jueves. 01.05.2025

Un caramullo, un empandullo y cachazuda es nuestra actualidad política

 Para describir lo que está ocurriendo con respecto a la filtración del Fiscal General voy a recurrir a tres palabras utilizadas en el aragonés. Son: caramullo, empandullo y cachazudo.

 

Vamos con la primera. Caramullo, significa algo que sobrepasa lo normal, que está a punto de colmar un recipiente, algo sobrante, más allá del cúmulo... Estaremos de acuerdo todos. Supongo. Por tierra, mar y aíre. Invierno, primavera, verano y otoño. De madrugada, por la mañana, al mediodía, en la sobremesa, por la tarde, por la noche, duro y dale con la matraca en todos los medios, especialmente los de la Brumete mediática de la capital de España, con la filtración del Fiscal General. Es algo asfixiante. Nos dicen cada día, la hipérbole es cada día mayor. el mayor escándalo de la democracia española. Sin matices. Por supuesto, mucho mayor que el 23-F o el caso la Gürtel. Vamos a ver, ya no sé si hubo filtración del Fiscal General, de MAR, o de la madre superiora, o de la p. madre que los parió a todos, me da igual. ¡Anda que no ha habido filtraciones desde los tribunales en estos años! Y las seguirá habiendo. Todavía recuerdo la frase de un ministro, que condecoraba a las Vírgenes, "esto te lo afina la Fiscalía".


 

Empandullo significa: lío, maraña, trampa, caos, desorden, embrollo, lío, chanchullo, enredo...Y vaya que sí ha ocurrido así. Todo arranca de un presunto, insisto, insisto, por si acaso, presunto fraude fiscal, aunque es más claro que el agua cristalina. Este presunto fraude afecta de alguna manera a una política de postín, la princesa de los Madriles. Ante esta circunstancia. Esparcir tinta de calaMAR. ¿Qué hacer? Montar el empandullo. Artífice, el gran MAR. Este manda correos falsos a diferentes medios. Estos con gran frenesí se suman a la fiesta. El Fiscal desmiente el bulo. A continuación querella al canto. Ni que decir tiene que siempre habrá un juez del Tribunal Supremo presto a darle curso. Este llamará a declarar a fiscales, periodistas; y hasta el conserje y la señora de la limpieza de la Fiscalía. Lo importante es que dure en el tiempo cuanto más mejor. Hay que alargarlo. La prensa capitalina, bien subvencionada desde la Puerta del Sol e impregnada del patriotismo auténtico se incorpora a la tarea. El de la tinta de calaMAR, todo un paradigma de la sensatez y de la veracidad, suelta la, expresión, “el Fiscal irá p’alante. Marca el camino a seguir. Ya está el empandullo armado. Ya tienen carnaza las tertulias. A disfrutar.

Veamos cachazudo: tranquilo, lento, parsimonioso, cachaciento, calmoso, pacharrudo, flemático, tardo, huevón… ¡Que rapidez en algunas investigaciones judiciales, cual si fueran un automóvil de Formula! La filtración del Fiscal. Y por contraste. ¡Que lentitud, qué cachazudos algunos jueces en otras ocasiones, más parsimoniosos que el paso de una tortuga! La del presunto defraudador fiscal. Insisto, presunto. Por supuesto, hay que dejar trabajar a la Justicia. Mucho cuidado con cuestionar su independencia., aunque todavía no ha sabido, querido o podido investigar quién estaba detrás de M. Rajoy. ¿No será el delantero centro del Manchester City? Por supuesto, la Justicia en España es imparcial. ¿Acaso, alguien lo duda?


  

Un caramullo, un empandullo y cachazuda es nuestra actualidad política
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