió a vestir de nuevo con ropa suya. La ropa de la víctima que llevaba puesta la tendría que meter en otra maleta, o bolsa cualquiera, y deshacerse de ella. Todo esto lo tuvo que realizar Youssef, según la Guardia Civil entre las 6:50 y las 7:20, porque a esa hora está en la puerta de su casa relajado, descansado, sin nervios y preparado para irse a buscar unos corderos. ¿Qué les parece?

La sangre fría de este moro sería impresionante. Sería un asesino de cuidado. ¿A que sí? Ah, pero mira. Antes de irse con volátiles zapatos del malogrado Benjamín, decidió dejar también una huella, una sola huella. A ver. Sí, aquí, en este interruptor. Que sepan que fui yo. También tendría que tener una preparación física como para realizar la prueba de los 100 metros, para hacer todo eso casi con cronómetro. Según esta Hipótesis, que culpó descaradamente a Youssef, los tiempos y las distancias hacen imposible que pueda realizarse. Por eso es una hipótesis, pero ¡joder, coño, vaya con la hipótesis!, ¿no? Pues con esa bazofia Youssef fue a la cárcel y ahí sigue.

Y para terminar, el inicio: “la hipótesis que el equipo investigador considera más probable es que tras salir de su lugar de trabajo, YOUSSEF ANZAHA se dirigió a la vivienda del fallecido, que alrededor de las 06:30, por las voces escuchadas por una vecina, se produjo algún tipo de enfrentamiento entre los dos que desembocó en el apuñalamiento por parte del detenido”

Ya todos sabemos que no pudo ocurrir a esa hora porque está corroborado que la victima no abandonó el restaurante hasta las 6:40 ya que la Testigo Folio 61 así lo explicó contundentemente. Por tanto, lo escuchado por la señora, no tenía nada que ver con don Benjamín. Recordarán también que esta buena mujer le había dicho a la Guardia Civil el 07 de octubre (Folio 72 de la Inst.) que “las voces escuchadas” las había oído entre las 6:15 y las 6:30. Sin embargo, se acordarán del episodio aquel en el que se relató, como dos meses más tarde, el 11 de diciembre de 2009, ante la Juez, hicieron constar que esta vecina escuchó lo mismo entre las 6:30 y las 6:50. (Folio 259 de la Inst) Me imagino algo como esto: “Señora, lo que usted dice que oyó entre las 6:15 y las 6:30, vamos a poner aquí que usted lo escuchó entre las 6:30 y las 6:50”. Y si no fue así, muy parecido. ¿A que le parece imposible que algo así pueda hacerse en un Juzgado? Pues en el Número 2 de Instrucción de Arrecife esto sucedió y con la connivencia de todo un señor Fiscal.

La Magistrado – Juez, titular del Juzgado Número 2 de Arrecife, contando con tan endebles argumentos policiales y con una sarta de mentiras diciendo que los testigos habían dicho lo que nunca dijeron, el 09 de octubre de 2009 envió a prisión a Youssef Anzaha. Era lógica la decisión de su Señoría. Lo que no fue ya tan lógico, es que se obstinara en creer que era el asesino de don Benjamín Santana, y no tuviera en cuenta, cerrando ojos y oídos, todo aquello que exculpaba a Youssef sin darse así misma la más mínima oportunidad para la duda. El uniforme de los mentirosos le pudo mucho más que la verdad del sin papeles de Marruecos. (…) CONTINUARÁ

¿Quién mató a don Benjamín Santana? (XV)
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