jueves. 28.03.2024

Cita previa, el fango del ciudadano

La cita previa es el bajío que enfanga al ciudadano y como colaborador jurídico del Estado de Derecho me veo en la obligación de salir de mi cueva con la Constitución en la mano.

Supongamos que mañana hay que presentar un escrito X en la Administración pública Y, resulta que cuando llegas hay un guardía que con tono aireado, articula «¿Tiene cita previa?», y si no la tienes, no te atrevas a decir que sí porque te busca en un listado.

Pues bien, estimado guardía, permítame desenvainar la Constitución Española que yo además de articular palabras, sé leer:

El artículo 1.2 de la Constitución Española (CE) señala que «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.»

El artículo 9.2 CE «Corresponde a los Poderes públicos; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.»

Y acabo con el artículo 103.1 CE «La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y al Derecho»

Soy consciente querido guardia que usted cumple órdenes, pero ante la flagrante vulneración de mis derechos constitucionales, me veo en la obligación de manifestar mi descontento y alegato frente el conjunto Administraciones Públicas, porque de esta mala praxis no escapan ni la Estatal, ni la Autonómica y tampoco la Local.

La cita previa tiene sentido en contados hipotéticos, ir a pasar la ITV, o cuando fue el Estado de Alarma con las solicitudes de los Ertes… Es decir, para evitar momentos concretos de tumulto que puedan generar alteración del orden público. Pero aplicar la cita previa obligatoria e impeditiva, como regla general, y sobre todo, cuando hay funcionarios libres que tienen el deber de atenderte, me parece un supuesto de manual donde procede la indemnización por responsabilidad patrimonial del funcionamiento anormal que pretende ser la práctica normal de la Administración Pública.

Cita previa, el fango del ciudadano
Comentarios