martes. 23.09.2025

Por Ricardo Flores

En todos los continentes, países o comunidades, el norte, siempre se ha significado por una superioridad económica, cultural y de progreso, con respecto a los distintos sures. (Algo que no entenderé nunca).

Para que esto se convierta en norma, tienen que existir excepciones. Este es el caso de Lanzarote, que siendo el norte del archipiélago, mas parece un sur tercermundista, pues teniendo el mayor potencial económico producido por el turismo, tenemos las peores carreteras, medios de trasporte y servicios de todas las islas. Cualquiera que salte a las otras islas lo puede comprobar.

La realidad, es que los señores de la política, siguen manteniendo en la sombra el sistema feudalista de reparto de territorios, competencias y administraciones, que imperaban en la época feudal del Marques de Lanzarote. ¿Qué les importa a ellos la ciudadanía?, ¡Que se marchen los mataos que protestan, como se marcharon en los años 50 a Venezuela!. Nuestros beneficios seguirán igual con la gente que traigamos de fuera.

Nunca fueron más ciertos los versos del poeta canario Manuel González Barrera en su “Guía Turística no Oficial”, que me honro en utilizar una minima parte. Al sacar a la luz, la verdad maquillada, que algunos se empeñan en que sea la cierta, y la otra verdad, la de la pobreza, la de las filas del paro, la de la emigración, que pronto volverá a ser una triste realidad.

Todo porque algunos se empeñan en que Lanzarote sea una sangrante excepción, puesto que siendo Norte, vive y muere como el sur.

“Viendo la tentación de llamar pintoresco

a este hervidero de miseria la trampa

tan bien urdida por el hábito y el turismo

apenas si se resquebraja.”

La excepción, al norte-sur
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