Las últimas noticias aparecidas sobre la masacre migratoria cuentan como 55 migrantes sin documentación (ninguna persona es ilegal) que navegaban hacia Canarias desde la costa africana a bordo de una zodiac fueron socorridos por un barco mercante a 45 millas al sureste de Lanzarote.
También se dice (hay zotes que escriben que “en la información se informa”) que 5 de estas personas migrantes desaparecieron en el mar tras lanzarse al agua en un intento desesperado por alcanzar el mercante cuando su embarcación se hundía.
Una patrullera de la Guardia Civil del Mar, en otra de las operaciones que ejecuta con tanta humanidad, trasladó a estas personas migrantes a Lanzarote.
Un episodio más de la tragedia inducida en la migración.
La migración entre África y Europa, por las vías mediterránea y canaria, no cesa, ni cesará, por la simple concurrencia de dos circunstancias:
Una, la inestabilidad económica y política que ocasiona en nuestro continente africano el saqueo colonial.
Y, la otra, el envejecimiento de las sociedades europeas, que hace necesario el aporte de mano de obra migrante.
Las derechas europeas -la extrema de los partidos fascistas como el español VOX, la confesa de los populares y la inconfesa de los partidos socialdemócratas- se resisten a normalizar el flujo de migrantes. Se niegan a crear en origen las necesarias oficinas consulares de inscripción y en destino los ordenamientos legales de acogida, evitando así la figura de migrantes irregulares.
Los gobiernos europeos, a todos los niveles, incluyendo el español y el canario, mantienen un sistema de acoso a las y los migrantes, por la sencilla razón de que la existencia de grandes masas de personas en condiciones precarias conviene a la multitud de empresas que, de esta manera, disponen de una mano de obra sumisa y barata. Además del beneficio adicional, para estas empresas abusadoras, de que esas personas migrantes que aceptan trabajar en condiciones inhumanas presionan al mercado laboral.
Por eso ocurre lo que ocurre. Por eso hay tanto comunicadores, pagados o fanáticos, que difunden sin rubor las mentiras sobre la migración.
Lo cierto es que la migración es un derecho humano inalienable. Toda persona puede desear una vida mejor, huyendo de la miseria o de la violencia. Que Europa necesita este aporte demográfico que rejuvenece sus poblaciones y agrega fuerza de trabajo. Que muchos pueblos de la Unión Europea, con el canario en primerísimo lugar, hemos padecido históricamente el drama de la migración, con la gente obligada a buscar la supervivencia, igual que ahora hacen nuestros hermanos africanos. Que las estadísticas demuestran que los millones de personas que llegan a Canarias, a España, a Europa, no han creado problemas de convivencia ni delictivos, más allá de los que provocan los ataques y mentiras de los desalmados de la derecha al servicio de las empresas abusadoras. Que algunas organizaciones ciudadanas desarrollan un trabajo abnegado y desinteresado en la defensa de las personas migrantes. Y, por último, que los estados europeos no hacen nada por evitar el drama migratorio y el acoso a personas a las que se violan sus derechos elementales.
A las derechas españolas y europeas, en especial las extremas, les importa muy poco que mueran migrantes, salvo en lo que tiene que ver con sus cálculos estratégicos de propaganda electoral.
Mientras no se establezcan los protocolos lógicos para normalizar la migración hacia Europa, el problema se mantendrá. Las rutas informales seguirán inevitablemente activas. Y seguirán las muertes y el hostigamiento cruel.
Cada día que una patera, zodiac o cayuco parte desde las costas de Marruecos, el Sáhara, Mauritania, Senegal o Gambia, se pone en marcha una ruleta mortal donde los únicos ganadores son los traficantes, los burócratas que viven del drama ajeno, las empresas abusadoras, los bergantes que arman las campañas contra la migración y los partidos fascistas que arman su estrategia sobre tanta mentira.
No hay otro efecto llamada a la migración que el instinto de supervivencia de unas personas que ven en Europa -no en Canarias, no en Lampedusa- una esperanza de futuro.
Este texto ha sido creado sin intervención ninguna de la Inteligencia Artificial. Al autor le sobran los recursos naturales cuya carencia tanto acusan ciertos propagandistas de los problemas que inventan sobre la migración y que, en su supina idiotez, se vanaglorian de utilizar este recurso valioso en muchas ocasiones, pero denigratorio, en muchas otras.