Por Eduardo Álvarez
Lo que ocurrió el pasado lunes en el Ayuntamiento de Arrecife no se si llamarlo sesión plenaria o sesión circense.
Lo que ocurrió en la sala de plenos del Ayuntamiento de Arrecife podría trasladarse con toda tranquilidad a la carpa de un Circo, ya que no faltó ninguno de los aditamentos que tan agradables hacen a los niños las sesiones del muy noble arte del Circo.
Había títeres, equilibristas, malabaristas y como no, payasos. Se demostró una vez más, que nuestros políticos son capaces de justificar lo injustificable con tal de acceder a un cargo de relevancia o simplemente con tal de mantenerse en el mismo.
Para empezar la sesión de las doce, que en el circo sería la de las cinco, los políticos participantes, los artistas en el caso del circo, entraron en olor de multitud, repartiendo besos y abrazos por doquier como si actores desfilando por la alfombra roja de los oscars se tratara.
Esta actitud, sabiendo la que nos caía encima a los ciudadanos, me pareció de un profundo desprecio o de una falta de respeto absolutamente incalificable hacia los ciudadanos que allí nos encontrábamos.
No era la entrega de los oscars, aunque para ser sincero, a más de uno se lo habría dado al final de la sesión por su innegable capacidad para decir lo que no es y para tergiversar la realidad de los hechos sin el más mínimo recato ni atisbo de vergüenza torera.
No voy, en ningún caso, a justificar el discurso/mitin del ex alcalde, que no alcalde saliente, por cuanto ya había dimitido con anterioridad. No lo voy a justificar simplemente porque creo que estaba fuera de lugar, independientemente de las valoraciones que sobre lo que dijo pueda hacer. No venia a cuento y punto.
Pero cuando tomaron la palabra los representantes del resto de los partidos, la cosa se tornó más grave.
Creo y esta es una opinión que seguramente no comparte nadie de la cúpula del
Partido Popular, que D.Cándido se equivocó cuando dimitió. Creo que debería haber dejado que le pusieran la moción de censura por razones que algún día explicaré y que ahora no vienen a cuento. Creo, también, que se equivocó profundamente cuando propuso como candidato a D. Jose Montelongo del PSOE.
Pero donde creo que está el gran engaño a la población es en el discurso del propio cabeza de lista socialista, cuando hizo referencia a los motivos por los cuales había decidido pactar con los nacionalistas de Coalición Canaria y los, ni idea de como denominarlos, concejales de Alternativa Ciudadana 25 de Mayo. Su discurso comenzó con una mentira digna del mejor truco de magia que podamos ver en un circo: "cuando D. Cándido dimitió empezamos a tener conversaciones con CC para conformar una mayoría estable en el Ayuntamiento."
Mal empezamos Sr. Montelongo si lo primero que hace es justificar su actitud en base a una mentira.
Pero como el menú tiene que ser completo, insistió en que el cambio de actitud se debía a diferencias sustanciales entre los miembros del grupo de gobierno y no a una estrategia cuidadosamente diseñada y estudiada en las cupulas de los dos partidos firmantes del pacto, Coalición Canaria y PSOE, con sede en las islas mayores. No hablo de Alternativa Ciudadana porque simplemente es el convidado de piedra, la guinda de cualquier pastel perfectamente prescindible llegado el caso.
Los políticos saben, a estas alturas de la película, que la democracia permite que un partido que no haya ganado las elecciones pueda gobernar si consigue la mayoría de concejales suficiente para hacerlo. Esto es así y no hay que darle más vueltas y como es así, no deberían seguir utilizando la cantinela unos y otros aquello de "el pueblo ha dicho que, como y con quien" tienen que gobernar los concejales electos. Este discurso es nulo de pleno derecho incluso para D. Cándido, puesto que el fue Alcalde en su día sin ser la fuerza política más votada en unas elecciones, gracias a una moción de censura.
Y como esto es así y los ciudadanos lo tenemos plenamente asumido, a la fuerza ahorcan, ¿para qué mentir y tratarnos como tontos intentando justificar lo injustificable?
Coalición en su papel, con un discurso pasado de moda, obsoleto, haciendo referencia a filósofos griegos que no venían a cuento e intentando demostrar que si no es por ellos, Arrecife no será capaz nunca de avanzar hacia el estado de bienestar al que todos queremos llegar, vamos, lo mismo que están haciendo desde el Gobierno de Canarias para con Lanzarote.
El pleno dio para mucho más, pero esa será otra historia.
Y para concluir, la ventaja del circo es que cuando la sesión se acaba, los malabaristas, los títeres, los equilibristas, los domadores y los payasos se quitan los disfraces y los trajes con los que nos alegran la tarde y recuperan su personalidad, mientras que después del pleno del lunes, nuestros políticos siguen ejerciendo sus dotes para el engaño y la mentira hasta que alguien, el ciudadano en unas elecciones, les quite el disfraz y les mande a su casa para que si se tienen que reír de alguien lo hagan en privado y ante su gente